Capitulo X: Entre Charla y Dudas...

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Capitulo X: Entre Charla y Dudas...

Choromatsu se acomodó los anteojos con bastante vergüenza, sin saber cómo más reaccionar. Por su cabeza no paraban de pasar los recuerdos de las cosas que le habían sucedido en cuestión de horas, casi parecía estar dentro de una mala broma.

Cuando despertó y se dio cuenta del modo tan cómodo en el que se encontraba acurrucado en el pecho del príncipe, además de que éste le abrazaba firmemente como si su vida dependiera de ello, su sonrojo se disparó por los cielos. Había prácticamente saltado y despertado al otro en el proceso. Aun estaba oscuro y estaba por amanecer, por lo cuál había entrado en pánico, si no se iban de ahí pronto se meterán en serios problemas y difícilmente se podría escapar de esto. La mayoría de ese tiempo en el que bajaban del castillo y trataban de regresar sin ser vistos Choromatsu se encontró histérico con la idea de que pasará si los descubrían, y Osomatsu tan sólo se la pasó calmándolo y diciéndole que todo estaba bien, que no los descubrirían, cosa que era verdadera. Al haber llegado cerca de la población, decidieron que era muy tarde como para que Osomatsu acompañara al otro hasta su casa, ya que ademas de que Choromatsu se había negado rotundamente a que lo hiciera, se supone que el príncipe debe encontrarse en su habitación al despertar, por lo cual no podía faltar. Choromatsu se escabulliría entre la gente, ya que el reino era un lugar que despertaba muy temprano y pronto las calles se llenaban de personas, dando paso a que difícilmente pudieran saber de donde salio. Por supuesto que antes de dejarle el camino libre, Osomatsu se había encargado muy bien de permanecer callado durante todo el camino y no mencionar lo que había sucedido la noche anterior, pero tampoco lo iba a dejar asi. Con la promesa de verse dentro de dos dias más donde se veían siempre, Osomatsu lo había tomado de las mejillas y le había plantado un inmenso beso del cual no se pudo liberar. Apenas lo soltó Osomatsu corrió, pues sabía bien la reacción negativa que tendría Choromatsu por haber hecho algo como eso en un callejón entre las casas cercanas a las calles, cerca de las personas que comenzaban a salir. Pero no hubo nada que Choromatsu pudiera hacer para detenerlo...ya había sucedido, así que tan solo pudo marcharse con sus sonrojadas mejillas y un puño de vergüenza interna.

Para su suerte todo parecía estar saliendo bien, nadie lo había seguido ni visto como cosa rara, el plan de perderse entre los demás realmente había funcionado. Sin embargo, no todo le había salido bien...se había olvidado de un diminuto pero muy, muy importante detalle; sus padres. Había sido tremendamente estúpido haber salido de casa como hacía habitualmente sin haberles avisado...claro que en sus planes no estaba el quedarse a dormir en el lugar secreto del príncipe y que éste se encontrara en las alturas del castillo, así que por su mente no cruzó la idea de que a la mañana sus padres estarían enteramente preocupados de su desaparición, y aun si estaban aliviados de verlo bien recibió un gran regaño por haberse ido así. Ya era un adulto, pero bueno, aun vivía en esa casa.

No quería enrollarlos en todos estos líos en que se habia metido por haber accedido a salir con el principe...eran sus padres, sabía bien que iban a decirle lo mal que estaba todo lo que hacía y ya suficiente tenía con que su consciencia se lo recordara constantemente como para que sus padres lo hicieran tambien. Asi que terminó contandoles la historia...a su manera. Ahora sus padres se encontraban completamente sorprendidos, pues ante el panico y no tener una idea mejor, les contó que el día de la fiesta en el castillo había conocido a una chica y habían comenzado a salir, viendose a escondidas por las noches, pues ella no quería que nadie supiera de la relación que llevaban porque no eran de la misma clase social y esto le traería problemas a ella. Fue algo... estupido, pero que sus padres lograron creer bien. Pero en parte era verdad, ¿cierto?.

-Ahora mi madre está tan desconsolada por mi, pensando que nunca podré ser feliz con la chica que amo porque nuestras clases sociales no nos lo permiten pero que mientras haya amor todo es posible...-

¡Oh, mi principe! (Osochoro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora