Capítulo 7: Terror desde el alma.
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Corre, corre todo lo que puedas y, cuando caigas, vuelve a levantarte y sigue corriendo. No pares, él se acerca; no pares, él ya está detrás de ti. Él es tu mayor temor. Él es tu pasado.
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Se sentía tan frío, tan solitario, tan abandonado. Tranquilo, muchos lo sentimos día a día. Pero, ¿te digo un secreto? Nunca lo demuestres, nunca demuestres que han logrado romperte, porque significa que te has sometido a ellos.
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Hace mucho, mucho tiempo, nació un niño; de cabello anaranjado pálido, casi blanco, y piel caucásica, tan blanca como la nieve. Sus padres sentían fascinación por él... hasta que abrió los ojos. Entonces se enteraron de una verdad que no querían reconocer...
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Punition estaba sentado en la cima de la torre Eiffel, veía al horizonte como si fuese lo más interesante del mundo, sumergido en sus propios pensamientos. Buscando un lugar en su mente donde lograse rememorar los mejores momentos de su vida. Melancolía, tristeza, felicidad, anhelo, ¿qué significaban esas palabras? ¿Por qué los seres humanos las sentían? Miedo, odio, amor, amistad, desagrado, cariño; eran cosas por las cuales las personas actuaban y seguían ideales que les eran dados desde el momento en que nacían. Cosas por las cuales se lograban realizar futuros maravillosos y llenos de esperanza... o, por el contrario, destruir y acabar con todo sueño y desestabilizar destinos.
La religión, la economía, las clases sociales, las leyes. Todo aquello creado por el hombre... no valía la pena.
Los humanos no valían la pena.
Y los odiaba a todos.
Aquel hombre de vestidura negra y ceñida, con una tela especial y un antifaz del mismo color, cabello naranja pálido dándole al blanco, ojos con un iris azul claro con tonos rojos en el centro y pupilas rojas, apariencia de un joven de dieciocho años, con una altura considerable y presencia imponente; se veía tan vacío, tan casando de la vida, que causaba una tristeza inimaginable.
No podía creerlo. Estaba tan cerca de cruzar a la nueva dimensión que le traería la esperanza que consideraba perdida y marchita. Tan cerca... ¡tan cerca, maldita sea! ¡Todo por esos estúpidos remedos de héroes que se lo impidieron! Pero no importaba, ya se encargaría de deshacerse de ellos. Después de todo, la paciencia era una de sus virtudes.
Ser sociópata tenía sus ventajas, ¿no es así?
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Marinette se encontraba mirando el techo de su habitación, recordando el acontecimiento que había sucedido hace apenas unas horas. LordBug, era al apodo de su contraparte, ¿verdad?
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Punition Destructeur había causado una brecha pequeña en la delgada capa que separaba las dimensiones entre sí. Estaba extasiado, emocionado y hasta se podía notar una mueca parecida a una sonrisa. Ya casi, ya casi lo lograba, sólo tenía que dar un paso al otro lado y su sueño comenzaría.
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Cuando ya no se puede esperar más
FanficCuando ya no se puede esperar más Cuando el amor ya no es suficiente para aferrarse al dolor, lo mejor es dejarlo ir. Porque el dolor es también una sensación que nos hace saber que estamos vivos, pero procura no enamorarte de él, después de todo, h...