ETERNO

Capítulo 5 - Aliados

SeHun

-¿Quién más sabe que estoy aquí?

-Él, mi hermana, los perros de caza exclusivos para tu mascota y yo.

-Hace un poco más de un mes tuve un encuentro con uno de los neofitos, dijo que lo hacía por su familia.

-Lo sé, tu amigo se ha vuelto más exigente, ya no busca convertir a cualquier tipo. La excusa que le dio al principe fue que tardaban más en entrenarlos, a pesar de que eran más fuertes. Ahora recluta a aquellos que tienen familia, obedecen más rápido y su instinto, aunque no disminuye, lo controlan ingiriendo un poco de sangre animal.

-Es por eso que se han mantenido con un perfil bajo.

-Los perros de caza sí, aunque debes saber que aparte de mí, vendrá mi hermana y una de las nuevas. Ellas no son tan amistosas como yo. La nueva ha sido malcriada por el príncipe, tal vez a ella no logres reconocerla pero sus extrañas formas de matar a sus presas te daran una idea.

-Lo que significa que has dejado de ser la favorita del príncipe.

-Nunca lo fui, mi hermana es la que tiene bien vigilada a la nueva. Lo que me permite estar aquí, contándote las buenas nuevas.

-Y lo que seguramente tiene un precio. ¿Qué es lo que quieres?

-Lo mismo que tú, una vida normal... - Cierra los ojos antes de mostrarme el verdadero color que estos tienen. - Y si eso no es posible, al menos lo quiero muerto, - Se rie. - Bien muerto. - Ironiza. - No estoy dispuesta a pasar la eternidad bajo las órdenes de un imbécil tirano.

- Siempre puedes venir conmigo. - La miro detenidamente. - No tendrás los privilegios y lujos a los que estas acostumbrada, pero si la oportunidad de sentirte libre.

-¿Y luego qué? Nos encontrarán y nos obligaran a volver, mi hermana podrá suplicar por nuestros cuerpos, nos salvaremos y esto nunca terminará. No Sehun, no quiero huir, ni sentirme libre, quiero ser libre, quiero morir como cualquier otra persona, envejecer junto a la persona que amo, no verla morir sin ser capaz de despedirme por temor a que descubra que el tiempo ha sido benévolo conmigo.

-Nosotros no nos enamoramos, no sentimos, estamos muertos, no podemos.

-Te equivocas. - Se pone de pie para acercarse a la ventana. - Eso es lo que nos han hecho creer. - Me mira de reojo. - Tú deberias tenerlo más claro, ese chico al que tanto cuidas es la prueba.

-No lo cuido, sabes que lo quiero muerto por su traición.

-Claro. - Suelta una risita. - Puedes seguir convenciendote de ello. Pero aquí. - En un abrir y cerrar de ojos la tengo frente a mi, tocando con su índice donde se supone tengo el corazón. - Sigue estando instalado lo que una vez te hizo sentir, sólo debes probar su sangre para que despierte.

-Lo quiero muerto, sólo yo voy a darme el gusto de verlo morir, no tengo la intención de revivir nada.

-O puedes dejar tu venganza estúpida y averiguar por qué el príncipe lo quiere con él.

-¿Qué estas..?

-Tu mascota es quien nos dará la libertad que muchos esperamos, si cae en las manos correctas o el nuevo inicio de la oscuridad y el ascenso de nuestro príncipe.

-Él lo mató, no veo la razón de que haya esperado tanto tiempo para su ascenso, pudo hacerlo en ese momento.

- Era mortal, no le servía, hasta que la luna nueva apareció. El ritual se completó y cuando te convertiste se dio cuenta de que no eras tú, sino él.

-Es por eso que me dejó ir sin oponerse.

-Y porque tú lo llevarías de regreso al elegido.

-¿Cómo? - Tenía mis sospechas, sabía que algo más me ocultaban. - ¿Cómo es que él puede salvarnos?

-Manteniéndolo vivo hasta la próxima luna roja. Si logramos que el príncipe y mi hermana no sospechen que conocemos la verdad ese día te diré lo demás.

-Tu hermana es una sacerdotisa, no podremos ocultarlo tanto tiempo.

-Yo me encargaré de distraerla, tu trabajo es mantenerlo a salvo y si puedes olvidar tu venganza y enamorarlo será mucho más fácil la segunda parte.

-Puedo mantenerlo a salvo, pero no enamorarlo, no puede ni verme, no me quiere cerca.

-Eso tiene que cambiar, no será diferente a lo que él te hizo. Sehun. - Sus manos acunan mi rostro. - No te engañes más, deja que lo poco que aun conservas de tu parte humana salga, siéntelo, por tí, por todos nosotros.

-¿Realmente quieres ser humana?

-Tanto como sé que tú lo deseas.

-Asegurate de que tu hermana no sospeche nada. Vamos a ser libres.