Cada día se estaba volviendo más monótono para Brooke, las visitas pequeñas, pero necesarias según su madre, los bailes, el teatro y las cenas a las que ocasionalmente asistía.
Siempre que tenía un tiempo libre iba a Mayfair, donde se encontraba la residencia Landsdowne. Ya fuese para hablar con Tessa o jugar con los niños; de vez en cuando se topaba con Charls o Lord Standford, quienes llegaban después de asistir a la cámara de lores.
— ¿No te diviertes, querida? — Preguntó lady Bath luego de ver el rostro de su hija, mientras se encontraban sentadas alrededor de la pista.
— Sólo estoy un poco cansada— Brooke estaba admirando Belgrave Square, que era bastante exquisito en cuanto a lujo y decoración
— Ve a retocarte un poco, o tus acompañantes creerán que es debido a ellos tu expresión.
Mientras caminaba pensaba que los tres caballeros que pusieron su nombre en la tarjeta no se fijarían en su rostro.
—Señorita Brooke, se ve usted encantadora —sonrió Marion cuando se encontraron a solas en el tocador— no me sorprende que Lord Herdford la busque para estar en su compañía — la señorita Abercon, como muchas otras damas, estaba pendiente de los mejores partidos de la temporada.
—Gracias. — Brooke aceptó extrañada el cumplido —pero no creo que busque mi compañía, sólo hemos coincidido.
— Ay querida, tus cristales están un poco sucios — instintivamente la señorita Henderson se llevó una mano al marco de sus anteojos.
— ¿De verdad? —Se los sacó y observó — no noto nada.
— Claro que sí, permítamelos un momento. — Los sujetó.
— No es necesario.
— Insisto. — Forcejearon un poco, y al encontrarse con guantes, los anteojos fácilmente se resbalaron, estrellándose con fuerza contra la pared.
— Ay, lo siento —la miró afligida — espero que se puedan arreglar.
—No pueden arreglarse.
—Lo lamento. — Se fue de allí con una sonrisa en la boca.
Brooke, por su parte, intentaba controlarse. No era propio de una señorita golpear a otra, aunque ésta se lo mereciera. Cerró los ojos y respiró lentamente para tranquilizarse.
El señor Jefferson miraba discretamente por el salón buscando, mientras bailaba con su hermana. El siguiente baile era el que le había prometido a la señorita Henderson.
— ¿A quién buscas entre la multitud? — Preguntó Tessa. — ¿A la señorita Abercon? — Inquirió con mofa.
— En esta ocasión te equivocas hermanita, busco a tu amiga, la señorita Henderson.
— ¿Ah, sí? — Vio alrededor —es cierto, no la he visto recientemente — el vals llegó a su término.
— No crees que se haya retirado, ¿verdad?
—Claro que no, es muy temprano para ello.
—Lord Standford, lady Landsdowne — los saludó la señorita Abercon —qué alegría contar con su presencia.
— Señorita Abercon, es un honor estar en su compañía —su hermana sólo inclinó la cabeza a modo de saludo.
— Qué extraño— mencionó — ya que aun no he tenido el placer de bailar con usted en esta velada, milord — lo miraba mientras hacia un mohín con sus labios.
Tessa rodó los ojos.
— Deberé remediar tal comportamiento —le sonrió — sin embargo, estoy buscando a la señorita Henderson, ¿la ha visto por casualidad?
—No, no la he visto.
— Es una lástima, si me disculpan —la siguió buscando. Algo le decía que aún estaba presente. Al no verla en el salón exploró los alrededores.
Un ruido llamó su atención, al parecer alguien se había tropezado y bastante fuerte. Un suspiro frustrado muy conocido lo recibió.
— ¿Señorita Henderson?
— Lord Standford, ¿es usted? —veía en todas direcciones.
— ¿Esperaba a alguien más? —preguntó en tono gracioso.
— A alguien que me ayude, sí, no veo nada. — Al acercarse notó que esta no traía sus lentes.
— ¿Y sus anteojos?
— Un trágico accidente —sus facciones transmitían enojo —debido a una joven inepta. —Hizo un pequeño mohín con los labios, y sin sus anteojos resultaba encantador.
— No sabía que se considerara una joven inepta — respondió en tono serio, con una sonrisa que ella no llegó a ver.
— No me... —entrecerró los ojos — ¿se está burlando de mí? — preguntó sorprendida.
— Usted sabe que jamás me atrevería...— la joven se aclaró la garganta —o tal vez... — Brooke resopló, para después sonreír y reír, era una risa bastante peculiar.
— Milord, ¿sería tan gentil de llevarme junto a mis padres? — Solicitó — he intentado encontrar el salón, pero... me temo que he tropezado con todo excepto con mi objetivo.
—Será un honor madame —le ofreció el brazo, el cual ella tanteó para luego sujetarse — ¿Ve tan mal sin sus lentes?
—No en realidad, sin embargo hay poca iluminación. Puedo distinguir las formas, pero no los detalles.
— ¿Le complica bailar sin sus lentes?
— En las cuadrillas —miraba hacia el frente — podría chocar o pisar, tanto a mi pareja como a los demás, prefiero evitar esos accidentes —cada vez la música se escuchaba más fuerte — ¿este era el baile que había solicitado? — Cuando iba a responder se encontraron con lord y lady Bath
— Querida, ¿qué pasó con tus lentes?
— Se rompieron.
— Deberías ser más cuidadosa, mi niña —dijo su padre.
— Será mejor que nos retiremos, le duele la cabeza siempre que los extravía — se dirigió al señor Jefferson — gracias por ayudarla.
—No fue ninguna molestia — habló a Brooke —espero que pronto pueda disfrutar de su compañía, milady.
—Muchas gracias milord, sin su ayuda seguramente aún estaría deambulando por ahí— sonrío, le gustaba verla sin sus lentes. Sus ojos adquirían distintos matices debido a la luz.
— Aunque deberá reservarme otro baile —al mencionarlo en susurro, las mejillas de Brooke se colorearon de un atrayente carmesí.
— No es necesario...
— Insisto —su tono no admitía réplica. — Me despido —galantemente tomó su mano y la besó.
Una vez se encontró en el carruaje junto a sus padres, Brooke se preguntaba por qué el señor Jefferson había insistido en bailar nuevamente con ella.
¿Tal vez le agradaba su compañía? Claro que no, se corrigió, lo hacía por compromiso, por compensación como había dicho. No debía ilusionarse, se repitió, ya lo había hecho una vez y sus ojos lagrimearon al recordarlo, no quería volver a cometer ese error.
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No lo puedo creer, 36 estrellas o.0, muchisimas gracias :D, por seguir esta historia T.T
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¿Te casarías conmigo?
Romance- ¿Te casarías conmigo? Normalmente es el hombre quien lo propone, pero ¿Qué pasaría si la mujer es quien se le propone al hombre? O ¿si en este caso es una niña quien hace la proposición? Prohibida cualquier copia o adaptación, obra registrada en...