Escoltada por sus padres, entró en Almack's, recordando la frase de su madre: "es para ver y ser vistos".
La mañana anterior fue presentada ante la corte, y le fue difícil no estar nerviosa, pues un paso en falso y te juzgarían de por vida.
Al menos Tessa conocía a la señora Steward, vizcondesa de Castlereah, una de las damas que estaban a cargo de los bailes del recinto. Por lo que sabía, era una mujer de pocas palabras y sólo preguntaba las cosas pertinentes.
Se hicieron las correspondientes presentaciones.
— Lo estás haciendo bien, respira un poco — la animó su amiga.
— Sería más fácil si el corsé no estuviera tan ajustado — respondió con la sonrisa que su madre le hizo prometer que no abandonaría su rostro.
— No creo que haya problema en que te den el permiso para bailar vals dentro de unos días.
— ¿Es necesario?
— Claro que sí, tu madre insistió. — Brooke no quería ese permiso o al menos aún no, era un baile hermoso, pero incluso así, era consciente de que sólo sería un espacio vacío, y que en muy pocos casos sería rellenado y peor todavía, por un conocido o familiar.
Fue dejada con sus padres.
Y quien solicitó un baile, fue un amigo de su padre, y también el marqués de Herdford y el vizconde de Wesex; fue una grata sorpresa que recordaran lo prometido.
— Lady Bath, qué alegría volver a verla— se escuchó cercano. — Igualmente lord Bath — al voltearse se encontró con lady Alexa y lord Standford que saludaban a sus padres.
— ¿Milord? — Una sonrisa se extendió por el rostro de su madre
— A su servicio milady — besó su mano de manera galante.
Mientras sus padres saludaban alegres a sus acompañantes. Brooke notaba cómo las miradas de otras jóvenes debutantes o no, se dirigían al señor Jefferson. Muchos abanicos se abrieron para ocultar sonrojos o chismorreos.
— Señorita Henderson — tomó su mano — también es un placer volver a verla.
— Lo mismo digo.
— ¿He llegado demasiado tarde para pedirle el honor de ser mi pareja de baile?
— ¿Quiere bailar conmigo? — parpadeó varias veces, sorprendida.
— Claro, si usted me lo permite.
Mientras le solicitaba la tarjeta de baile a Brooke, varios de los presentes voltearon hacia la entrada, y ambos, curiosos, también lo hicieron y se encontraron con la imagen perfecta de Marion, la señorita Abercon, que claramente no podía pasar desapercibida; su cabello estaba elaboradamente peinado y su vestido blanco con muchos adornos no opacaba su belleza.
Muy distinto era el caso de Brooke quien llevaba un vestido sencillo, pero de buena calidad y su cabello con un simple peinado.
El señor Jefferson no podía dejar de ver a esa aparición mientras flota en el salón. Tenía que conocer a esa joven, y entonces un vago recuerdo le vino a la mente.
Brooke con la tarjeta tendida, decidió apartarla al ver el rostro del conde tan encandilado.
— ¿Señorita Henderson, por casualidad no es su vecina, la señorita Abercon? — preguntó sin verla.
— Así es, milord — corroboró asintiendo, aunque la vista del conde seguía fija en Marion. De pronto, sintió una pequeña opresión en el pecho, que rápidamente desechó — ella también debuta esta temporada.
— Comprendo. Si me disculpa, señorita Henderson. — Hizo una rápida reverencia en su dirección y con paso decidido se acercó a la señorita Abercon, como muchos jóvenes, formando un grupo alrededor de ella.
Cuando las primeras notas de una cuadrilla empezaron a sonar un joven gallardo se acercó a Brooke.
— Creo que este es mi baile señorita Henderson.
— Efectivamente, milord. — confirmó con una sonrisa. El marido de Tessa era la perfecta combinación de modales y apariencia.
— Veo que ha estado practicando — comentó al pasar a su lado.
— Claro... y hasta ahora no he recibido quejas de sus hijos al practicar el vals. — Intercambiaban comentarios cada vez que el baile los acercaba.
— Me alegra saberlo — su mirada cambió al hablar de sus hijos — seguramente necesitarán de su compañía en eventos como este en el futuro.
— Me encantaría milord, sus hijos son adorables. — La danza llegó a su fin— gracias por el baile.
— Soy yo quien debe agradecer el honor de compartirlo con usted — le tomó la mano y dejó a distancia prudencial un beso en ella — espero volverlo a repetir en un futuro cercano — la joven asintió, curvando sus labios.
— Deja de intentar conquistar con tu palabrería a Brooke, ella no caerá con cursis palabras.
— Mmh... Pero conozco a alguien que le encantan esas cursilerías — miró significativamente a su esposa, haciendo que ésta se ruborizara — si me disculpa milady, el deber llama. — Se dirigió a Brooke.
— Es decir que, ¿bailar conmigo es un deber?
— Es un placer y un honor que nunca quiero perder.
Las notas de un vals fueron alejando a la pareja que cada día se veía más enamorada si era posible.
En su campo de visión notó también al grupo de jóvenes que todavía rodeaba a la señorita Abercon y a su madre; entre ellos se encontraba lord Herdford, lord Wesex y por supuesto, también a lord Standford.
Sus padres y lady Alexa se encontraban cercanos a la mesa de refrigerios, por lo que fue a su encuentro para saciar su sed con limonada.
Al obtener su bebida un caballero se acercó a ella, para solicitar el siguiente baile.
Era el conocido de su padre, y como Brooke conocía suficiente de los negocios de su padre, fue capaz de establecer una conversación amena sin ninguna dificultad.
Al terminar la dejó en compañía de sus padres.
El marqués de Herdford y el vizconde de Wesex solicitaron su turno, y en resumen, su velada estaba resultando bastante prometedora, en comparación a los inicios.
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Por mi parte lo quiero golpear o algo asi, ojala les guste gracias por leer :D
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¿Te casarías conmigo?
Romance- ¿Te casarías conmigo? Normalmente es el hombre quien lo propone, pero ¿Qué pasaría si la mujer es quien se le propone al hombre? O ¿si en este caso es una niña quien hace la proposición? Prohibida cualquier copia o adaptación, obra registrada en...