Un Disparo

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Hiccup's POV

Al abrir mis ojos la mañana siguiente el ambiente se sentía pesado, como si algo fuera a pasar... Algo malo pues la vibra en el aire no era la misma que la de anoche, los escalofríos me invadieron e instintivamente busqué a Mérida, me volteé y ahí estaba aun dormida con sus mechones rizados por todo el rostro.

Creí que la inquietud que sentía se iría cuando la viera a mi lado, pero no fue así, el ambiente seguía pesado, anunciando que cosas malas vendrían
Me levanté con cuidado de no despertarla pero aun con mi más grande esfuerzo ella abrió sus hermosos ojos

- No quería despertarte cariño - me incliné sobre ella para besar sus labios rápidamente

- ¿Ibas a la ducha? - preguntó adormilada - Es un poco temprano para eso

- Si lo sé... Pero no me estoy sintiendo bien, desperté con una extraña sensación

De repente se escucharon gritos fuera de la habitación, Mérida y yo nos sobre saltamos al escuchar el sonido de un rifle en el pasillo

- Mérida ven conmigo - le ordené, ella se puso de pie lo mas rápido posible y corrió conmigo a escondernos en el baño

- ¿Que esta ocurriendo? - ella estaba temblando, nos acurrucamos en el suelo para resguardarnos

- No lo sé, pero aquí no nos encontrarán - besé su cabello - Tranquila

Tan pronto deje de hablar la puerta de la habitación estaba siendo azotada con fuerza hasta que se escuchó el estruendo cuando se abrió violentamente, se escucharon pasos en la habitación

- Hiccup - susurró Mérida - tengo miedo - se pegó más a mi pecho

- Tranquila, se irán pronto - no debí hablar tan pronto por que después de unos segundos la puerta del baño fue violentamente abierta, al descubierto una cabellera rubia y los ojos azules que reconocí al instante, Astrid.

- Aquí estas cariñito - dijo fingiendo cariño

- No soy tu cariño - abracé a Mérida quien estaba asesinando a Astrid con la mirada

- Oh si, olvide que abandonaste a tu mujer embarazada por sacar a una zorrita de su boda

- ¡Oye un momento! - Mérida se puso de pie - Puede que yo haya salido con Hiccup cuando el salía contigo, pero no soy yo la que esta embarazada de otro hombre que no es el que juraba amar hasta la muerte, si yo soy zorra pues tu eres una hipócrita

- Mérida - la tomé del brazo - Yo arreglo esto - le susurré al oído

- Como sea, ambos salgan de aquí y caminen a mi auto

- ¿Quien me obliga? - le reté - ¿Tu?

- Si - sonrió - Verás, si tu y la zorrita no van a mi auto asesinaré a mucha gente inocente y sin mencionar que asesinarle a tu amada nueva noviecita
- No hagas caso de eso Hiccup, Perra que ladra no muerde

- ¿Estas segura Mérida? - preguntó Astrid con su voz una octava más alta - no me hagas probarte lo equivocada que estas, ahora ¡CAMINEN!

Tomé a Mérida del brazo y me puse frente a ella para poder protegerla. Caminamos escaleras abajo con Astrid apuntandonos el rifle a nuestras espaldas. Una vez estuvimos en el estacionamiento nos metimos en su auto y adivinen quien estaba ahí, Erett

- Por que no me sorprende - dije ente dientes

- Callate o tu mujercita sufrirá las consecuencias - abracé a Mérida lo mas fuerte que pude - Deja a Mérida ir Astrid... Me quedaré yo

Dime Que Me QuieresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora