7- Largo día

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Unos brazos calientes rodean mis hombros y me aprietan con fuerza.
Abro mis ojos y los mantengo entornados porque la leve luz de la tarde me encandila.
Mi padre está levantándome del piso y acaricia mis mejillas para retirar las pocas lágrimas húmedas que me quedan.

—¿Qué hago acá?— consigo balbucear

—Aíxa... Cariño, nadie conseguía encontrarte, hace más de dos horas que estábamos buscándote y apareciste tirada, me había preocupado muchísimo.

No sé qué opinar al respecto. Sólo asiento y me incorporo para retomar el funeral.

Bueno, esa era mi intención, pero parece que el sol ya había bajado y la gente comenzaba a despedirse de mí dirigiéndome ese tipo de miradas que odio.

Miradas de Compasión, Pena.

★★★

Mi papá insistió en que faltara a la escuela si quisiera, pero no quería hacerlo.
Mis padres estuvieron divorciados desde mi infancia, creo que no lo sufrí por el hecho de considerarlo normal.
El tema es que al estar ellos de ese modo no vivían juntos. Solamente se veían algunas mañanas antes de que salga a la escuela para discutir sobre cosas, lo típico. Por lo tanto tuve que mudarme con mi padre después de la muerte de mi madre.
Él me confesó que no se encuentra tan afectado por la situación, dijo que lo único que le afecta es mi malestar, mi tristeza. Dijo que hay que enfocarse en el presente.
Pero estoy muy segura de que en realidad está afectado y no lo quiere admitir.
Estar triste es normal, es humano.
Y más por una muerte de alguien cercano.
A veces está bien no estar bien.

★★★

Apenas piso la entrada de la escuela, todos, y con todos me refiero a TODOS, giran su cabeza y centran su atención en mi.
Odio esto.

Mierda, lo detesto.

Aferro mis manos a los costados de mis jeans y camino apurando el paso. Busco con nerviosismo a Em por todos lados topándome con todas las miradas posibles. Sobre todo de lástima y curiosidad.
Me pongo muy nerviosa y sin controlar mis pasos apenas noto que camino tan rápido que parece que corro.
Y me choco con algo y casi vuelo por el impacto.
Mi cara se estrella contra el suelo y el ambiente se envuelve en un silencio total. El dolor se extiende desde mi nariz a mis labios, que tienen un nuevo corte y mis mejillas arden de vergüenza. Levanto un poco mi cabeza para poder distinguir quien fué el autor de este accidente.
Solo logro ver a la chica menuda dándose la vuelta y corriendo de espaldas.
Esa chica...

Mis ojos se llenan de lágrimas, pero se quedan ahí, en mis ojos... Las retengo dispuesta a no dejarlas ir.
No por tristeza, si no por furia, bronca.
No entiendo porqué todo esto tiene que pasarme a mí.

Siento una mano sobre mi hombro y por un costado de mi visión noto a un chico.

ian

—¿Qué pasó?¿Acaso te caíste, princesa?

Bastardo.

— Por lo que más quieras en este mundo no vuelvas a llamarme así, y porfavor, dejame en paz

— Que adorable... Y si no quiero, ¿Qué?

Me levanté balbuceando algo para mis adentros con mis puños apretados y aún ruborizada.

— De verdad te ves hermosa cuando estás enojada

Demasiado cerca de mi

Demasiado..

Le pego una cachetada.

Me observa sorprendido y luego me larga una sonrisa
Pero, ¿Qué clase de chico es este?

Agarro mis cosas del piso y ignoro por completo su presencia dispuesta a irme a la clase.

Me aproximo a mi casillero, contengo mi respiración y apenas consigo abrir la puerta todas mis cosas caen hacia adelante, pila de libros sobre mi cuerpo y hacia el suelo.

Suelto el aire que estaba conteniendo

Hoy será un largo y aburrido día.

My dreams [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora