#020: sobre finales y revelaciones pt. 1

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Notas: no está editado, así que si ven errores, hagan como que no existen jeje

Luhan debió haber imaginado que su convocatoria no generaría mucha audiencia. Había enviado un correo electrónico a todos los Abraxas pidiendo que vinieran y que era urgente que se juntaran en su mansión, a las afueras de Beijing, para una reunión donde pudieran conversar sobre el nuevo integrante (ya era tiempo de que dejaran de ignorarlo, fingir que Jungkook no existía no iba a quitar el hecho de que ahora era uno de ellos).

Rowand le respondió con una fotografía obscena, Paula exigió una fotografía obscena de Jungkook, Hanako dijo que tenía sus propios problemas en Japón (había surgido una gran ola de cazadores y estaban aterrorizando no solo a los vampiros de su territorio, sino que a los humanos también, a cualquier humano que no fuera hostil con los vampiros) y Adriel ni siquiera se dio el trabajo de responder (con un Ok le hubiese bastado a Luhan, pero comenzaba a creer que Adriel se había apartado de la tecnología otra vez).

Los únicos que llegaron a su mansión el día citado fueron Dhyana, Reagan e Inge, aunque ella no lucía muy contenta. Hacía tiempo que no se juntaban tantos Abraxas en el mismo lugar, habían pasado un par de décadas desde la última vez que más de dos vampiros se habían reunido.

Luhan habría hecho una fiesta y un festín antes de comenzar con la reunión, pero debían ponerse en movimiento si no querían que Jungkook muriera. Eso sería algo desafortunado, no podían darse el lujo de perder a otro más. Y si era sincero, el poder de Svetlana siempre había sido uno de los más útiles.

—Yo digo que deberíamos matarlos a todos. Ya estoy aburrido de los humanos —dijo Reagan en cuanto se sentaron frente a la gran mesa que Luhan había preparado. A pesar de que tenían prisa, eso no iba a detenerlo de ser un buen anfitrión y ofrecer de la mejor sangre que tenía en su bodega personal.

Sobre la mesa, en jaulas gigantes y doradas, había tres jóvenes en vestidos de seda, totalmente limpios y maquillados. No bailaban, no hablaban, solo se movían con curiosidad ante los nuevos invitados, de pie bajo el alto techo de la mansión. Pero ninguno de los vampiros les prestó atención, no todavía.

—¿Y con qué te alimentarías, genio? —inquirió Dhyana con exasperación, pero antes de que se pusieran a discutir, Luhan golpeó con delicadeza una copa vacía con una cuchara.

—No vamos a discutir la extinción de los humanos, Reagan. No otra vez en el mismo siglo.

Reagan bufó y se cruzó de brazos, pero Luhan había obtenido el resultado deseado, porque ahora todos les prestaban atención.

Vaya conjunto que eran, pensó. Reagan era alto, áspero y afilado en todos los bordes de su cuerpo. Dhyana, era imponente: morena, de cabello largo y castaño, con los ojos más azules que cualquier vampiro podría tener, siempre azules. Inge, por otro lado, era menuda, huraña, letal. Hablaba poco y tenía menos paciencia que Reagan, así que nadie se interponía en su camino cuando decidía matar a alguien. Era una buena señal que aún no quisiera provocar el Apocalipsis, así que Luhan aprovechó el estado civilizado en que aún se encontraban para comenzar con la reunión.

—Como sabrán, tenemos un integrante nuevo —Comenzó a decir Luhan—. Es el heredero de Svetlana, ella misma lo eligió.

—Lo eligió porque no le quedó más opción, estaba en su lecho de muerte —interrumpió Reagan, pero Luhan negó con la cabeza.

—No, en realidad lo eligió desde antes de que la quemaran. Me confió su seguridad desde que aún era un humano, apenas un niño.

—¿Así que lo entrenó para convertirlo en su heredero? —preguntó esta vez Dhyana. Luhan, otra vez, negó.

about vampires ー bangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora