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Era una noche muy tranquila. Kaito y yo nos encontrábamos tocando el piano juntos.

Notamos como se abría la puerta, era mi hermano.

     —Ya he llegado —anunció.

     —Bienvenido a casa. Oye, Lixto, ¿no crees que Kaito tiene buen oído para la música? —le pregunté al levantarme y acercarme a él. Noté que mi hermano estaba raro y no contestaba a mi pregunta—. ¿Y esa cara? ¿Te ha pasado algo?

     —Sí, claro, lo tiene. Aunque si lo suavizaras un poco, tu oído podría ser aún mejor —acabó respondiendo.

     —Estaba pensando que cuando tú no estás, él podría tocar para mí. ¿Verdad, Kaito?

     —Bueno, no le llego a Lixto ni a la suela del zapato —dijo, acercándose a nosotros.

     —Te pondrás a su altura en cuanto practiques un poco más —le respondí mientras cogía sus manos.

Al día siguiente, como me encontraba bastante bien, fui a la escuela. Tras terminarse la primera clase, Hanon se acercó a mi pupitre y me habló.

     —Hola, Mikaru. —Se acercaron también Luchia y Rina—. ¿Estás libre este sábado para venir de compras con nosotras al centro comercial?

     —¿Me invitas a que vaya de tiendas con vosotras...?

Era la primera vez que alguien hacía eso, y me pareció un poco raro, ya que apenas nos hablábamos en realidad.

     —Mm... Gracias, pero...

Antes siempre decía que quería salir y conocer gente, pero eso era cuando no conocía a Kaito. Al estar con él, todo es completamente diferente. Y no es que me desagradara del todo salir, pero hacerlo con ellas... No me han hecho nada malo, pero noto como se nos quedan mirando a mí y a Kaito, prácticamente todos los días. Es un poco raro. Era como si les molestara que estuviera con Kaito. Bueno, en realidad estaba claro, ya que todo el mundo dice que él y Luchia tenían algo.

     —Bueno, si estás ocupada no pasa nada —dijo Rina.

     —¡Porfa, Mikaru! Nos apetece mucho que vengas —habla la peliazul, apoyando sus manos en mi pupitre—. Creo que ir de compras nos vendrá bien para conocernos mejor, y además, te conviene salir de casa y divertirte un poco, ¿no te parece? ¿Verdad, Luchia? —Miró a la mencionada en esa última pregunta.

     —¿Eh? A-ah... ¡Sí, claro!

     —¿Para conocernos mejor? —pregunté.

     —Nos gustaría saber más cosas de ti, y queremos que tú también nos conozcas —siguió Hanon.

     —Pero mi salud...

     —Tranquila, cuidaremos bien de ti.

     —Es que no puedo abusar así de vosotras... Mejor me quedo en casa con Kaito.

     —¿K-Kaito? ¡Puede venir, desde luego!

     —¿En serio?

     —¡Claro, faltaría más! Sería impensable ir de compras sin un chico tan majo como él —Empezó a reírse, luego miró a Rina y a Luchia—. ¿No, Luchia?

     —¡Eso, eso...!

     —Arreglado. Kaito, ven un momento. —lo llamó Hanon.

     —¿Qué pasa? —él se acercó hasta mi pupitre.

     —Estábamos invitando a Mikaru a ir de compras con nosotras —explicó Luchia.

     —Y tú también vendrás. —soltó la peliazul.

     —No sé si...

     —¡Ya está decidido! —lo interrumpió Hanon—. ¿Ves? Kaito nos acompañará.

     —Bueno... Si Kaito va, entonces yo también —acepté, algo más contenta.

Que Kaito fuera cambiaba todo el plan. No es lo mismo salir con gente a la que apenas conozco y que no saben nada de mi enfermedad, que salir con el chico del que estoy enamorada y con el que mejor me lo paso.

Al salir de clases, él me preguntó si estaba segura de que quería ir.

     —Si es contigo, me siento segura. —respondí yo.

Llegamos a casa, donde mi hermano estaba tocando el piano.

     —¡Hermano! —Me acerqué a él—. ¿Sabes qué? Hoy en clase unas compañeras me han invitado a ir de compras el sábado que viene.

     —¿Sí?

     —Y Kaito también va a venir —informé, agarrando el brazo del mencionado.

     —Cuanto lo siento, no pudimos decir que no...

     —¿Te parece bien que vaya, hermano?

     —¡Pues claro! —contestó—. Creo que Kaito también se merece un descanso de estar siempre pendiente de ti.

     —¡Bien!

【Renacer】» Mermaid MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora