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Las vacaciones de verano habían acabado, de nuevo teníamos que volver a la escuela.

Estaba muy contenta porque al final, Kaito decidió no irse a su casa. Dijo que no me podía dejar sola ahora que estoy peor. Seguía preocupada porque parecía estar recordando a Luchia, pero al menos seguiría en mi casa.

Hoy teníamos una excursión, íbamos al jardín botánico. Para mí era algo nuevo que quería probar, e ir con Kaito lo hacía todavía mejor. Lo agarré del brazo y entre risas subimos al autobús.

Todo iba bien hasta que... me enteré de que los asientos no eran libres.

Yo pensaba sentarme a su lado, y resulta que eso lo escogía la monitora. Lo peor no fue eso, sino que a Kaito le tocó al lado de LUCHIA. ¿Cuántas posibilidades había de que eso pasara? Y a mí me tocó al lado de alguien con quien apenas había intercambiado dos palabras en todo el curso...

     —Vamos a ver. —La instructora dio unas palmadas para que le prestáramos atención—. Estáis todos ya sentados, ¿no? La persona que tenéis al lado va a ser vuestra compañera de excursión para hoy. Vamos a intentar colaborar todos, ¿sí?

El autobús partió rumbo al jardín después de que una animadora de pelo morado se subiera a este.

Me vino uno de esos dolores repentinos, pero esta vez no fue en la cabeza, sino en el pecho. Me costaba respirar, y mi compañero parecía no darse cuenta. Miré hacia el peli-castaño.

Kaito... ¿tanto disfrutas de la compañía de Luchia que no paras de reírte?

La monitora nos dio unos mapas a cada pareja para que trazáramos un recorrido. Al llegar al sitio, avisé a la profesora de que me encontraba mal y quería ir con Kaito. Por suerte, ella me dejó, así que me separé de mi compañero y me dirigí hacia donde estaban Luchia y Kaito.

     —Kaito —solté, haciendo que él se acercara a mí.

     —Mikaru, tienes mala cara, ¿qué te pasa?

     —Es que no me encuentro muy bien. Estaría más tranquila yendo contigo. Por favor, ¿podrías acompañarme?

Tanto su rostro como el de ella eran como libros abiertos. Querían estar juntos, era como si yo los estuviera molestando. No parecían nada contentos.

¿Tanto has intimado ya con ella que no quieres ni que me acerque a ti?

     —Se lo he dicho a la profesora y le parece bien. Es decir... tú conoces mejor mi enfermedad y contigo me siento mucho más segura. ¿Te parece bien...?

Él cerró los ojos y mantuvo el silencio unos segundos, parecía que iba a decir algo serio.

     —Lo siento mucho, Mikaru, pero le prometí a Luchia que sería su compañero en esta excursión.

Me dio la espalda y se fue de allí con ella.

Eso realmente me dolió.

Me dolió muchísimo. No me lo esperaba para nada. De otra persona sí, pero ¿de Kaito? ¿Aquel que siempre me ha cuidado y protegido? Parece que ya no puedo confiar en nadie... Él ha cambiado muchísimo desde que se empezó a juntar con Luchia.

Le doy completamente igual, ahora me doy cuenta.

Otro dolor de cabeza me vino repentinamente. Era tan fuerte que tuve que ponerme de rodillas. Si Kaito hubiera decidido quedarse conmigo, ahora mismo él estaría apoyándome, pero de lo contrario estoy en el suelo.

Sola.

Otra vez.

Como siempre ha sido...

Cuando se me pasó el dolor me dirigí hacia la entrada, donde había unas escaleras cercanas para sentarme en estas y contemplar... el suelo. Ahí me quedé durante una hora.

No hice nada más. No llamé a nadie más.

Kaito me había dejado por Luchia, había dejado muy claro que quien le gusta es ella y no yo.

     —Mikaru, ¿te encuentras bien?

Giré mi cabeza, pero eventualmente la volví a apartar.

¿Cómo iba a encontrarme bien? Ya le dije antes que no...

     —Vámonos a casa. Voy a llamar a un taxi.

No pude evitar que algunas lágrimas se me escaparan en ese momento.

Me sentía fatal. Tenía el corazón destrozado y parece que Kaito no se daba cuenta. Pero ¿cómo explicárselo? Él ya no me quiere, me lo ha demostrado. Por mucho que le diga, parece que no va a entender que sin él me muero.

【Renacer】» Mermaid MelodyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora