Capítulo 5

524 60 5
                                    

— Si quieres rescatar a la doncella tendrás que pasar sobre mi primero, En Garde — Brooke sostenía una rama de árbol como espada y se enfrentaba al pequeño Benjamín, quien portaba su espada de juguete. La doncella Charlotte junto a su muñeca eran prisioneras de Brooke, la malvada reina. Esta fue la escena que recibió al señor Jefferson al ser anunciado.

— Buenas tardes. — El conde hizo una reverencia.

Brooke volteó, bajando el arma, para responder el saludo; en aquel momento, Benjamín atacó, aprovechando que la joven tenía la guardia baja.

— Auch — al sentir el impacto en sus piernas, se dejó caer en la hierba — has ganado joven caballero, ahora puedes rescatar a tu doncella.

— ¡Eh! — gritaba Charlotte, mientras aplaudía.

El señor Jefferson se acercó con la intención de ayudar a la señorita Henderson, pero ella se levantó sin su ayuda, y ni siquiera lo vio, puesto que se encontraba de espaldas a él.

Ahora podía notar ciertos cambios; su figura era más alta y proporcionada de lo que recordaba, aunque su cabello estaba sujeto por un sencillo peinado, éste se deshacía al jugar con sus sobrinos. Los anteojos aún cubrían la mayor parte de su rostro y los ojos no miraban en su dirección. Frunció el ceño, pues era extraño que no se hubiera acercado a saludarlo con efusividad y todavía más singular que él fuera quien se aproximase.

— Niños, ¿no van a saludar a su tío? — Preguntó con cariño su madre.

— ¡Tío Jeff! — dos pares de pequeños brazos fueron a su encuentro — vencí a tía Book y rescaté a Charly — expuso orgulloso Benjamín.

— Es usted todo un caballero, sir Benjamín.

— Y ahora este caballero deberá cumplir con su promesa y jugar junto a su hermana a lo que ella quiera — le recordó la señorita Henderson, obteniendo una risa juguetona y una mirada aburrida.

— Quiero jugar con el tío Jeff— la pequeña Charlotte abrazaba su muñeca y observaba al conde con enormes ojos esperanzados. Entonces, el mayordomo anunció que la comida estaba servida.

— Gracias Lucien, enseguida vamos — comentó Tessa — niños creo que la cocinera preparó una tarta de frambuesa, para quienes se coman toda la comida.

— ¡Tarta! — Los niños corrieron junto a su niñera, dejando a los adultos solos.

— Creo que la tarta es más... fascinante que la compañía de su tío.

— Indudablemente hermano — Jeff la llevaba del brazo — ¿Brooke, no te lastimaste?

— No, claro que no, sólo me tocó. — Contestó viendo a Tessa.

Se sentaron en el comedor.

— Señorita Henderson, no puedo evitar sentirme culpable de este pequeño inconveniente.

— No hay necesidad milord, usted no lo causó.

— Aún así... — a las mujeres les gustaba que se preocuparan por ellas.

— Benjamín ganó justamente. No debí bajar la guardia. — O tal vez no a todas, pensó al mirarla perplejo, mientras ella tenía la vista fija en el plato que degustaba, ¿era la misma niña que lo perseguía y acosaba a cada momento?

— Señorita Henderson, ¿aún le interesa la literatura? — Por un momento pensó que no le respondería.

— Así es.

— ¿Qué tipo de literatura? — ella parpadeó extrañada, ¿por qué le preguntaba?

— De todo tipo.

¿Te casarías conmigo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora