4- Angustia

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Creo que nada en este mundo serviría para describir la incomodidad que estaba sintiendo en ese momento.

Él me había... ¿rechazado?

Lo detesto.

Me fuí de ahí con los puños apretados y una expresión de nena caprichosa que cualquiera habría notado.
Menos, claro, Emma, que vivía en su mundo de color rosa.

— ¿Y? ¿Cuando salen?— pregunta ansiosa

— Nunca. El me rechazó

—¿Que el te qué?

— Tengo que irme, disculpame.— dije intentando que mi malhumor no llegue a ella.

— Te acompaño.

— Ugh

—No fué una pregunta, dale, vamos.

—Emma, estoy en mis días, ¡no me fastidies!— Mentí

Y empezó a reír como si hubiera escuchado algo muy gracioso y se fué caminando para otro lado.

¿y a esta que le pasa?

★★★

Llegué a mi casa agotada, tuve que soportar las miradas de Emma que no conseguía entender durante todo el día, y encima no había prestado atención a ninguna de las clases.

Me encontraba completamente dispersa.

Avancé lentamente por el pasillo.

— ¡Mamá! ¡Ya llegué!

Como no, no puede oírme.

Abrí todas las puertas enfurecida, estaba agotada, ¿porque complica más las cosas?

Hasta que la ví.

Y todo en mi interior se desvaneció en sólo unos segundos.

Y caí, como en el sueño.

Caí en un lugar oscuro indescriptible.

«Contá tus dedos.»

No, no es un sueño

La desesperación se apoderó de mí en sólo unos segundos y quedé petrificada.

Ahí se encontraba su cuerpo

Sin vida.

My dreams [sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora