Esposas

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—No puedo recordar— gritó tomándose la cabeza con ambas manos.
—¡¡¿Como demonios no puedes recordarlo?!!— su paciencia comenzaba a acabarse y ella nunca había tenido mucha paciencia.
— ¡¡Ya les dije todo los que recuerdo!! Quiero ver a mi diamante.
—No tienes derecho a exigir nada— Jasper se levanto de su asiento con los puños apretados y el ceño fruncido, lápiz sintió miedo pero no quería retrocede, no quería demostrar miedo ni debilidad. Se paro con firmeza.
—¡¡No te tengo miedo!! — grito lapis. Jasper como un latigazo tomo del cuello a lápis y la levantó apretándola con fuerza.
—Entonces te haré temerme. — sonrió de satisfacción al ver la expresión de sufrimiento de lápis. Le gustaba que fuera tan insolente, tan atrevida, rebelde o si no, no sería divertido.
— ¿Que me estas escondiendo?— sus palabras sonaron severas mientras acercaba su rostro más al de la gema azul.
— ¡Nada! Lo juro— Lapis apretaba con fuerza sus ojos, podía sentir el dolor que le provocaba el agarré de la otra gema, y también su tibio aliento.
—Rose quartz¿ dónde estás?. — Steven pensó Lapis
—No la eh visto, cre....mhn.. Creo que está muerta.— steven pensó, debo protegerlo.
Jasper sonrió ante la idea de Rose muerta, pero tenía que ser ella quien la destruyera.
—Bien te creeré por ahora— Jasper aflojó su agarré y eliminó toda distancia entre sus labios. Lapis se sintió tan sorprendida por aquel beso que ni siquiera lo rechazo, pero la brutalidad con la que la mordió la obligo a agitarse con fuerza para librarse.

—¿Que...qué fue eso? — Lapis toco su labio inferior hinchado; Podía sentirlo latir.
—Un regalo, por tú colaboración.

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Peridot extendió su extremidad robótica hacia jasper.
—Hola, yo soy una peridot.
Jasper solo subió a la nave sin prestarle mucha atención a la peridot.
"Que se creé" refunfuño entre dientes peridot, subió a la nave aun molesta por la descortesía de esa jasper, "solo por ser tan alta y tener músculos", se repetía.
— ¿Dijiste algo? —pregunto Jaspe mientras observaba toda la nave.
—No, nada. —respondió temerosa peridot.
—Y la lazuli?
—Que lazuli, somos solo nosotras.
—No despegaremos hasta que la lazuli abordé.
—No podemos hacer eso, según mis cálculos ya vamos tarde para...
—Es una orden. — ordeno Jaspe desapareciendo en lo profundo de la nave.

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