Mindless #1

Primer crímen

11:00 am.

Fui a dar una vuelta por el barrio por que mi aburrimiento era superior a mi pereza. No se veía mucha gente a esa hora, era un barrio tranquilo, nunca pasaba nada interesante. Giré por la primera calle a la izquierda y el panorama que me encontré me dejaba por mentirosa por todo lo que acababa de decir.

Había sangre por toda la acera; el bordillo, la hierba del jardín de la casa con el tejado rojo, incluso la puerta de ésta tenía ese color muerte. Me acerqué al corrillo de vecinos que estaban hablando de lo que había sucedido.

—No tiene piedad. —Dijo una mujer abotonándose la bata que tenía puesta.

—Pero si este barrio es muy tranquilo... —Siguió una anciana que se encontraba cerca mío.

—Mira lo tranquilo que es. —Contestó una voz que no supe reconocer.

—Tiene que haber sido algún vecino nuevo... No puede ser uno de los nuestros, llevamos toda la vida juntos, nos conocemos todos. —Dijo un señor de mediana edad, que en ese momento se dio cuenta de mi existencia. —Lena, cariño, mejor vete de aquí... No quiero que veas esto. —Me dijo aquel hombre amablemente. Sólo lo conocía de vista, pero era un sitio pequeño, no me extrañó que supiera mi nombre.

Fui caminando de vuelta a mi casa, el horror que había contemplado... Nunca antes había estado en esta situación, a parte del accidente de Sunday.

__¿Quién habrá sido? ¿Quién puede tener la sangre tan fría para asesinar así a una persona? __ Pensé.

No era un asesinato normal, de aquellos que se veían por las películas de terror... Si no, una matanza en toda regla. Sólo de pensarlo me daban escalofríos.

Tendría que ponerme manos a la obra, tenía un espíritu de detective desde que era pequeña, y más en ocasiones como estas. Y yo, Lena, descubriría quién había hecho este sangriento asesinato.

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Las cosas con mis amigas habían avanzado notablemente, con todas, menos con Natasha. No sé por qué pero ya no le miraba igual. Había algo en ella, que no me gustaba.

Llegué con Lucas a la primera clase, nos íbamos riendo por el pasillo porque por tercera vez en esa semana llegaba tarde por mi culpa, y por alguna razón él se reía y como me encantaba su risa, me la contagiaba.

Me senté al lado de Patricia y comenzamos a hablar sobre la fiesta que habría ese sábado y sobre qué nos pondríamos. De reojo vi que Natasha se sentó al lado de Lucas para hacer el trabajo grupal que acababa de mandar el profesor. —Hola Natasha, ¿Cómo estás? Hace muchísimo que no quedamos eh. —Dije con una falsa sonrisa.

__No el suficiente. __ Me dije a mi misma.

—Pues sí, mucho. Pero supongo que en la fiesta nos veremos. —Me contestó con una sonrisa.

—Ya... Emmm... Bueno yo te quería pedir que te fueras a tu asiento habitual, ya que Lucas y yo hacemos el trabajo juntos y necesitamos tiempo a solas. —Dije remarcando la palabra última.

—Lena... Es que hago con ella el trabajo, me lo pidió primero. Es más ni siquiera me lo has pedido. —Habló por primera vez Lucas.

—Oh está bien, no pasa nada. Nos vemos. —Dije despidiéndome de ellos y sonriendo, mientras por dentro estaba muriendo de rabia.

Llegó el profesor y con él la clase más aburrida del día, pero yo no estaba en la clase, no mentalmente.

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