Porque esto es solo el prólogo

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Cuando ya no se puede esperar más.

Dedicado a:

YaraJael2003

Y

SoniaMartinez400

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Cuando el amor ya no es suficiente para aferrarse al dolor, lo mejor es dejarlo ir. Porque el dolor es también una sensación que nos hace saber que estamos vivos, pero procura no enamorarte de él, después de todo, hasta el dolor es pasajero.

°°°| Porque esto es solo el prólogo |°°°

Otra vez…

Otra vez sus esfuerzos eran en vano.

Otra vez… le ignoraba.

¿Por qué?

¿Qué le faltaba para que le volteara a ver?

¿De qué carecía para que se fijara en su persona?

Ya estaban hartos

Y eso era malo…

Marinette era una joven bella y enamoradiza… eso ya todos lo sabemos. Al igual que sabemos su pequeño secreto… que no es tan pequeño en realidad (después de todo estamos hablando de que ella es una superheroína llamada LadyBug). Aun así, nada quita el hecho de que esté enamorada de Adrien, su compañero de clases (aunque ustedes también saben eso, así que no sé por qué estoy diciéndoles todo esto y no pasar a la trama principal)…

Dejando las introducciones de lado, pasemos a lo que se supone es la trama de la historia, déjenme avisarles que no es tan sencillo hacerlo… después de todo… ¿ustedes creen en los universos alternos?, ¿ustedes creen que hay más de una dimensión? Amigos míos, si no les gusta de lo que va todo esto, con todo respeto, retírense antes de que tanto ustedes como yo pasemos un mal rato. ¿Por qué les digo todo esto? Sencillo. Porque esta historia, inicia con una de esas dimensiones que les digo…

En una dimensión, Marinette Dupain-Cheng  es una adolescente que sueña en convertirse en una diseñadora de moda. Se transforma en la superheroína Ladybug con la ayuda de su kwami, Tikki, para defender París junto con su compañero de equipo Chat Noir. Está enamorada de Adrien, por lo que actúa de manera torpe al hablar con él, sin mencionar todo lo que ya sabemos que ha pasado tanto como LadyBug y como Marinette.

Por otra parte, Adrien Agreste compagina su vida de estudiante con su trabajo como modelo en la compañía de ropa que lidera su padre, Gabriel Agreste. Se transforma en el superhéroe Chat Noir con la ayuda de su kwami, Plagg, para defender París junto con su compañera de equipo Ladybug. Un chico amable y popular, enamorado de LadyBug (oh, dulce ironía) mas todas las aventuras que ha tenido que vivir con sus dos facetas (o tal vez más, recordemos que es modelo).

Pero, ¿y las otras dimensiones? Quién sabe, después de todo, en una puede ser que sean pareja, en otra que se odien, en la siguiente que sepan sus identidades y se alejen, o en otra que se acerquen, hay gran variedad de universos que descubrir. Pero nos centraremos en una en especial… después de todo, son gracias a ellos que surgió esta historia… les presento la dimensión de:

Mario Dupain-Cheng y Adrianna Agreste, exactamente lo mismo que pasa con los otros que ya conocemos, solo que cambiando de sexo de todos los que participan en la historia original (y no, no es la versión femenina de Adrien –Adrianna- la que está enamorada de la versión masculina de Marinette -Mario-, así que quítense esas ideas, todo está igual, solo cambien el género). Aun así, todos sabemos que Adrianna deja a Mario en la “compañeros-de-clase-y-peleas-contra-akumas-aunque-aún-no-se-enteran-zone” (porque ni amigos se podría decir que son), por lo que la historia de ambos es lo mismo… que triste realidad.

Mario era de complexión fuerte, alta, atlética, de rasgos finos y masculinos, definitivamente un hombre con todas las letras; contrario a Adrien que era alto pero delgado, con un cuerpo esbelto y esterilizado debido a que es modelo. Adrianna era de complexión fina, elegante, alta y estilizada, toda una mujer que se vive en el mundo del modelaje; contraria a Marinette, quien era de estatura promedio, de figura fina y delicada, pero firme y orgullosa, con rasgos tiernos, toda una damita.

Pero, ¿qué eran las preguntas del principio? Fácil, se llama frustración, ¿o era resignación?, ni idea, el punto es que ambos estaban hartos de todo lo que estaban viviendo a lado de sus respectivos “objetos de todo su amor”, sin mencionar de los constantes rechazos que ambos estaban sufriendo… Momento… ¿rechazos? Si señores, me olvidé contarles que tanto Mario como Marinette habían intentado avanzar con ellos de manera sutil (pues no se sentían preparados para una declaración formal), comenzaron a pedirles citas que, en un principio, Adrien y Adrianna no captaban las indirectas que hacían aquellos dos enamorados en cada una de esas salidas. Claro que hasta que sus respectivos mejores amigos les abrieron los ojos es que se lograron dar cuenta de las indirectas y, tristemente, comenzaron a rechazarlos poco a poco, hasta que llegaron al punto de casi huir de ellos.

Su corazón estaba roto.

Y dolía, oh claro que sí.

Dolía como el infierno.

Pero así es el amor, ¿verdad?

Y claro que no decían nada, porque no podían reclamar nada, ¿con qué derecho?

Pero se habían decidido… al fin declararían sus sentimientos a la persona más amada para ellos. Solo esperaban que no salieran muy lastimados después de eso.

Porque, ¿qué era lo peor que podía pasar?

Lo que ellos no sabían es que esa frase siempre es un mal presagio, después de todo, lo que va mal, siempre puede empeorar.

Pero no se preocupen, después de todo, esto es solo el prólogo, el inicio, la calma antes de la tormenta. Porque Mario y Marinette aún no sabían lo que era en realidad tener el corazón roto.

¿Ustedes saben?

Pues prepárense, porque esta historia comienza de manera estrepitosa…

Después de todo, ¿qué puede salir mal?

Cuando ya no se puede esperar másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora