La tierna carta

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Pov Adrien.

Me había levantado sin ganas, no quería fingir que todo estaba bien, cuando en realidad quería quedarme en mi habitación a pensar.

De camino a clase, me encontré con Marinette y me dirigí hacia ella.

-Hola Marinette.

-Adrien, ¿por qué ayer te fuiste?

-Lo lamento, me topé con Ylenia y me en-Iba a acabar la frase hasta que Marinette me interrumpió.

-Oh, ya, no hace falta que digas nada. Pero la próxima vez intenta que tu plan salga mejor.

-¿Plan?. ¿De qué hablas?

-Sé que querías que te ayudase con lengua para librarte tú del ejercicio.

-¿Qué?. ¿Crees que yo soy esa clase de persona?.

-No lo creía, hasta que me mencionaste a Ylenia.

-Ella me encerró, no podía avisar a nadie, ¿sabes?.

-¿Y por qué no gritaste?.

No le podía contar que me transformé en Chat Noir minutos después de que Plagg se acabara el queso y que al ir a la biblioteca ya no estuviera.

-Lo hice, pero nadie me escuchaba.

-¿Y cómo es que tienes tu mochila?. Cuando yo salí me giré y vi que estaban cerrando.

-Bueno yo...

-Eres un falso...-Me dijo con un tono de tristeza.

-Alya, habla con ella, solo quiero que no piense que soy así.

-Lo intentaré, pero lo has puesto  difícil. Ah, y otra cosa. Ella te admira, no le des esa imagen de ti

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Terminaron las clases y sabía que en alguna de ellas, o en el asueto, Alya había hablado con Marinette. 

-¡Marinette!.-Le grité desde lejos y me acerqué.-

Pov Marinette

Terminé de hablar con Adrien y me fui a mi asiento. En el asueto Alya me intentaba convencer.

-Déjalo Alya. No quiero hablar más de él.

-Vamos Marinette. ¡Estamos hablando de Adrien!. Antes no podías ni hablarle sin tartamudear, y ahora que lo consigues, es para discutir.

-Lo sé, es que últimamente estoy confusa.

-¿Ya no te gusta Adrien?.

-¡Claro que sí!. Puede que tengas razón, no debería discutir con él. Yo no soy así.

-Pues a la salida habla con él. 

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Estaba bajando las escaleras y buscando a Adrien con la mirada, hasta que gritó mi voz por detrás. Me giré y por poco me caigo por las escaleras si no fuera por la barandilla.

-Ten cuidado. No queremos accidentes.

-Lo lamento.

-¿Te lamentas porque casi te caes?

-No, lo lamento porque no te creí. Obvio no eres de ese tipo.

-Tranquila, yo solo quiero que seamos amigos.

-Y yo también.-Le sonreí. Quería seguir hablando con él ya que no tartamudeaba, pero se oyeron unos gritos y eso significaba convertirse en Ladybug.

Somos Un Equipo. Miraculous Ladybug.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora