Prólogo

25.1K 856 8
                                    


-Eres un idiota -insulto a la persona que está a mi lado.

Mi esposo, escupe el gajo de naranja, que tenías en la boca, y este cae en el plato que tiene delante. Momentos antes estaba imitando una sonrisa con ese gajo. Él me mira y sonríe de costado acercándose a mí, y antes de que sus labios lleguen a los mismos le esquivo.

—No beso niños -le saco la lengua, intentando no sonreír demasiado.

—Sé que te encanta este lado de mi, pequeña.

Le miro por unos instantes, y después me tumbo en el sofá y echándole a él en el proceso con una pequeña patada. Intento con todo mi ser no reírme de su cara aturdida al caer de culo.

—Dani pensé que te deje bien claro antes de casarnos, que lo único que me gustaba de ti era tu dinero —digo socarrona.

Mi marido, no dice nada, sólo se levanta del suelo serio. Pienso que se ha molestado conmigo, pero no. Dani se sube encima mía, con cuidado, y después entierra sus manos en mi pelo y lo observa con atención durante unos segundos, luego su mirada pasa a mis ojos.

—Claro, porque el dinero de un policía da para comprar muchas cosas, ¿no? —pregunta irónico, casi riéndose. Asiento con la cabeza, divertida por la situación—. ¿Sabes que es lo que más me gusta de ti Alison?

—¿Por qué soy atractiva? ¿Por qué  soy la persona más interesante que has conocido? ¿Por qué soy muy caritativa al haber aceptado ser tu esposa? —pregunto, él niega con la cabeza con una sonrisa—. ¿Entonces, qué?

—Lo malhumorada, gruñona, irritable... —abro la boca para decirle un par de cositas, pero antes de que lo haga él vuelve hablar, está vez con una pequeña sonrisa—. Pero también está... Lo mucho que me haces reír, lo atenta que eres, lo amable que eres con todo el mundo... Pero sobre todo que siempre haces que me enamore de ti un poco más.

Parpadeo perpleja por todo lo que me ha dicho, después inmediatamente miro hacia otro lado, tímida. Mi cara en estos momentos tiene que estar ardiendo de vergüenza en estos momentos. ¡No puede decirme todas esas cosas así de pronto!

—Pero lo otro que has dicho, también suma puntos —añade seductor.

Mueve mi cara para que le vea, con suavidad. Cuando nuestros ojos chocan de nuevo, acerca sus labios a los míos, están apunto de rozarse, pero de nuevo yo le esquivo.

Antes de darle su merecido beso, porque esa cosas cursis las suelta muy de vez en cuando y cuando lo hace consigue derretirme el corazón... Quiero aclararle una cosa, una cosa que espero que él sepa, pero que no me importa repetírselo las veces que sea.

—Te amo, Dani.

—Eres una tonta —se burla, sacándome lengua. Formo un puchero—. Pero somos un par de tontos, porque yo también te amo, Alison. Ahora y siempre.

Como si se tratasen de dos imanes, por fin nuestros labios se tocan. Él me muerde el labio y no puedo evitar soltar un pequeño gemido. Nos besamos durante no sé cuánto tiempo, pero cuando acabamos, debido a la falta de oxígeno, solo tengo ganas de más.

—¿Quieres que vayamos a un restaurante? A uno caro, me refiero —pregunta él, aún sin quitarse de encima mío—. Ya sabes, de esos que dan ganas de escaparse por la ventana del baño —niego con la cabeza, no me apetece nada salir de casa. Voy a besarlo de nuevo, pero él es el que me esquiva esta vez—. Cariño, hoy es nuestro aniversario, quiero llevarte a un sitio especial... Y aunque me encanta estar así contigo, quiero celebrar por lo alto que llevamos cinco años casados.

Me río suavemente, por lo adorable que se ve en este momento. Pero no me importa, quiero quedarme con él en casa. Me parece mucho más divertido estar en casa, porque así no hay nadie que vea las tonterías que hacemos y decimos, y podemos ser nosotros mismos.

—Cuando cumplamos diez años, en vez de cinco, me puedes llevar a donde quieras. Te lo prometo. ¿Pero ahora nos podemos quedar en casa?

El castaño me mira, y tras muchos segundos donde pienso que al final me voy a salir, niega con la cabeza. Vale, una cosa que nunca me ha gustado de Dani, es que cuando se le mete algo en la cabeza, hay que hacerlo si o si.

—No sé, no creo que me guste presumir de ti cuando seas un pellejo.

—¡Solo tendré treinta y tres años, capullo! —le doy un golpe en el hombre, un poco molesta.

—Es broma, es broma —se ríe. Agarra mis manos y las lleva a sus labios para besarlas—. Alison, de verdad quiero salir hoy contigo, hoy es un día especial y quiero hacer algo diferente por ti.

—Pero Dani quiero quedarme en casa... —me quejo con voz de niña pequeña.

—También es mi aniversario —me recuerda.

—De acuerdo —acepto, cambio mi expresión por una más seria—. Pero va a ser un restaurante muy caro —advierto desafiante.

Él asiente satisfecho, con unas sonrisa que no puede ocultar de sus labios. Los dos nos miramos y de la nada empezamos a reír, como dos niños. Le doy un pequeño beso y después, le empujó para poder levantarme del sofá.

—Me voy a cambiar —le aviso caminando hacia nuestra habitación, pero me detengo a mitad de camino y le miró con una sonrisa seductora—. ¿Quieres ayudarme?

Su respuesta no tarda en llegar, salta del sofá y cuando está a mi lado me agarra como si de una princesa tratase y nos mete ambos en la habitación.

—De verdad que te amo Dani —le digo después de darle otro beso, está vez en la mejilla.

—Y yo a ti también te amo mi pequeña cascarrabias.

Le abrazo, esperando que nos quedemos así para siempre.

~¡Hola! Perdonar, el prólogo se borró anoche por error y hoy lo subo de nuevo. ¡Fue un error mío! Y ahora me siento fatal por los comentarios que se hayan borrado. Muchas gracias por visitar mi historia. ¡Espero que os guste el prólogo!

Escapando del amor [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora