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Toda la cara le dolía en exceso, ¿Qué haría para que su madre no se diera cuenta? Posiblemente llevaba la nariz rota, tendría que decirle de algún modo sin culpar a Vic.

Tuvo una idea increíblemente tonta, pero que funcionaria, diría que se golpeó con una puerta, bueno que sin querer lo golpearon con una puerta. Sólo esperaba saber mentir lo suficiente para que le creyeran.

Salió de su desordenada habitación buscando a su madre quien convenientemente estaba trabajando. Recordó que ya habían contratado una trabajadora para que se hiciera cargo de lo que la madre de Kellin no quería, él contaba en ese grupo ¿o no?

La buscó por toda la casa, la encontró fumando en el patio trasero, rodó los ojos al verla así pero tampoco era que le fuera a reclamar, era su problema si quería fumar y a Kellin le agradaba hacerlo también así que no le importó mucho.

—Janeth —. Le habló y ella soltó el cigarrillo y lo piso casi por instinto. Él llevaba la mano el la nariz

—Si, señor Bostwick —. Le dijo

—Dime Kellin, por lo que más quieras, me duele un poco la nariz —. Ella no parecía muy preocupada hasta que Kellin quitó su mano

—¡Oh por Dios! ¿Qué te paso? Tengo que llevarte al hospital, si, eso debo hacer, iré a cambiarme, tú, tú ve a la sala y quédate ahí

—Recoge el cigarrillo o mamá se va a enojar

Ella lo hizo y subió corriendo. ¿Por qué alguien como Janeth estaría trabajando ahí? Ni siquiera era tan grande, era delgada y pálida, tenía ojos cafés grandes, era alta y su cabello castaño claro. Podría convertirse en modelo si quisiera pero en cambio estaba ahí desperdiciando su vida haciendo los deberes en la casa de Kellin.

Bajo con una playera negra y unos shorts, jamás la había visto sin el uniforme, tomó a Kellin y lo llevó hasta su auto, el de ella. En pocos minutos habían llegado al hospital, no sabía si Janeth estaba preocupada por Kellin o porque si su madre se enteraba posiblemente la culparia a ella y la despediria.

El doctor lo revisó y le dijo que traía la nariz rota, algo que ya sabía, se la arreglo haciéndolo gritar de dolor y en unas cinco horas ya estaban volviendo. Eran como las tres de la tarde, Janeth iba fumando cuando iban de regreso a su casa.

—Espero no te moleste que fume —. Le dijo

—No hay problema

—¿Cómo te hiciste eso? Sabes que tu madre pedirá una explicación y si no se la doy me despide y creeme cuando te digo que si ella hace eso estoy acabada

—Estaba a punto de salir del baño en la escuela y alguien abrió la puerta golpeandome en la cara, con la puerta, obviamente, y ya, sólo eso

—De acuerdo, ¿con quien te peleaste? No se lo diré a tu madre, a ella le contaremos tu bonita mentira

—¿Cómo lo sabes?

—Bueno, exactamente eso dije a mis padres alguna vez que alguien me golpeó en la escuela

—¿Por qué trabajas... pues, aquí? —. Se atrevió a preguntar Kellin

—No he tenido la vida más fácil, me sacaron de cinco escuelas, estuve en un hospital psiquiátrico por problemas de ira un año, he estado en prisión unas dos veces, mis padres dijeron que ya no me soportaban y entonces tuve que arreglarmelas sola, esto y un pequeño cuarto en renta es lo mejor que conseguí

—¿Por qué no intentas otra cosa? Renuncia a este aburrido trabajo, busca un trabajo que disfrutes realmente, ¿En qué eres buena?

—No se, pero olvidado, mejor dime ¿Aún te duele la nariz?

—Si, algo, no es tan grave

—Supongo que ese que te hizo eso va a recebir lo mismo ¿cierto?

—No, yo no soy así

—Señor... —. Dio una pausa —A la Mierda —. Dijo susurrando —. Kellin sólo mira como te dejo la nariz, dudo que te lo merecieras, tú no matarias ni a una mosca, pero espero que si puedas dejar así a quien sea que te haya dejado así

—Pero él es, él es especial, lo hizo sin querer, yo lo provoque.

—¿Tú novio? —. Al parecer comprendía bastante bien la sexualidad de Kellin

—No, pero...

—El que te gusta... Claro, ¿acaso es ese chico moreno del que guardas fotos en tu teléfono?

—Si, fue él, pero es una larga historia. Realmente creo que no fue su intención

—¡Claro que la fue! No le rompes la nariz a alguien sin querer

—Eso puede ser cierto...

—No dejes las cosas así

—¡Tienes razón!

"Jodete Vic" pensó. No le iba a perdonar eso, le había roto la nariz, tenía que vengarse de algún modo. Sabía perfectamente que iba a hacer, algo que a Vic no le agradaría en lo más mínimo.

Su plan saldría perfecto. Adoraba a Janeth, sin ella posiblemente lo habría perdonado, pero no, no lo merece. Jamás tuvo que poner un dedo encima de Kellin.

¿Qué duele más el daño físico o el psicológico? Para la suerte de Kellin, Vic era tan débil, aunque aparentara que no, era tan débil que cualquiera de los dos estaría bien. Él no se sentía mal por lo que tenía planeado, Vic se lo había buscado de todos modos.



Years. [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora