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El clima había estado frío, pero aún así Vic no faltaría, Kellin lo había citado en una cafetería a las siete de la tarde, la hora en la que comenzaba a hacer frío extremo. Fue vestido casual, unos jeans negros, una playera blanca y una sudadera caliente.

Entró y vio a Kellin sentado en una de las mesas, corrió hacia allí y no dudo en sentarse sacando a Kellin de lo que fuera que estuviera pensando mientras miraba a la calle por la ventana y bebía café.

-Creí que no ibas a venir ¿Acostumbras llegar tarde a todos lados?

-Tenía demasiado frío ¿Por qué querías que viniera?

"Porque me encantas ¿no es obvio?"
-La presentación es la semana que viene y sólo faltaba mi canción, ya está completamente lista. Pensé que querrías verla.

-¡Ah, claro! -. Dijo Vic a pesar de sentirse un poco decepcionado, él esperaba algo más.

Vic leía, Kellin miraba por la ventana pensando y el mundo seguía. ¿A quién le importaba si Vic lo odiaba después de lo que Kellin haría en la presentación? Lo hacía por su bien, por el de Vic. Después de pensarlo mucho se dio cuenta que no podía hacer nada para mantener su amistad con Vic sin decir la verdad, y prefería ver a Vic feliz. Extrañaba esa sonrisa que ya raramente aparecía en Vic y no le molestaría verla de nuevo, aunque fuera de lejos. Lo afectó bastante el examen.

Ninguno decía nada pero era obvio que los dos tenían tantas cosas que querían gritarse hasta quedarse sin voz. Noches enteras que pasaban pensandose, mañanas en las que desearían estar juntos. Y todo era tan fácil, pero Kellin no se lo decía por miedo, ya no lo quería lastimar y Vic sólo no comprendía muy bien su situación, hace un año se juraba a sí mismo que mataría a Kellin Quinn si volvía a verlo, las personas cambiando bastante rápido.

—Kellin, ¿Estas seguro que quieres que está sea la canción? Es muy personal, supongo, ¿no te afectará? —. Preguntó Vic

—¿Qué? No, para nada. Ya quedó en el pasado.

—Esta bien, si tú quieres.

Luego silencio, ese típico silencio incómodo que jamás sabes como romper. Nadie habló dos minutos.

—Hay, hay algo más que quiero decirte, pero no aquí —. Interrumpió Kellin

—¿Entonces?

—Sorpresa —. Dijo él

Kellin dejo dinero y comenzó a irse, Vic supuso que tendría que seguirlo. Kellin subió a su auto y abrió la puerta del copiloto desde adentro para que Vic entrara. No lo dudo ni un segundo. Iban callados, Vic no s atrevía a preguntar a dónde lo llevaba y Kellin tampoco le decía.

Sentía su corazón latir muy rápido, demasiado, pero no era momento para quejarse de sus malestares, le importaba más lo que fuera que Kellin le diría que morir de un paro al corazón. Llegaron a una clase de terreno abierto y sin gente, comenzaba a hacerse noche pero el cielo aún tenía un poco de luz, justo como Kellin lo había planeado.

—Quería decir que no tengo idea de que sientes, me confundes mucho y por más que lo intenté no te comprendo, pero con todo y la confusión que me causas yo si estoy seguro de lo que siento y... Puedo decirte que no quiero hacerte daño...

—Kellin...

—No, espera, déjame terminar. Como decía, no quiero lastimarte, pero lastimar a la gente que más se ama parece ser parte de la naturaleza humana, quiero que sepas que sin importar que haga lo que siento por ti seguirá ahí y posiblemente no se vaya en unos años.

No lo resistió, ya no podía seguir queriendo convencerse a sí mismo de que no amaba a Kellin. Estaban parados a mitad de la nada, en alguna hora cercana a las ocho de la noche cuando Vic se medio suicidó sin darse cuenta. No saldría nada bien de lo que sentía, el amor jamás tiene un final feliz a menos que sea en película animada.

Pero en ese momento nada le importaba, tenía a Kellin, se besaban, una vez más, en ese momento Vic creía que ese era su "final feliz" y Kellin a pesar de amar la manera delicada pero a la vez fuerte en que los labios de Vic se movían cuando se besaban no podía sentirse bien completamente. Trató de no pensar en eso.

Era lo mejor que tenían los dos. Fue algo agobiante llegar a que los dos lo aceptarán pero por fin todo parecía brillar sólo un poco. Un pequeño foco débil que se apagaria con cualquier pequeña palabra. Pero sería más que tan sólo una palabra lo que Kellin diría en su momento.

—Kellin, me vuelves loco —. Le dijo

—¿Eso está bien o mal? —. Sonrió

—Es lo mejor que me ha pasado

Los dos deberían de ser las personas más felices en todo el mundo pero cada quien sentía su pequeño vacío muy en el fondo, preocupaciones de lo que les esperaría en el futuro, pensar en sus familias, hasta en cosas del pasado. Deberían de olvidar todo eso tan sólo por una noche, sólo que ninguno de los dos lo hacía.

El resto del tiempo que pasaron en ese lugar fue casi normal, Kellin recostado a un lado de Vic sobre el pasto con la cabeza recargada en el fuerte brazo de el moreno, hablando de temas sin mucha importancia mientas Vic enredaba y jugaba con el pelo de Kellin. Querían que ese momento fuera eterno.

Lamentablemente aún no eran nada más que "amigos", ninguno de los dos había propuesto la idea de una relación sólo trataban de pensar tanto el uno del otro que todo lo demás en el mundo parecía ser insignificante. Para Vic sólo era Kellin y para Kellin no había más que Vic.

Ese era el otro problema.

☺☺☺☺☺

Tengo tantas ideas para esta historia.

Agradezco todos los votos y comentarios, todos ustedes tienen ganado mi corazón por el resto de sus vidas.

Pd: tengo 3 historias en borrador (también Kellic) ¿Les gustaría que publicara alguna? 😂

Years. [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora