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Kellin despertó en el avión, por fin habían regresado a casa, después de largos 10 años de haberse ido. Todo había cambiado en su vida, seguía teniendo dinero pero ya no era el niño mimado que va por la vida haciendo sentir mal a los demás. Ahora era todo lo contrario, Kellin Quinn, quien conservó la chillona voz sólo que ahora un poco más masculina, ahora era tierno y amable, sin importar con quien tuviera que tratar, él era tan lindo y tierno. Un joven de diecisiete años totalmente bueno y educado.

Al contrario de Vic, quien ahora disfrutaba de molestar a los demás, golpeaba a algunas personas que no le parecían "agradables", iba a la escuela a hacer desastre y a perder el tiempo para mantener contentos a sus padres. Ni siquiera parecía ser amable con su propio hermano.

Kellin junto a su madre bajaron del avión. Un auto los esperaba ahí para llevarlos a casa, aunque él insistió para que fueran en taxi su mamá no quiso.

Él sólo quería ir a buscar a Vic para pedirle perdón por todo lo que le había hecho, normalmente eso lo hacía pensar bastante por las noches, tal vez en lugar de dañar tanto a Vic sólo tenía que tratar de ser su amigo.

La casa seguía igual, su cama aún tenía decoración de niño pequeño, sonrió al mirar sus cosas, no se habían llevado mucho pues en Londres ya tenían una casa amueblada así que sólo pudo sacar algunos juguetes. Encontró también su libreta de cuando era niño.

Todas las hojas, bueno, casi todas las hojas, tenían escrito "Vic" o "Fuentes", le agradaba el nombre a pesar de que Vic le caía bastante mal.

Pensó mucho en salir de casa pero comenzaba a oscurecer y le daba un miedo irracional estar afuera de noche. No estaba acostumbrado a la oscuridad exterior.

Mientras que Victor estaba en un bar, con sus amigos, bebiendo, fumando, con identificación falsa, veinte novias distintas, y eso que era domingo y tendría clases el siguiente día. "Disfrutando" de su juventud y de la bola de gente que hacían todo lo que el decía como viles borregos. Como fuera a él le encantaba ser a quien todos amaban. Con trabajo consiguió llegar a su casa, subir las escaleras y tirarse en su cama. Fue increíblemente fácil caer dormido con tanto alcohol en el cuerpo y con el cansancio que llevaba.

Sus padres tal vez lo descubrieron, aunque ya no sería noticia saber que Vic llegaba en esas condiciones a su casa. Era casi tan común que cuando no pasaba se preguntaban si algo malo le había pasado.

—¡Hey! Vic... Despierta —. Escuchó a Mike decirle mientras lo movía un poco

—Largate, idiota

—Vas a llegar tarde a la escuela

—No me importa

—Kellin Quinn volvió —. Soltó Mike y no consiguió respuesta de Vic por lo que se fue.

Vic se puso lo mejor que encontró en su armario, hizo todo para verse bien, salió corriendo a la escuela. Tanta era su prisa que olvidó que tenía auto. Era hora de que Quinn pagara por lo que le había hecho pasar gran parte de su infancia, quería su venganza pero le daba bastante miedo que Kellin simplemente llegara a quitarlo de su lugar.

Entró corriendo y buscándolo como loco. Y lo encontró. Estaba sentado en el piso leyendo un libro, tomando café, casualmente removia un poco el largo pelo de sus hermosos ojos, como pensó Vic, había crecido bastante bien.

En el momento que terminó de babear mirando al nuevo Kellin se sintió extraño por pensar de esa manera de él, por dos razones, 1) no era homosexual y 2) Odiaba a Kellin Quinn, ¿No?

Pero es que, si alguien lo viera ahí sentado con su libro, su café, su piel blanca que parecía ser muy delicada, su lindo pelo y su llamativo suéter le sería imposible pensar en hacerle alguna clase de daño.

Se acercó lentamente hasta quedar parado en frente de él. Subió su mirada y no reconoció a Vic.

—¿Podrías moverte, por favor? Es que necesito la luz para leer

—Ahora ya lees, Quinn —. Contestó Vic, esa voz chillona lo hacía recordar todo lo que había pasado

—¿Fuentes? —. Cerró el libro y se paró, era más alto —Victor, en verdad no se si aún recuerdes que hace diez años...

—Si lo recuerdo, imposible olvidar lo amable que eras con migo, de sólo siete años, pero no te preocupes, las cosas han cambiado por lo que veo.

Tomó el café de Kellin y se fue dándole a entender que no iban a ser amigos ni en mil años. Él lo entendió perfectamente y decidió no volver a acercarse a Fuentes, se veía que efectivamente las cosas habían cambiado, y mucho.

Vio a Mike y fue con él, ellos habían sido amigos y esperaba que eso no hubiera cambiado. Estaba con otro chico tal vez de su edad, de lejos sólo podía ver el cabello café y que al parecer era muy amigo de Mike.

Tocó el hombro de el hermano Fuentes agradable y este volteó junto a su amigo.

—¿Mike? -. Preguntó el

—Si, ¿Tú eres...?

—Soy yo, Kellin, éramos amigos hace unos diez años

—Kellin, cambiaste bastante, bueno, de hecho no tanto, o sea, si más o menos por eso no te reconocí, pero aún conservas algo del Kellin de hace diez años. Y realmente espero que no todo.

—¿Quién es tú amigo? —. Preguntó el amigo de Mike a Mike, obviamente

—Tony, él es Kellin Quinn, es mi amigo desde que éramos super pequeños

—¿Por qué entraste a mitad de año? —. Le preguntó Tony como si fueran amigos de toda la vida, lo que de algún modo lo hizo sentir bien

—Antes vivía en Londres pero decidí que quería volver a casa y este era un buen momento.

Comenzaron a hablar, se hicieron amigos rápido, después de todo Kellin podía agradecer que Mike no se había vuelto como su hermano. Y los amigos de él eran agradables, Tony le pareció divertido, soltaba algún comentario casual que daba gracia aunque normalmente estuvo callado, parecía ser tímido pero al principio le había demostrado todo lo contrario. Agradecía tener con quien estar el primer día en el que normalmente todos estan más solos que una roca.

Years. [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora