POV Hoya
El trabajo estaba siendo demasiado estresante los últimos meses. Entre reuniones con los socios de la empresa y cierres de proyectos con empresarios, mi tiempo se consumía. Podría jurar que durante los últimos 3 meses había dormido solo 3 horas todos los días como máximo, y eso solo si tenía suerte y podía permitirme tal placer.
Es por eso que esa noche mi hermano mayor insistió en llevarme a un pub, alegando que unos cuantos tragos me ayudaría a relajarme al menos para dormir las ocho horas necesarias de todo ser humano.
— ¡Hey!, Hoya, iré a bailar ¿vienes? —preguntó mi hermano a gritos, a lo que negué con la cabeza sin ganas de alzar la voz, quedándome solo al poco tiempo, por supuesto refiriéndome a la soledad que podría tener en un pub a media noche.
Después de 3 botellas de Soju terminé aburriéndome así que decidí buscar a mi hermano para decirle que me iba, arrepintiéndome después al encontrarlo en los baños de hombres recibiendo una felación por parte de una chica.
Salí apresurado de ahí, disculpándome antes con la cara roja de la vergüenza mientras mi hermano me sonreía triunfante y alzaba el pulgar de una mano y con la otra señalaba a la chica que en ningún momento dejó de chupárselo.
Necesitaba otro trago así que me dirigí nuevamente a la barra, dónde había estado la última media hora. Solo un trago más y me iría, me dije, pidiéndole al barman lo mismo que había tomado antes.
Me senté en unos de los bancos con la vista hacia las personas que bailaban en el lugar, creyendo que así me distraería y no estaría pensando en el pene de mi hermano en la boca de esa desconocida.
Fue entonces cuando mi mirada se dirigió a aquella castaña de vestido negro que acaba de atravesar el umbral de la entrada.
Vi como avanzaba directo a mí, comenzando a sentirme nervioso, pero terminé decepcionándome cuando pasó de mí, juntándose a un grupo de amigos al final de la barra.
— ¡Oye! —gritó alguien tras de mí, dándome una pequeña palmada en la espalda para llamar mi atención, girándome para notar que era mi hermano junto a la chica esa— Espero no te moleste, pero debo irme —me guiñó un ojo descaradamente, dándome a entender lo que haría saliendo de ahí.
Negué, apurándolo para que saliera de mi vista, más por el interés de seguir viendo a la castaña que por la vergüenza del momento, habiéndome olvidado de ella después del último trago.
Y así lo hice. Pegándome mi mirada a aquel punto, escaneándola de la cabeza a los pies. Tan bella y tan sensual con su cabello castaño, sus labios gruesos y rosados, esos ojos salvajes, esos redondos senos, esas curvas bien delineadas y sus piernas. Tan perfecta.
Nunca en mi vida sentí esas ganas de poseer a alguien como a ella, algo muy extraño teniendo en cuenta las cientas de mujeres que pasaron por mi cama.
En ningún momento alejando mi vista de ella, algo de lo que todos sus amigos se dieron cuenta excepto ella, hasta que una de ellas le susurró algo en el oído, suponiendo el que yo no paraba de mirarla porque después de eso volteó a verme, sonriéndome con sus mejillas pintadas de color carmesí, mi estómago comenzando a sentirse extraño por la bella y excitante escena.
Y así fue durante unos minutos más. Yo con mi mirada sobre ella y ella dedicándome tiernas sonrisas de vez en cuando. Hasta que vi que se dirigió al centro del lugar, su mirada pegada en mi mientras bailaba sensualmente, invitándome a acercarme a lo que por supuesto acepté sin pensarlo.
Tomé su cadera entre mis manos, juntando nuestros cuerpos mientras ella abrazaba mi cuello. Nuestros cuerpos moviéndose sensualmente al ritmo de la música, nuestras miradas cruzadas y nuestros labios a escasos centímetros que podía percibir su aliento dulce.
Bajé mi mirada a su cuello, se veía tan pulcro que tuve deseos de marcarlo. Así que lo giré, haciendo que quedara de espaldas a mi sin despegar nuestros cuerpos, mi pelvis moviéndose de forma circular en su trasero. Mi rostro acercándose peligrosamente a su cuello, respirando sobre él, estremeciéndolo. Mi pene comenzando a despertarse.
— Vayamos a mi departamento —le susurré, tomando de su muñeca para arrastrarla conmigo aún si ella no quería, aunque sabía que no era así, y lo confirmé cuando no intentó zafarse de mi agarre en ningún momento.
No hablamos en el camino, ella dedicándose a jugar con mi pierna mientras yo conducía.
Tan pronto entramos al departamento la acorralé contra la pared, haciéndome de sus labios por fin, convirtiéndolo rápidamente en un beso más que lujurioso. Nuestras lenguas mezclándose, jugando entre si hasta que comenzó a faltarnos el aire.
Bajé a su cuello, besándolo y chupándolo a mi dominio, sin importarme si le dejaría marca o no, siendo eso lo que quería. Metí mis manos bajo su vestido, acariciando sus glúteos bajo la tanga. Tan suaves y redondos. Y ella gimió, acercando su mano a mi erección ya más despierta, con la intención de masajearla, impidiéndoselo.
— Primero voy a jugar yo —le dije, besándola de nuevo. Mis manos yendo hacia el cierre de su vestido para bajarlo, poco a poco deshaciéndome de él por completo.
Mis ojos abriéndose con desconcierto, soltándola de golpe.
— ¿Qué te pasa? —me preguntó confundida, escuchando por primera vez su voz. Esa voz gruesa y un poco rasposa— Vamos, continuemos —tomó mis manos acercándolas a su cuerpo otra vez, pero la aleje.
— ¡No! Tú... —tartamudee— Tú eres... un hombre —seguía conmocionado, asustado, engañado.
¿Cómo pude no darme cuenta? ¿Cómo es que un hombre pudo hacerme sentir tanto deseo por él? ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué tuve que caer en su trampa? ¿Por qué, por qué, por qué?
— Oye —dio un paso hacia mí, asustándome.
— ¡Lárgate depravado de mierda! —le grité, por lo que se molestó. Se puso su vestido y salió, azotando la puerta tras él.
Jodida mierda.
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¡Hola! Vengo con este nuevo two-shot, mañana les traeré el otro cap. Y en un ratito subiré lo que es la descripción de un nuevo fic que publiqué el otro día en mi facebook pero ni lo pescaron ;-; Pero bueno, ahí explicaré qué con ello, mientras tanto disfruten de esto.
Dato: Por si les pica la curiosidad, este es el vestido que "ella" usaba xD
Bye~