Estas en todas partes

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Al llegar a la cabaña Jasmine estaba preparándose el desayuno, la muy perra se veía demasiado bien para la cantidad de alcohol que bebimos ayer, creo que soy a la única a la que la resaca le hace tan mal.

-Jamás te perdonare esto- Dije fulminandola con la mirada- Me has dejado sola en medio de una fiesta de espuma y he amanecido en un cuarto con alguien que no conocía y no, no en ese sentido. -Jasmine me miro y comenzó a reír como una loca, maldición, quería estrangularla, pero la amaba demasiado como para hacerlo.

-Creo que la resaca te ha pegado mal, además, no es la primera vez que amaneces en un cuarto desconocido-Me guiño un ojo. No lo negaría, me ha pasado un par de veces, pero esta vez había sido simplemente peor.

-Púdrete- le dije enseñándole mi dedo corazón y subiendo a mi habitación para darme un baño y ponerme el bikini, si, hoy sería día de playa.

Escogí un bikini de victoria's secret negro, simple pero sexy, lo perfecto para mi. No planeaba salir con mi bikini y nada más, por lo tanto me puse un vestido un tanto corto, pero en mi defensa, hacia demasiado calor y quería entrar al agua, por lo tanto debía tener ropa que fuese fácil de sacar. Para complementar elegí unas plataformas y ya estaba lista.

Tomé el Jeep de Jasmine y esperé a que ella terminase de cambiarse, al cabo de unos 15 minutos, ya estábamos en la playa.

Quería broncearme, y más que nada mi espalda, estaba muy blanca. Puse una toalla sobre la arena y me recoste boca abajo sobre ella.

Juro que no me acosté así por provocar, pero al parecer a un idiota si le pareció porque escuché un chiflido detrás de mi y cuando voltee para ver quien había sido ese menudo imbécil, era.. un momento, no le había preguntado su nombre, digamosle el chico de la fiesta. En ese momento no me interesaba ya que se había comportado como una cerdo, debería ser de los chicos que van de noche en noche y de chica en chica.

Al verme se sorprendió, sonrió un poco avergonzado y luego dijo -Hoy por la mañana no se llegaba a ver todo lo que tenias escondido bajo las sábanas- me guiño un ojo y siguió su camino. No conocía a este chico, pero ya se podía percibir desde masomenos un kilómetro que era un idiota, por lo tanto, no pretendía estar cerca de el por mucho más de 10 minutos.

Me había perdido entre mis pensamientos cuando reaccione debido a un grito que escuché demasiado cerca de mi oído. -Maldita zorra, no me habías contado nada- decía Jasmine cuando ponía cara de ofendida, que le iba a contar? Si entre el idiota y yo no había pasado nada, aunque... un momento, el acababa de haber dado a entender lo contrario, joder, aún no lo conocía y ya me provocaba problemas.

-No sucedió nada entre nosotros Jasmine, sólo me "rescato"-dije haciendo comillas con mis dedos- cuando tu me dejaste sola dentro de una maldita discoteca en Miami.- Jasmine me miro con mirada acusadora, lo sé, mi historia no era la más creíble de todas, pero era la verdad.

Para mi buena suerte no me volví a cruzar con el luego de eso, ya estaba comenzando a atardecer y con Jasmine moriamos de hambre asi que pasamos por un auto-mc para poder llevar la comida a la cabaña y comer mientras que comenzabamos a prepararnos, ya que, obviamente hoy también saldríamos de fiesta, sólo que a una en la que esperábamos que no hubiesen idiotas.

A eso de las 12:00am llegamos a la fiesta, era un lugar bonito, no de los mejores, pero al menos habían mejores chicos y por lo que había logrado ver, mejores tragos, así que sin pensarlo dos veces le dije a Jasmine -Iré por unos tragos, quieres alguno?- estaba segura de que diría que si, ella jamás se negaba a cualquier cosa que tuviese alcohol.

Camine hacia la barra y le pedí dos smirnoffs al chico de la barra, si, teníamos que empezar la noche tranquilamente, el vodka vendría después. -Quieres que las abra a ambas?- me dijo el chico de la barra, tarde bastante en comprender su pregunta, pero luego recordé los tragos y asenti, eso me facilitaría la vida.

Di media vuelta para retomar mi camino hacia Jasmine cuando una gran estructura chocó contra mi pequeño cuerpo, desparramando la smirnoff sobre mi vestido. Eleve mi mentón decidía a saber quien demonios había sido el culpable de este desastre y me lleve una gran sorpresa.

-Joder, estas en todas partes- le dije irritada, el se limitó a sonreír ante lo que había dicho- podrías dejar de mirarme y hacer algo para arreglar el desastre que acabas de causar-.

-Maldición, podrías ser un poco más amable si quieres pedirme algo, no lo crees?- dijo igual de irritado que yo, pero el tenía unas pequeñas gotas en su camiseta, no medio vestido lleno de smirnoff.

-No, no lo creo.-dije en un tono seco, pero al menos logre que fuera a buscar una toalla para poder secar mi vestido. -Gracias- dije, intentando sonar más amable que antes, una vez que ya me había secado mi vestido.

Estábamos sentados en unos sillones y nose porque extraña razones estábamos entablando una conversación.

-Te traeré otra smirnoff, porque ha sido mi culpa- dijo el por cuarta vez. -No es necesario, aunque no creo que charlar contigo totalmente sobria sea algo divertido, al menos hasta ahora no lo ha sido- dije en un tono divertido, una fugaz sonrisa se logró ver en sus labios, pero luego fue suplantada por una mirada pícara, como advirtiendome que ese comentario me traería problemas.

-Asique quieres embriagarte princesa?- me dijo- No me haré cargo de lo que pase mientras estés ebria, eso te lo advierto- Este chico era un total pervertido, no sabía su nombre pero ya sabía bastantes cosas sobre el.

-Dudo que logres embriagarme- le dije en un tono retador - Pero inténtalo, con la condición de que tu tomes la misma cantidad que yo y veremos quien cae primero- el sonrío con superioridad, el pobre creía que iba a ganarme, oh no, si algo yo no hacia era perder.

Un verano para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora