about vampires ー bangtan

#010: sobre mejores amigos y mentirosos

La primera vez que Jimin sufrió de resaca se prometió que nunca más volvería a beber (también se prometió que no volvería a quitarse la ropa frente a desconocidos para mostrarles sus habilidades de baile en el estado más puro de su cuerpo). Por supuesto, volvió a beber y se quitó la ropa más veces de las que le gustaría confesar (al menos frente a Yoongi), pero al menos podía decir con orgullo que ya no lo hacía frente a desconocidos (saber los nombres de las personas es válido para decir que las conoces, ¿de acuerdo?) y que tenía más autocontrol.

Sin embargo, ahora lo decía en serio. Si Taehyung sobrevivía a las mordeduras de Jungkook, ya sea como humano o terminando como vampiro, prometía no volver a beber nunca más en su vida, porque el dolor de cabeza que le estaba destrozando el cerebro en esos momentos era peor que cinco resacas juntas en una mañana. Y ni hablar del dolor en su pecho después de tanto llorar y del ardor en sus mejillas y la piel tensa por las lágrimas secas.

Si Taehyung sobrevivía, le haría pagar por preocuparlo tanto. Ese era el trabajo de Taehyung, él era el que se preocupaba hasta el borde de lo ridículo, el celoso de los novios y amantes de Jimin y el amigo incondicional que siempre estaría allí para consolar y abrazar a Jimin después de un día especialmente duro.

Lo peor de todo es que tuvo que ocurrir una tragedia para que Jimin se diera cuenta de qué tanto conocía a la persona que consideraba como su hermano.

Cuando una enfermera lo llamó para preguntarle los datos de Taehyung, la mente de Jimin quedó en blanco. La mujer lo atribuyó al trauma y le dijo que podía llamar a los padres de Taehyung para que entregaran esa información. Pero Jimin tampoco fue de mucha ayuda en ese aspecto, ya que no sabía el número de teléfono de los padres de Taehyung. Demonios, ni siquiera sabía cómo se llamaban los padres de su mejor amigo.

La enfermera le dedicó una mirada escéptica, no asintió ni sonrió comprensiva, sino que frunció las cejas y se quedó de pie frente a Jimin, pensando por un largo rato hasta que decidió hablar.

—Kim Taehyung... —murmuró mirando la carpeta con el nombre de Taehyung. Debía ser la quinta vez que hacía eso en el rato que llevaban hablando y Jimin no sabía cómo interpretarlo—. No tiene ningún registro en el hospital, ni seguro médico ni números de emergencia. Buscamos en otros hospitales del país, pero no aparece nada.

Y ese fue el balde de agua fría que Jimin necesitaba para comprender qué estaba ocurriendo. En pocas palabras, Jimin estaba ofendido de no ser el número de emergencia de Taehyung (y probablemente su mejor amigo no tenía dinero para pagar el hospital, por lo que la cuenta saldría cara).

(Y tampoco una identidad, porque si no figurabas en ningún registro médico, eso significaba que tenías una excelente salud o que no existías. Y Jimin no sabía qué idea le daba más miedo).

—¿Me da un momento? —pidió Jimin forzando una sonrisa de disculpa y se alejó antes de que la enfermera dijera más cosas que arruinarían una amistad.

Jimin corrió al primer baño que encontró en aquella ala del hospital y se mojó el rostro con agua, respirando profundo para calmarse. Tenía que pensar con claridad, Kim Taehyung era un chico salvaje que se teñía el cabello tantas veces como Yoongi, y ahora su vida corría peligro y necesitaba todo el apoyo que Jimin pudiera brindarle. ¿Por qué ese estamento no ayudaba? Jimin se miró en el espejo, con el rostro pálido y los labios rojos de tanto morderlos, decidió que era hora de una intervención.

Sacó su celular, que gracias a un milagro seguía guardado en el bolsillo de su pantalón, y marcó el número de Yoongi.

Al tercer pitido contestó.

—¡Oh por Dios, Yoongi necesito de tu ayuda! ¡Taehyung se está muriendo, pero la enfermera me dijo que él no figura en ningún registro médico y posiblemente no se llame ni siquiera Kim Taehyung y tengo miedo porque no quiero que muera y no sé qué hacer porque no tengo dinero para pagar el hospital y sin seguro no se puede hacer nada y....!