Capitulo VI: Como un niño
Choromatsu se mecía suavemente sobre el columpio de madera en el que estaba sentado, sosteniendose a las cuerdas con ambas manos mientras veía hacia el suelo.
Estaba en el lugar donde le dijo a Osomatsu que seria bueno verse, esperando por él. No muy lejos de su casa, después de caminar a través de las cosechas y llegar al otro lado, había un pequeño campo lleno de árboles donde muchas veces los pequeños se reunían a jugar por las tardes, más que nada aquellos que eran de las residencias menores como él. Recordaba que cuándo era más pequeño, venía a jugar aquí con Todomatsu, en estos mismos columpios, era divertido cuando las ramas de los árboles se rompían y terminaban cayendo al suelo, teniendo que subirse a colgarlos otra vez. Sonrió suavemente, hacia mucho tiempo que no venía a este lugar y le provocaba una gran nostalgia.
-Me pregunto...si se habrá perdido o no entendió donde le dije que era...- susurró, levantando la mirada para buscar con la misma, no lograba verlo a lo largo del paisaje. Escuchó el ruido de una rama quebrándose y antes de que pudiera reaccionar sintió algo tocando su hombro, ante lo cual brinco del columpio por el susto, cayendo de rodillas en el suelo.
-¡WAAH!- término deteniéndose con las manos también, para después girar su cabeza hacia un lado, lo suficiente para poder ver a Osomatsu que estaba ahí. Sus mejillas enrojecieron demasiado por la vergüenza. -¿¡q-q-que pasa contigo!?- exclamó.
-lo siento, ¿te asuste?- preguntó con una sonrisa, acercandose y extendiendo su mano hacia él.
-e-estoy en un lugar sólo en la noche...¡como no me voy a asustar!- Choromatsu apenado, la tomo, aceptando la ayuda para levantarse, aunque apenas estuvo de pie soltó su mano para sacudirse la tierra. -n-no vuelvas a hacer algo como eso-
-Lo siento, es que te veías tan tranquilo que no te quería molestar...pero también quería tu atención~- le sonrió casi con inocencia, aunque de manera dulce. -No puedo creer que en verdad estes aquí...¡Creí que ni vendrías! ¡Wahh! ¡Estoy Tan contento de verte y que mantuvieras tu promesa...!-
Sus palabras, además de lo genuina que era su alegría al pronunciarlas, le provocó un sonrojo a Choromatsu, el sonaba tan feliz simplemente por su presencia, y después de la conversación que había tenido con Todomatsu, ahora Osomatsu sonaba mas como un niño para él. Como se lo habia dicho durante toda la tarde, iba a comportarse lo más relajado posible, tenia que hacerlo si ya habia aceptado la propuesta del principe, Totty se lo habia dicho muy claro, si se relajaba y dejaba llevar entonces la pasaria bien, ¿Verdad? Aunque con solo ver a Osomatsu ya se sentia nervioso y lleno de ansiedad, su manera de conocerse no habia sido la mas...apropiada, y que de repente tuvieran un tipo de relación más estrecha tan de la nada era complicado, almenos para Choromatsu, quien a pesar de ser solo un campesino tenia sus principios y la situación era como una bomba que le exploto en la cara, no sabia de que forma manejarla.
-¿Choromatsu?¿Sigues aqui?- habló Osomatsu agitando una mano delante de él, quien se habia quedado pasmado en sus pensamientos y de inmediato asintio con la cabeza.
-u-uh...s-si, lo siento yo...me quede...pensando- susurró sonrojandose tenuamente mientras se llevaba una mano a la nuca, recobrando la postura. -y-yo...¡soy un hombre de palabra! Te dije que vendria y nos veriamos, asi que aqui estamos- respondio esto un poco a la defensiva, queriendo dejar de lado sus pensamientos anteriores.
-Oh~ asi que un hombre de palabra dices... me alegra escuchar eso, ¡significa que cumpliras bien y saldras conmigo!- habló con alegria, juntando sus manos en un pequeño aplauso. -¡No creeras lo emocionado que estuve todo el dia! estuve pensando mucho en como escaparme del castillo para que no se dieran cuenta y pensando en lo divertido que seria salir contigo~ y cuando nos dijiste que nos veriamos en un lugar privado e importante mi corazón latio muy rapido... ¡esta latiendo muy rapido ahora mismo! ¡Mira!-
ESTÁS LEYENDO
¡Oh, mi principe! (Osochoro)
FanfictionSu sonrisa, su cautivadora mirada, sus pequeños gestos adorables, inclusive cuando lo molestaba y hacia enojar. Choromatsu amaba cada cosa de ese hombre. Todo comenzó aquel dia, cuando por cortesía de uno de sus amigos, Choromatsu había entrado a un...