Capitulo 1: La declaración (Marinette)

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Antes que nada, quiero agradecer a quienes leen esta historia, y a los nuevos les doy la bienvenida. Este capitulo es solo la primera parte, como se darán cuenta ocurre desde la "dimensión" de Marinette. Como dije en el prólogo, tendrá un inicio estrepitoso, puesto que si lo pongo desde que comenzaron a salir como amigos, se hará mucho más largo. Por supuesto que si quieren que hagan un especial sobre eso lo haré, pero mas adelante. La historia en un principio tal vez se les haga aburrida, pero mejoraré eso pronto, lo prometo. La acción llegará en un par de capítulos mas ;)

Recuerden que Miraculous LadyBug y sus personajes le pertenecen a su respectivo creador. Las imágenes y vídeos que hay aquí y posteriores tampoco me pertenecen, denle los créditos a sus respectivos autores. Esta historia si es de mi autoría y fue creada sin fines de lucro, de igual manera, les pido su apoyo compartiéndola para hacerle llegar a más personas. No olviden votar y comentar si les ha gustado ;)

Saludos

Capítulo 1: La declaración y el inicio de la relación (Versión Marinette).

Ten cuidado con lo que haces, pues puedes terminar dañando a los demás.

Y lastimar a alguien muy preciado para ti puede terminar destruyéndote. Porque, después de todo, la culpa es la culpa

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Y recuerda que el karma existe.

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Marinette estaba segura que ese día le declararía a Adrien sus sentimientos. Definitivamente. Obviamente. Seguramente. Claro que si. Pero... la verdad es que se estaba muriendo de los nervios... ¡y ni siquiera había llegado a la escuela! Pero lo había decidido, lo haría si o si.

Había practicado con Alya todo el día anterior para poder decirlo sin tartamudear cada dos letras, ¡y finalmente lo había conseguido!, no iba a tener miedo, pues sabía que Adrien no era mala persona, sabía que no la odiaría, sabía que no se alejaría... o de eso se convenció. Alya se había encargado de eso. Sin mencionar que también se encargó de subirle el autoestima a nuestra protagonista.

Como iba diciendo, Marinette (al fin) se le confesaría a Adrien Agreste todo lo que sentía por él, y fuera cual fuera su respuesta, ella lo aceptaría. Solo esperaba que no pasara nada malo.

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Adrien Agreste comenzó su mañana como todas las demás, lo único que se le sumaba a su rutina era las escusas que podría dar en caso de que Marinette le invitara a salir. No es que ella fuese fea, todo lo contrario, poseía la belleza de una muñeca de porcelana, ¿el problema? Él estaba enamorado de LadyBug. Se preguntaran, ¿por qué carajos no le dice a la cara que no-la-quiere? Fácil y sencillo. La consideraba una gran amiga, en las últimas salidas (antes de que se enterara de sus sentimientos hacia él) había encontrado en Marinette una confidente, a quien se le podía contar todo sin temor a que te juzgara o esparciera chismes (o pestes) sobre eso, a quien podías recurrir cuando tenías algún problema, con quien podías desahogarte, con quien compartías momentos tristes y malos, y quien podía convertirlos a momentos buenos y agradables. Una amiga. Una amiga. Una amiga. Solo eso. ¿Qué podía hacer él? Amaba a LadyBug, pero no se creía capaz de romperle el corazón a la dulce Marinette. ¿Qué hacer?

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Oh no.

Esto estaba mal.

Muy mal.

El momento del cual tanto había huido se presentaba ante él, burlándose.

Marinette estaba frente a él...declarándole su inocente y puro amor.

Por toda la shit...

¿¡Y ahora qué miércoles hacía!? No podía simplemente decir: "lo siento Marinette, amo a alguien más", o un: "solo te veo como amiga, es cierto que me pareces atractiva, una de las personas que más me ha llegado a comprender, sin mencionar tus hermosos ojos azules y tus cabellos azabaches con toques marinos, tu estrecha cintura y anchas caderas como una muñequita de porcelana muy hermosa que hacen a más de uno suspirar-..."

Esperen...

¿¡Qué!?

¿¡Qué estaba pensando de la inocente y tierna Marinette!?

Ella estaba ahí, con las mejores intenciones del mundo, con sus sentimientos expuestos, con su frágil y dulce corazón dispuesta a entregárselo... ¿¡y qué estaba haciendo él!? ¡Ah si! ¡Pensando en ella de manera pervertida y estúpida! ¿¡Pero qué le estaba pasando!? Y ahora Marinette lo miraba raro porque seguramente hacía muecas ridículas por sus pensamientos. Bien hecho Adrien.

Esperen... recapitulemos... Marinette estaba ahí, con su frágil y dulce corazón dispuesta a entregárselo, una de las personas que más le ha llegado a comprender, dulce, inteligente, con una actitud de liderazgo innegable, a todo eso le agregamos que se lleva muy bien con su padre, Gabriel Agreste. ¿Cuándo sucedió eso? Fue cuando comenzaron a salir más seguido; al parecer, a su padre le gustaban los diseños de Marinette desde que vio el del concurso de sombreros, cuando Chloe le intentó robar su diseño, y no perdía oportunidad de invitar a Marinette a cenar con ellos, ¡él!, ¡su padre!, imagínense nada más. Dejando eso de lado, ella era un gran partido, una gran amiga, ¿por qué no una gran pareja? Era seguro que LadyBug no le haría caso, así que... ¿por qué no debería intentarlo? Y sin meditarlo más tiempo le dio su respuesta.

-Me encantaría salir contigo.

Y Marinette le regaló una sonrisa tan hermosa, que Adrien se olvidó de todo, incluso, de LadyBug. La veía embobado, tanto, que se olvidó que era Chat Noir y que, de manera inevitable, tendría que ver a su amor platónico, tenía que olvidarse de ella, tenía que cesar sus coqueteos, tenía que... pero... ¿realmente podría hacerlo? Después de todo, ¿quién se va a enterar? Nadie sabía su identidad secreta, así que no tenía que alejarse de LadyBug. Después de todo, Adrien era Adrien, y Chat era Chat. ¿Verdad?

Y así fue como comenzó lo que sería, la historia de Marinette y Adrien. Desafortunadamente, no tendría un final feliz. Porque Chat Noir no está dispuesto a olvidar a LadyBug, y Adrien no está dispuesto a dejar ir a Marinette, que era un pase seguro a tener un mejor relación con su padre. No es como si estuviese enamorado de ella, ¿no es así? Aunque, después de todo, la culpa es la culpa.

Oh pequeña mariquita, ¿cuánto te lastimará para satisfacer el egoísmo del hombre al que dices amar?

Bueno, dentro de poco se sabrá. Pero, díganme...

¿Ustedes, qué creen que pasará?


-Me alegra escucharte decir eso.

Y Marinette creyó que todo estaría bien a partir de ahora.

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Cuando ya no se puede esperar másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora