Dulce Piel

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En la escuela todos me veían de una forma extraña. Decidí ir a clases por que ya había faltado bastante y ahora mi hermano simplemente no deseaba hablarme desde que la noche anterior había dicho que no me importaba morir y esta mañana solo me lanzaba miradas llenas de odio mientras desayunábamos y no se atrevió a cruzar ni una sola palabra conmigo. También lo había oído gritarle a su ángel varias veces, pidiendo que se alejara, que todo era su culpa y que ahora no podía hacer nada. La chica solo repetía que no podía que lo que más amaba en ese momento era a Lee Jinki y abandonarlo era contra su ley divina. La noche anterior había sido demasiado intensa, pero se sentía bien, hablar con ángeles te llena de paz y seguridad. Los pensamientos lo invadían mientras los murmullos rodeaban la escena. Hablar con Minho por el contrario te llenaba de inquietud y te ponía demasiado nervioso.
-Ignóralos – Jonghyun llegó a mi salón y ahora estaba delante de mí.
-No me preocupa lo que digan – dije con una sonrisa – era de esperarse que dijeran algo si la policía vino a interrogarlos y a preguntar sobre mí.
-Aun así no deberían de andar de chismosos – ahora levantó la voz y varios de mis compañeros se quedaron viendo –vamos a casa.
Lo seguí mientras me contaba lo que había pasado en la escuela esos últimos días, el también había faltado un día, pero tenía la habilidad de ponerse a l corriente. Él y Kibum respetaban mi decisión, pero ahora Jonghyun parecía evadir el tema.
-Acompáñame al frente – dijo cuando salíamos de la escuela – Kibum nos espera ahí.
-Solo por un momento porque sigo castigado – también deseaba aparentar.
Llegamos a una pequeña cafetería frente a la escuela donde Kibum nos esperaba ahora con el cabello rubio y lentes obscuros en una esquina del cafetín.
-¿No quieren tomar nada? – Sonrió mientras nos sentábamos.
-No puedo quedarme mucho tiempo, se supone que estoy castigado – dije sonriendo.
-No puedo creer que llegaría el día en que vería a mi niño castigado – dijo Kibum en su sentido maternal – y siempre pensé que sería culpa de Jonghyun.
-¡Oye! ¿Por qué todo termina siendo mi culpa?
-No puedes negar que eres una mala influencia. Mis padres siempre lo decían.
-Tu tampoco eres tan buena influencia
Sus pleitos me hicieron reír un buen rato.
-¿No quieres venir a comer a nuestro departamento? – Jonghyun preguntó con algo de nostalgia – Key preparará algo delicioso.
-No puedo – dije con algo de tristeza – ¿Ahora es el departamento de los dos?
-Ya ves Jonghyun estás diciendo cosas innecesarias – Key le dio un codazo.
-Pero quedamos que de ahora en adelante viviríamos juntos – Key se sonrojó al instante y le lanzó un pisotón. Yo solo pude reír.
-Vamos pídele a tu madre que te deje ir – Key me dijo de frente – cocinaré tus platillos favoritos. Yo la llamaría pero no creo que quiera recibir una llamada de ultratumba.
-Está bien – parecía que insistían mucho.
-Excelente, luego podemnos ir al karaoke – Jonghyun habló alto y entusiasmado – y también al cine, hay muchas películas por ver en esta vida – dicho esto Key le dio otro codazo.
-¿Qué tal estuvo la playa? – Kibum cambió el tema.
-Fue muy lindo, el mar es enorme – sonaba como un niño pequeño – la noche anterior fui a bailar a un club como los que a ti te gustan – dije contento de contarle a mi umma mi aventura.
-Yo también quiero ir, la próxima vez deberíamos ir juntos – dijo otra vez con una sonrisa, por alguna razón me dolía.
-La próxima vez no vayan a un club de fresas, deberían ir a una buena fiesta en casa de TaePong – dijo Jonghyun- creo que habrá una en una semana, deberíamos ir los tres.
-No quiero ir con tus extraños amigos – Kibum dijo en su tono de diva dando sorbos al café – no creo que ni siquiera sepan de la existencia del jabón. Y déjame te digo que fue uno de los primeros descubrimientos del hombre.
-No empieces Key – Jonghyun hizo un puchero – yo quiero verte bailar y no pienso ir a un club de fresitas – cuando dijo esto el rostro de Kibum se sonrojó por completo.
-Me alegra poder verlo – dije muy bajo, reconociendo que mi trato con Minho estaba hecho. De verdad eran el uno para el otro, me tomó demasiado tiempo aceptarlo, pero ahora que lo veía me podía ir sin arrepentimiento. Por lo menos mi corta vida había traído algo bueno. Me dolía haberle hecho daño a Kibum y alejarlo de la vida eterna y la salvación como decía el ángel. Por eso cumpliría una condena parecida, eso estaba bien para mi.
-Taemin- levanté mi mirada, se había clavado en el vaso del frapuchino con chocolate blanco y amargo con la gran montana de crema y chispas de chocolate que tanto me gustaba, al lado estaba mi pastelillo de chocolate favorito. Tenía un relleno de chocolate derretido, seguido de una capa de pastel mármol, mezcla de chocolate y vainilla, se cubría de una capa de betún de chocolate y trozos de chocolate que formaban un mosaico en triángulos y el toque perfecto una fresa cubierta en chocolate -¿Te encuentras bien? Estabas murmurando algo – me encontré con el rostro de Key.
-Umma debo hablar con mi otra umma – dije con una sonrisa poniéndome de pie – no debiste pedir todo esto – dije señalando las cosas mientras acomodaba la silla para salir. Me vas a poner gordo – salí a la calle para hablar por teléfono. Mientras salía la voz de Jonghyun retumbó.
-¡No digas mentiras Taemin, sabemos que es imposible ponerte gordo!
Hablé con mi madre, parecía bastante tranquila con el hecho de que saliera con Jonghyun a comer. Aunque se suponía que estaba castigado, parecía que mi madre no sabía cómo castigar a alguien.
Cuando regresé a la cafetería pude ver a Jonghyun llorando mientras que Kibum lo consolaba acariciando su espalda. Cuando me vió acercarme, le dio un codazo para que el chico pasara a limpiar su rostro.
-¿Te dio permiso? – Preguntó rápidamente antes de que yo preguntara que había sucedido.
-Si – dije lanzando una mira a Jonghyun que escondía su rostro.
Después de esa impresión todo en el café continuó con su curso normal. Reímos y comimos, luego pagamos y salimos a caminar hacía el departamento. Mientras pasábamos por el parque observe el camino por el que Minho me había arrastrado.
Me empecé a preguntar donde se había metido, no lo había visto, por lo general fastidiaba todo el tiempo, al principio me asustaba demasiado, ahora solo lo veía en momentos incómodo, pero me gustaba preguntarle cosas y que me respondiera con mentiras o verdades.
-¿Taemin? – Key se había detenido y ahora volteaba hacía mi.
Giré mi cabeza a un lado y traté de hacer una sonrisa.
-Umma – dije después de un rato de verlo – creo que no puedo ir – Jonghyun se giró a verme asombrado – desde pequeño pensé que era mejor no tener amigos y no apegarme a nadie, simplemente sabía que llegaría este día. Pero ahora me hago daño, perdonen mi egoísmo, pero me duele ser tan feliz – Jonghyun comenzó a llorar.
-Ya no puedo más Key – dijo con mucho sentimiento.
-Lo sé – Kibum lo miró y luego caminó hacia mí. – Nuestro pequeño no lo hace más difícil – me abrazó y sus sollozos inundaron mis oídos. Jonghyun también avanzó a donde estábamos y nos abrazó a los dos.
-Se suponía que tendrías un día muy divertido con nosotros – Jonghyun lloraba – se suponía que aparentaríamos que todo estaba bien. Se suponía que te convenceríamos que la vida es muy buena y que hay mucho por hacer en ella, que te quedarías con nosotros.
-Jonghyun, no tienes por que convencerme de eso, se que la vida es genial y deseo quedarme con ustedes – las lágrimas me invadieron a mi también, por fin era honesto. – No me quiero ir, no quiero desaparecer tan fácil, quiero estar con ustedes, por favor, quiero vivir – el sentimiento de descontrol me invadió, me abrazaron con más fuerza – Ummaaa – sentí mis lágrimas recorrer el rostro – por favor ayúdame, quiero quedarme no quiero desvanecerme, quiero vivir, quiero vivir – empecé a repetir esa frase más de una vez.
-Está bien mi niño – presionó mi cabeza contra su pecho – yo también quiero que vivas, no quiero perderte.
-¿De verdad deseas vivir? – Una nueva voz retumbó en los oídos de todos. Giramos nuestras cabezas con asombro.
Recargado en un tronco se veía al chico que había visto en la playa, esta vez no sostenía la cadena, pero también estaba de negro como la vez pasada y nos observaba con su mirada.
-¿Quién eres tú? – Jonghyun se puso enfrente de nosotros.
-¿De verdad deseas vivir? – Volvió a preguntar ignorando a Jonghyun.
Asentí y Key me miró sorprendido. Yo sabía que ese chico era un demonio como Minho pero Key y Jonghyun solo me miraban confundidos.
-Bien humano de mierda – dijo acercándose provocando que Jonghyun se pusiera en pose para golpearlo – es tu día de suerte – siguió avanzando hasta acercarse mucho a mí. Él desea verte.

Tu Mirada en la ObscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora