DEREK
Sonrío y abro la boca al igual que ella, llevando la cuchara con el pastel de chocolate a sus labios, jugando entre nosotros. Río cuando abre los ojos de manera exagerada y hace una mueca, tratando de decirme lo delicioso que sabe con ayuda de sus gestos.
—¿Sabes que si comes mucho pastel engordarás? —le pregunto, a lo que ella abre la boca indignada —. Solo digo, no quiero que después me estes echando la culpa.
—Soy delgada —replica, siguiéndome el juego.
—Y lo dejarás de ser si sigues comiendo tu pastel —digo, quitándoselo. Me llevo un trozo a la boca, a lo que ella ríe —. Aunque debo admitir que está bueno este pastel de chocolate.
—Te lo dije. —Ríe y se acerca a mí, rodeándome con sus brazos, para luego depositar un corto beso en mis labios —. ¿Qué haremos?
—¿A qué te refieres?
—A lo nuestro, Derek.
Asiento pensativo. Está más que claro que tenemos que hablar con mis padres, y si ella quiere, hablar con los suyos. La prensa se enterará cuando nos vean saliendo de la mano y besándonos en cada rincón, porque claro está que no la voy a dejar de besar en ningún momento. Nunca me voy a cansar del dulce sabor de sus labios sobre los míos.
—Tenemos que hablar con los chicos, y con nuestros padres. —Empiezo a decirle todas las cosas que tenemos que hacer con respecto a lo nuestro —. Si quieres podemos ir y gritárselo a la prensa a la cara, no me importa —susurro, haciéndole reír —. No me importa, solo quiero estar contigo en estos momentos.
Ella vuelve a besarme, haciéndome sonreír. ¿Es posible querer a alguien que tan solo conoces por unos meses? Es como si la conociese desde que tengo uso de memoria. Estos días a su lado han sido los más increíbles al saber que al despertar, la tengo solo para mí.
—¡Vaya, vaya! —Ambos nos separamos debido al grito de Patch —. Que uno duerme un rato y ustedes derraman miel, mis amigos. —El rubio mira a una Claudia sonrojada, para luego sonreír —. ¿Puedo unirme?
—Aléjate de mi chica —gruño, a lo que ambos ríen.
Mi primo deja de reír cuando cae en la cuenta de lo que acabo de admitir. Me maldigo mentalmente al recordarme que no les he contado a mis amigos el hecho de que estoy saliendo con la castaña. Ya puedo escuchar sus regaños en mi mente, llamándome de todos los calificativos posibles.
—¿Son novios? —pregunta Patch, fulminándome con la mirada por no haberle dicho.
—No lo sé, no me lo han pedido formalmente —contesta mi castaña, a lo que yo alzo ambas cejas —. Yo no he escuchado un «Claudia, ¿quieres ser mi novia?».
—Pero yo pensé...
—Pensaste mal —me interrumpe, con una sonrisa —. ¡Patch! ¿Vamos a un restaurante a desayunar? Conozco uno que nos va a encantar a todos.
ESTÁS LEYENDO
Dangerous Woman ©
RomanceBilogía Dangerous #1 (Actualmente en edición) Uno de los cantantes más famosos del momento se encuentra en la cima del mundo teniendo cada una de las cosas por las cuales ha batallado durante toda su vida. Derek Efron, hijo de uno de los hombres más...