Penetrante Mirada

242 36 0
                                    


-¡Taemin! – alguien gritaba mi nombre, sentía que algo me alejaba de la obscuridad que me había rodeado, me había quedado estático por un rato observando esos ojos a los que tanto les temía, por más humana que fuera su forma sus ojos aun tenían un rojo intenso – ¡Taemin! – me volvían a llamar, así que empecé a retroceder levemente hasta que sentí como la obscuridad que me rodeaba se transformaba en una obscuridad diferente, donde la luna alumbraba el pequeño parque al que había huido.
-¿Taemin dónde estabas? – Sentí una mano en mi hombro y colapse – ¿Estás bien? Pasé por aquí varías veces pero no estabas.
-Volvió hyung – sentí como mis fuerzas me abandonaban y no supe nada más solo pude oír otra vez los gritos de mi hyung.

-Posiblemente se deba a toda la conmoción que ha pasado – una voz masculina hablaba a mi lado.
-¿Entonces fue solo el estrés doctor?
-Si señora, se repondrá en poco tiempo. A veces la tristeza es lo que más daño le hace al cuerpo humano. – Estaba seguro que no había sido la tristeza, fue eso, eso se llevó mucha de mi energía, mi pecho aun dolía y ahora sentía que el dolor se expandía.
-¡Taemin! – mi hyung vio que abrí los ojos y ahora corría hacía mi.
-¿Te sientes mejor hijo? – mi madre también se acercó.
-Estoy bien – mentí – solo estaba cansado
-Taemin – Jinki me miraba muy serio, se veía bastante preocupado – ¿Todo está bien?
-Sí, no te preocupes hyung.

Salí del hospital esa misma tarde, decidí quedarme callado y no hablar de lo sucedido con mi hermano. Conocía a Jinki se preocuparía demasiado por mí e inclusive haría guardia fuera de mi puerta como cuando éramos niños, solo esperaba que esa cosa no volviera por ahora.
La noche fue eterna, ahora temía a la obscuridad y cualquier ruido me mantenía alerta por el temor de hacer algo más que no deseaba. Mi conciencia me carcomía poco a poco, era un asesino y de una de las personas que más me cuidaba, los celos me habían llevado a cometer un horrible crimen.
No deseaba volver a hacerlo, decidí ir hasta la cocina y buscar algo con que opacar mi sed, en la mesa alguien había dejado un cuchillo. Lo observé por un momento, su brillante filo me llamaba, me obligaba a acercarme poco a poco. Llegué hasta el lado de la pieza metálica y comencé a acercar mi mano. La mejor solución era terminar con todo, la única forma de deshacerse de un asesino. Tomé el cuchillo y lo empecé a llevar a mi cuello, era el lugar más seguro para no dejar un cabo suelto, no quería que nadie más muriera por mi culpa. El frio metal estaba cerca...
-¿Qué demonios estás haciendo? – sentí un fuerte golpe y luego caí al piso por el impulso, sobre mí calló mi hermano. Se empezó a incorporar y me lanzó una fuerte mirada – ¿Qué pensabas? Te pudiste haber hecho daño – sus ojos se volvieron cristalinos y las lágrimas querían salir.
-Lo siento hyung – empecé a llorar como niño pequeño, algo me había llevado a eso, no me había podido controlar. Mi pecho volvía a arder y ahora mi hermano me abrazaba con fuerza.
-Quiero que me digas qué pasó realmente Taemin – dijo mientras sujetaba mi cabeza y la oprimía contra su cálido pecho.
-Eso volvió – dije entre llanto mientras me aferraba a su pijama y la estrujaba en mis manos, no quería que me dejara solo, no sabía de lo que era capaz y si esa cosa iba a volver.
-¿Por qué no me lo dijiste? – mantenía la calma y acariciaba mi cabello mientras seguíamos tirados en el piso de mosaicos de la cocina, recargados contra la pared.
-Tenía miedo... -detuve mis palabras y seguí llorando.
-No temas, nos desharemos de eso – dijo tomando mi cara en sus manos y volteándola hacia su rostro – encontraremos una forma – mi hermano era el único que me apoyaba con este temor durante mucho tiempo nadie nos creyó, pero nosotros siempre supimos que si había pasado.
-No – se solté de sus manos y volví a hundir mi cabeza en su pecho – por mi culpa Key está muerto – dije y volví a llorar con fuerza – esa cosa se lo llevó por que yo lo deseé así.
El silencio se presenció, lo sabía mi hermano se quedó ahí sorprendido, de seguro ahora pensaba que era un verdadero monstruo.
-¡No digas eso! – me tomó de los hombros y me alejó de su cuerpo yo solo giré la cabeza para no verlo de frente – la muerte de Kibum fue un accidente, no fue tu culpa y si estuvo relacionado con esa cosa tampoco fue tu culpa – lo volteé a ver muy sorprendido – no dejes que te engañe con sus palabras, solo quiere engañarte.
-Hyung – lloraba de nuevo pero esta vez me sentía un poco mejor, aunque aún sabía que todo había sido por mi causa.

Tu Mirada en la ObscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora