Prisionera

Impacto

Golpeo con fuerza el monitor con su brazo robótico, esto hizo saltar chispas que la obligaron a retroceder, más sorprendida que asustada.
— ¡Se lo dije!, que no había tiempo. Pero nadie escucha Peridot. De qué sirve ser la gema más inteligente aquí si nadie te escucha— Peridot refunfuñaba frotándose la extremidad robótica, como si hubiera sentido dolor en ella. —Ah, pero Jasper me va a oír!—
—¿Oír qué?...Peridot— Jasper se asomo por encima del hombro de Perido, que esta vez deseaba huir más asustada que sorprendida. Como rayos había entrado, y tan repentinamente. —

— ¿Dónde estabas? ¿Estabas con Lapis?—asustada, trato de salirse de la sombra de la gema mayor lo más disimulada que pudo, y aunque sus preguntas sonaron a reclamo eran más una distracción, aunque en el fondo estaba protestando porque le dejaron tanto tiempo sola.

—Y eso a ti que te importa.....peri—contesto Jasper con una sonrisita burlona dejando entre ver sus enormes colmillos, como una fierra acorralando a su cena.
Jasper por lo general era muy mandona, pero esto era consecuencia de sus tantos años sirviendo en guerras y en misiones, pero tenía su humor y su rostro era atisbo de eso, siempre lleno de expresiones. Tanto divertidas como sensuales o serias y temibles. Pero cuando se trataba de la tierra Jasper se convertía en una especie de dictador.

—Es que las busque por todos lados y no pude encontrarlas—
— ¿Y para que nos buscabas?....peri— Jasper enfatizaba en la última palabra, y adoraba ver como parecía que la gema verde limo estaba teniendo un corto circuito.

—¡¡¡ES PERIDOT!!!— grito con su vocecita chillona. Jasper casi se descoloca de la risa, no podía enojarse con ella porque le grito, no siendo tan graciosa. —No espera, es serio, recuerdas que te dije que no teníamos tiempos.

—Si lo recuerdo, algo como "según mis cálculos" o "no podemos esperar a ninguna lazuli"... ah y algo de una tormenta—Jasper imitaba pobremente el tono de voz de Peridot.
—Eso....espera, ¿te estabas burlando?—Peridot hizo una cara que provoco otra sonrisa a Jasper, que realmente estaba de muy buen humor como no era tan común en ella, y lo único que solía provocarle ese buen humor era una guerra ganada, aunque este no era el caso.

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Lapis jamás se dio cuenta que había espejos en el techo, tiempo atrás esto la hubiera puesto de mal humor, pero no ahora.

Tomo una de las grandes y suaves amoldas color carmín, la abrazo como si fuera un ser vivo y se bajo de la cama contoneado su caderas al son de una canción que había escuchado probablemente cuando estaba encerrada en el espejo y de la cual ya no recordaba la letra, pero sabía que era pegadiza. Abrazo a su almohada haciéndola bailar con ella por toda la habitación, realmente le gustaba esa habitación, todo era más simple sin tecnología difícil de entender. Ahora si se sentía libre, pronto podría ver a diamante azul, y seguro podría estar con Jasper tanto como lo quisiera, oh y podre ir a visitar a Steven. La brutal realidad golpeo a Lapis sin piedad.

—Estoy yendo a ver a Steven y no precisamente a visitarlo. — Lapis cayó de rodillas al piso. No aun no estaba libre, lo sabía, seguía siendo una prisionera.
La puerta de la habitación se abrió develando a la gran gema anaranjada, la cual se veía algo turbada, Lapis se levanto a toda velocidad aun con su almohada y el cuerpo desnudo, se restregó un ojo descubriendo que estaba húmedo.
— ¿Que te sucede?.... ¿por qué aun sigues desnuda? ¿Y esa almohada?—pregunto Jasper que no pudo evitar extrañarse de lo raro de la situación, a pesar de que lo que la traía ahí era un asunto algo serio.
—Nada—respondió Lapis, secando el ojo izquierdo— ¿Pero, pasa algo?—apenas y termino de preguntar un poderos estruendo se escucho y la nave se agito con tal fuerza que la gema azul hubiera salido despedida si es que Jasper no la tomaba.
—Vístete—ordeno la gema mayor, sosteniendo a Lapis bajo el brazo, como se carga una cosa inerte.
— ¡¡¿Estamos bajo ataque?!!—pregunto Lapis con su ropa ya puesta, aunque le gusta sentir el rose de la otra gema contra su piel desnuda.
A pesar de que la nave se agitaba, temblaba y sonaba como una lata siendo apedreada, ella no sentía miedo, porque le daba confianza estar con Jasper .Sabia que ella la defendería.
—Estamos dentro de una tormenta de asteroides magnéticos—respondió Jasper corriendo por los maltrechos pasillos de la nave, "maldición por qué tienen que ser tan lago", pensó.

Peridot tenía las piernas robóticas lo mejor sujetas a el asiento del capitán. Su lente reflejaba coordenadas, estadísticas, velocidades y una cantidad de datos para estabilizar la nave.
Jasper entro al cuarto de control algo agitada con Lapis bien sujeta bajo el brazo.
—Como te atreves a dejarme sola—grito Peridot sin separarse del monitor—¡¡¡Ay!!! Vamos a morir. Soy una gema muy joven para morir. —

—Cálmate Peridot, y dedícate a maniobrar la nave—dijo Jasper colocándose a lado de la silla del capitán.
Peridot por su lado manejaba la nave lo mejor que podía, y este a pesar de tener puesto el escudo no era inmune contra el magnetismos de estos meteoritos, solo evitaba a las más pequeñas rocas.
Un asteroide de casi el tamaño de nave se acercaba peligrosamente. Gracias a los grandes esfuerzos de Peridot lograron esquivarlo pero no lo suficiente, la nave rozo al iceberg espacial lo cual la hizo agitarse violentamente y decaer dando tumbos. Peridot hubiera salido dispara por los aires si es que Jasper no la tomaba antes con su brazo libre, pero la gema mayo tampoco pudo soportar tanto tiempo el impacto y tubo que cubrir con su cuerpo a las gemas más pequeñas mientras era arrastrada a donde la fuerza del impacto la llevara.
Lapis que se encontraba preocupada por el daño que recibía la gema naranja, creo una cuerda con el agua que utilizaba para sus alas y enlazo la silla del capitán que estaba amurada ala nave. Jalo con todas sus fuerza pero no fue de ayuda hasta que Jasper noto lo que su pequeña carga azul intentaba hacer, y la ayudo jalando la cuerda también. Una vez sentada en la silla del capitán con Lapis sentada en su regazo izquierdo y una temerosa Peridot sentada en el derecho pudo colocar sus manos en el panel y devolverle estabilidad a la maltratada nave. Japer comenzó a reírse con fuerza.
—¡¡¡¡¿De qué te ríes?!!!!! Si hubiéramos salido antes podríamos haber evitado todo esto. —grito Peridot que aun tenia los dedos de su extremidad derecha bien amarados al escote de Jasper mientras que con la otra mano se abrasaba a esta. Un rubor verde fuerte se le pinto en las mejillas al notar en qué posición se encontraba, ahí, en el regazo de Jasper como si fuera un bebe, al notar esa expresión se rió con más fuerza.

—JAJAJAJAJAJA!!Fue divertido. — japer se inclino un poco sobre peridot—Ya no tienes porque agarrarte a mí con tanta fuerza, Peri—su voz sonó seductora y esto encendió una flama en los ojos de nuestra gema azul. Si las miradas mataran Peridot hubiera caído fulmina en ese instante.
Peridot que se separo rápidamente de Jasper con las mejillas encendidas, trato de recuperar toda compostura.
—La nave está muy dañada. No podemos llegar a la tierra así, tendremos que parar para repararla.

— ¿Y donde se supone que tendríamos que parar?—pregunto la gema mayor, con Lapis aun en su regazo y por lo que se veía era el mejor lugar para esta.
—Tendremos que ir al planeta Az/Alt+211º 34' 54''/+72º20'16'' o llamado coloquialmente el planeta rojo. Es una colonia de mi diamante—respondió peridot—Ahí podremos repararla. Tengo que dar aviso, espero que el comunicador no esté daño—y puso manos a la obra.

Jasper esbozo una sonrisa misteriosa "así que el planeta rojo" dijo para ella misma, pero esto ya había intrigado a la gema azul. ¿Qué hay en ese planeta que le interese tanto?.

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