Prologo

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Las campanas de la iglesia sonaban anunciando mi matrimonio con Erin Macintosh, este sería un gran día... Menos para mi, sentía que mi mundo se venía abajo con cada estúpida campanada y todo por que el chico que me esperaba en el altar no era precisamente quien yo deseaba que fuera.

Mi padre entro al automóvil en el que esperaba la hora indicada para salir de el y dirigirme a lo que seria un infierno al lado de un hombre al que claramente no amo

- ¿Lista Mérida? -- me pregunto mi padre mientras se acomodaba en el asiento

- Tu sabes que no estoy lista, y también sabes que yo no quiero casarme con el imbécil de Erín - le grite reteniendo las lágrimas que contenían mis ojos, evitando sollozar

- ¿Pero si quieres casarte con el vago que conociste hace seis meses? - apreté mi mandíbula haciendo chillar mis dientes - Aun no logro entender que fue lo que viste en ese bueno para nada

- No te atrevas a hablar así de el, por que ese al que tu llamas vago, es mil veces mejor persona que Erín y definitivamente mejor hombre que el

- Claro y para ti es mejor hombre solo por que logro abrirte las piernas ¿verdad? - no pude evitar que las lágrimas cayeran por mis mejillas, me sentía fatal, destruida, sola y sin salida de ese asunto.

Se acerco a nosotros una mujer de gesto pedante, contoneándose como si fuera una de las modelos de "Victoria's Secret" su nombre era Betty, la organizadora de bodas que mis padres habían contratado.

-Ya es hora Fergus, traigan a la chica- Mi padre asintió y me tomo del brazo sacandome casi a rastras del auto, me solté de su agarre para lograr tomar un poco de valor, estaba realmente asustada

- Vamos Mérida - me tomo nuevamente del brazo apretándolo con fuerza, sentía sus dedos hundirse en mi piel

- Me lastimas papá, sueltame por favor - << Ayudame >> pensé, creyendo que con solo pensar eso el aparecería para rescatarme

- Si te suelto seguro saldrás corriendo, te conozco hija y no dejare que eches a perder tu vida con un vago

- ¿y tu solución es casarme con un tipo millonario, hijo de uno de tus amigos del Golf?

- Callate y camina - Subimos los escalones de la iglesia hasta llegar al pasillo por el que tenia que hacer mi marcha nupcial, estaba decorado con lirios, rosas y algunos listones dorados.

La musica empezó a sonar y mi padre me ayudo a llegar hasta el altar en el que estaba Erín esperándome, definitivamente yo no estaba feliz con este día, cuando llegue al altar mi padre me entrego al imbécil y el hombre del gorro empezó su discurso que seguramente trataría del amor que requería una pareja que entraba al "santo matrimonio" , blah, blah, blah. Estaba tan perdida en mis pensamientos que no me percate que el sacerdote ya había dicho su discurso ya estaba haciendo las preguntas

- ¿Acepta usted Mérida Alice Dunbroch, a Erín Danilo Macintosh, hasta que la muerte los separe? -

- emmm - hice una larga pausa claramente no lo aceptaba, pero tenia que hacerlo y esa era la parte más frustrante - si aceptó - Se escucharon algunos suspiros al fondo, claramente no se dieron cuenta de lo mucho que me costo pronunciar aquellas palabras y menos notaron el dolor que me invadió por haberlo dicho

- ¿ Y usted Erín Danilo Macintosh, a Mérida Alice Dunbroch, hasta que ka muerte los separe?

- Aceptó - hablo fuerte y claro el cretino con el que se me estaba obligando a casarme

-Si hay alguien que se oponga a esta unión, que hable ahora o caye para siempre

El silencio se hizo presente en la iglesia, era casi sepulcral, hasta que de repente las puertas de la iglesia fueron abiertas de golpe, dejando ver a un castaño alto, musculoso, con el tatuaje de un dragón en su espalda, escrituras vikingas en sus brazos y sus hermosos ojos verde esmeralda, era Hiccup

- ¡Yo me opongo!

Dime Que Me QuieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora