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     —¡Mi querida Mikaru, acércate y fúndete conmigo, convirtámonos en un todo perfecto! —exclamó aquel ser abriendo sus alas, consumiendo mi cuerpo en el acto.

Es lo que debo hacer. Prefiero dejar de ser yo misma antes que dejar de gustarle a Kaito... más aún.

Toda mi vida he estado sufriendo, nadie me entendía, hasta que conocí a Kaito.

Él me brindó todo su apoyo y amor, y realmente era feliz con él.

Hasta que recuperó la memoria y me dejó.

Pero aunque me haya hecho eso, no estoy enfadada con él. Solo estoy triste conmigo misma, ya no quiero seguir viviendo.

Adiós, Kaito. Gracias por todo. Aunque me marche, aún te quiero.

Aquel ángel hizo desvanecer todo mi cuerpo entero. Ya no existía en este mundo, ahora estaba dentro de él.

Ahora me encuentro sentada en medio de la nada, una luz cálida me rodea. Estoy abrazando mis rodillas mientras canto aquella canción de mi madre, y escucho palpitar el corazón de Mikel.

Al estar en su interior, me di cuenta de que en el fondo, su corazón también estaba herido, como el mío.

En algún rincón de su corazón, él era bondadoso, pero le habían hecho mucho daño. Los humanos le habían hecho daño. Él y yo éramos muy parecidos.

Al estar en el interior de Mikel lo entendí todo.

Ahora lo entiendo todo.

Hace muchos siglos convivían en la Tierra las cuatro razas: los humanos, los Panthalassa, las sirenas y los ángeles.

Un día, los humanos empezaron a destacar y a deteriorar el planeta. Mikel intentó pararlos, pero le resultó imposible. Murió, convirtiéndose en fósil, y además, todos los de su raza también murieron, llegando a los cielos.

Mi padre era humano, y mi madre una Panthalassa. Al tenernos a mí y a mi hermano, mi madre murió al poco tiempo. Por alguna razón, a mi hermano no le fue tan mal, pero mi caso fue distinto.

Mi cuerpo no soportaba ni aceptaba los genes humano y Panthalassa, por lo que siempre estaba débil y enferma.

Mi padre descubrió el fósil de Mikel en una de sus expediciones a la Antártida, y un ser misterioso le dijo que si lo resucitaba, podría salvarme a mí, pero que para ello, mi padre tendría que renunciar a su cuerpo y a parte de mi alma.

Mikel y yo debimos habernos complementado el uno al otro, pero no fue eso lo que pasó.

Mikel empezó a intentar controlarme. Entonces, un día, la voluntad de Mikel y mi ADN se enfrentaron, dando lugar a una tragedia.

Es por eso que yo a veces sentía que no era yo y tenía esos sueños tan extraños...

Es por eso que siempre me he sentido tan mal.

Ahora que puedo pensar y lo único que me rodea es una luz blanca y llena de paz me he dado cuenta de todos los fallos que cometí en la Tierra.

Yo no quería a Kaito de una manera sana. Sentía celos, como si él fuera un objeto, y no quería que estuviera con nadie más que conmigo, aunque eso significara que él no fuera feliz. Desarrollé dependencia emocional hacia él. Mi vida siempre había sido muy triste, y cuando conocí a Kaito y empecé a sentirme mejor, él se convirtió en lo único bueno de mi vida.

Ahora que lo pienso, entiendo lo que debió haber sufrido Kaito. Él solo quería estar con la persona a la que amaba, Luchia, y yo no paraba de hacerle chantaje emocional con que si me dejaba podría morir... Me siento fatal por cómo me comporté. No sé si Kaito y Luchia podrán perdonarme algún día.

Y mi hermano... Él tenía razón. Solo intentó protegerme desde que yo era pequeña. Fui una egoísta. Debí haberle hecho caso en muchos momentos. No imagino lo que debió sufrir al ver a su hermana tan mal.

Me siento mal por ellos tres, porque les hice pasarlo muy mal.

No puedo cambiar el pasado, y tampoco puedo ir a disculparme con ellos. Solo espero que, de algún modo, entiendan mis sentimientos.

Por favor, perdonadme.

【Renacer】» Mermaid MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora