Capítulo 22: ¿Ocultando la verdad?

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[Jin]

A unos quince minutos de que el despertador de NamJoon sonara ya estaba metido en su cuarto para despertarlo, me moría de los nervios y tenía unas ganas tremendas de saber más sobre mi accidente. Por supuesto todas estas emociones no eran de alegría sino todo lo contrario, me moría de miedo y a pesar de que las palabras del rubio sirvieron para calmarme, no duraron demasiado.

— ¡Deja de dormir! Duerme a la noche —tiré de su brazo sin conseguir nada; seguía acostado— ¡Vamos!

— Jin, llegar un poco antes no arreglas ni consigues nada —dijo soltándose de mi agarre y enfadado me senté en el suelo con las piernas cruzadas, esperando que el señor gruñón decidiera levantarse de una vez.

Al pasar los quince minutos el despertador sonó y, como si nada, NamJoon se levantó, estirando su cuerpo en el trayecto al baño.

"Por unos minutitos de nada... ¿Acaso descansó más por eso?"

Después de que NamJoon saliera del trabajo vino a la casa y decidió dormir, puede que tuviera un poco de culpabilidad, pero lo cierto es que no me sentía así, pasamos una noche agradable hablando hasta que llegaron las cuatro y decidió que fue suficiente.

El rubio salió aseado y terminando de peinar su pelo con los dedos, me echó una ligera mirada que rápidamente entendí, y me levanté de un salto caminando deprisa hasta la entrada, cogió sus cosas y pocos minutos más tarde ya estábamos de camino al lugar que me era imposible recordar, pero que muy pronto sabría todo, o eso esperaba.

— ¿Te ayudó la noche a recordar algo? —preguntó y dejé de mirar por la ventana para mirarlo a él.

— Lo cierto es que no.

— Bueno, no te preocupes, hoy saldrás de dudas —asentí levemente, volviendo mi vista al paisaje que poco a poco iba cambiando de una transitada ciudad a una larga carretera rodeada por campo—. Quiero que sepas que... —quedó en silencio—, bueno, que tienes mi apoyo —eso último sonó más bajo a lo anterior e incluso su voz se sintió más nerviosa.

— Gracias —sonreí como un idiota en dirección a la ventana y no pude borrarla hasta que llegamos.

— Espera aquí, iré a buscarlo —lo vi desaparecer dentro de aquel antro que una vez llegué a pisar y poco después salió con un chico que no recordaba en absoluto.

— Fue justo en la carretera —el joven señaló a dicho lugar y ambos se dirigieron allí. Yo los seguí de cerca, pendiente de su conversación; que no era más de lo que ya sabía—. Creo que aquí —se quedó mirando al suelo, como si buscara algo—. Oh, aquí, hay huellas de neumáticos. Al parecer el chico salió para llamar y que así lo recogieran para llevarlo a su casa. Los compañeros no supieron de él, ni siquiera contestaba los mensajes que les enviaban, por lo que salieron y vieron un buen revuelo —rascó su nuca, sintiéndose algo afligido por el momento—. Yo mismo lo vi, su cuerpo tirado y no daba señales de vida; claramente había sido un atropello. La ambulancia, que no sé quien la llamó, tardó poco en llevárselo y la policía, que también estaba aquí, nos interrogó a todos, pero claro, nadie sabía nada, excepto el señor mayor de allí —señaló al restaurante chino—. Quizás, si quieres saber más, él te ayude.

— Muchísimas gracias por tu ayuda, ahora mismo iré a ver a ese señor.

— Espero haberte ayudado, y suerte —dio unas palmaditas en la espalda del rubio y se marchó.

— Fui atropellado... —me abracé a mí mismo.

— Tranquilo, ¿sí? Vayamos al restaurante para saber más.

Connection [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora