Poseer

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A la maltrecha nave le costaba horrores el moverse en el espacio, pero a quien más le costaba horrores era a la pobre de Peridot que tenía que navegar.
— ¿Cuanto más se supone que debemos esperar para llegar? —pregunto Jasper con una mezcla de ansiedad y cansancio.
—Por si no lo notaste, fuimos atacadas por miles de rocas espaciales y la nave apenas se salvo —respondió Peridot de muy mal humor y luchando con el ordenador para que la abollada nave hiciera lo que debía.
Jasper miro a Peridot por encima, como si le quisiera romper algo, pero aun la necesitaba y para ser sincera le agradaba. Por esta vez la dejaría pasar.

—Creo que tal vez deba revisar como está el resto de la nave —dijo Lapis rompiendo el silencio.
—Tu te quedas aquí —ordeno Jasper mirando aun al frente con sus brazos cruzados en su pecho.

—Sujétense a la nave. Pronto entraremos a la atmósfera del planeta en ..1....2...3..... —El calor de la nave subía con el conteo, al igual que la forma en que se tambaleaba.
La nave penetro en la atmósfera del planeta rojo de la mejor manera que pudo, y a decir verdad eso enorgulleció a nuestra navegante verde limón.

Las tres gemas se encontraban en la nave de forma esférica para salir a exterior. Lo primero que Lapis vio fue que el lugar era algo árido y con la tierra tan roja como un rubí, lo segundo que vio fue a una Amathysta.
La Amathysta paso delicadamente su mano por el costado de su muslo derecho, saco una gran hacha violeta con la cual se lanzo sobre Jasper, la que tenía ya su casco puesto y esquivaba el hachazo que le lanzaban. Lapis se quedo mirando la escena horrorizada al igual que Peridot.
Ambos cuarzos levantaban polvo rojo en el aire, el cual lo hacía parecer una lucha entre dos bestias en medio de las llamas del infierno. La Amathysta le lanzo otro hachazo por el franco derecho, Jasper lo esquiva con una agilidad y rapidez, que nadie noto cuando realmente la golpeo con el casco.

Lapis que aun se encontraba en los mal tratado dedos de la nave, se lazo sacando sus alas, hacia donde se encontraba la gema naranja, pero antes de que se disipara esa neblina roja, la vio sonreír, extender su mano hacia la Amathysta que lo acepto y no solo eso sino que la abrazo con su manos alrededor del cuello. Jasper tomo a amathyst entre sus brazos, le dio una media vuelta con una sonrisa brillante en su rostro. Lapis estaba confundida.

—¡¡¡Cuantos años sin verte!!!¿Mil o dos mil? —

—Exageras, como siempre. No habremos llegado a los mil —

—Mentirosa si me has tenido abandonada —reclamo Amathyst.

Peridot aclaro su garganta en busca de atención, Lapis no supo cuando se había acercado.

—Hola soy Peridot 5 —h5 —corte...... —

—No necesitas tanta formalidad — interrumpió amathyst. Peridot estaba realizando el saludo formal con sus manos.

—Si...Bueno —la dulzura con la que le hablo la desconcertó —¡Podre repara mi nave! ¿Verdad? —

—Claro, por eso están aquí. ¿oye y esa Lapislázuli? — pregunto amathyst

—Ese no asunto tuyo. Es parte de la misión — respondió Jasper

—Oh, ya veo — amathyst hizo una expresión picara, saludo a Lapis, la cual con su mejor cara de odio la ignoro.

Las gemas de mayor tamaño se marcharon primero muy juntas y riendo. Laspis que caminaba detrás con Peridot jamás había escuchado a Jasper reírse de esa manera.
Unos rubíes que los esperaban en un gran palacio de formas redondeadas, con una gran cúpula blanca junto con otras más pequeñas, como una mezquita, las llevaron a sus habitaciones. Peridot no llego a la suya sino que pidió unas herramientas y con ayuda de algunos rubíes se marcho a arreglar la nave. Jasper desapareció con la gema violeta.

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