Playa

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"TE ESTOY VIGILANDO. "

Aquella nota.

Aquel papel.

Aquella especie de amenaza.

Ya sabía quién era, en el fondo lo sabía.

¿Él lo sabía?

¿Quién se creía?

Las luces se encendieron y un chico por la puerta baja del cine se acercó a mí y me entregó el papel, no estaba seguro de si era yo. Estaba claro que él le había mandado que me lo trajera.

"TE ESTOY VIGILANDO, NO LO OLVIDES. "

Suspiré. Estaba acostumbrada.

Me levanté de la cama y me vestí para prepararme para ir a la playa. Aún hacía algo de frío para ello, pero no importaba. Me miré en el espejo con aquel bikini nuevo que hacía apenas un mes había ido a comprar al centro comercial con Lucas y fruncí el ceño.

—No está mal. —Dije a la chica que se reflejaba. Había adelgazado unos pocos kilos y me veía mejor, y aquel color oscuro me hacía resaltar más mi piel blanquecina. Me puse un vestido veraniego encima y salí de casa sin maquillar. Lucas ya estaba en la puerta.

La brisa, el mar, el agua clara y fría, también sus ojos del mismo color y su cabello algo más claro por llegar el verano. Todo ese conjunto y su torso desnudo hacía que mi yo interior estuviera más que feliz.

—Vámonos al agua. —Dijo Lucas con un puchero. Llevaba un rato esperando el momento de quitarme el vestido, me daba algo de vergüenza.

—Es que...

—Es que nada. —Rechistó el chico sin dejarme terminar mi escusa. —Quítate ya el maldito vestido.

Le miré haciendo un puchero que no funcionó y se cruzó de brazos.

—Quiero bañarme.

—Está bien. —Me tumbé en la toalla sin tocar la arena y me puse las gafas de sol. —Ves al agua, yo vigilo. —Vi su ceja levantada y sonreí.

—Hacemos una cosa. —Se acercó a mí. —Si vienes conmigo al agua, sin vestido. —Aclaró. —Serás mi novia.

Le miré sorprendida y sonreí.

—¿Esa es tu propuesta? —Él asintió y me volví a recolocar las gafas en mi nariz y volví a la posición en la que me encontraba hacía unos segundos.

—Seré tu novio y además iré a tu casa a comer este fin de de semana. —Rodó los ojos. Llevaba semanas pidiéndole que viniera, ya que mis padres le querían conocer. Sonreí entusiasmada y corriendo me quité el vestido y lo lancé por la toalla. Corrí al agua sin que me viera y me lancé de cabeza.

Al salir de la superficie me lo encontré justo a mi lado, con sus largas pestañas juntas por el agua.

—Tú plan no ha funcionado.

—Claro que sí.

—Te he visto. —Sonrió y me besó.

El sabor a sal, mar y sus ojos azules cerrados me dieron paz y tranquilidad.

Me dieron familiaridad.

Mindless #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora