En el mundo hay muchas sonrisas, muchos abrazos, muchos besos, muchos perdones y muchas personas fingiendo ser otras.
Ella era cómo la sociedad quería que fuera, la chica perfecta que cualquier chico desearía.
Ella parecía tan perfecta, pero no era así.
Cabello corto. Ojos brillantes. Una mirada única. Llevaba un vestido blanco y llamativo. Los chicos la observaban deseosamente queriendo acostarse con ella. Ella solo sonreía mientras iba observando a todos y saludándolos como si los conociera. Ella apenas los conocía.
-Lucy hola...-
Así se llamaba, pero ella se sentía extraña, solo les sonreía hasta que acabara la fiesta. Fiesta en dónde al menos un chico se pudo acostar con ella.
-¿Por qué te acuestas con esos chicos si no quieres?-
Lucy tenía dos amigos, sí, amigos hombres.
Diego era el que más cuidaba de Lucy y quién le preguntaba
-No lo sé quizás así me gusten más los chicos, ya saben-
-¿y si lo intentas con una chica?-
Y él era Timy, el más loco del grupo y algo raro por sus gustos y forma de hablar idioteces.
-Timy cállate-
Lucy solo sonreía sabiendo que no respondería, aunque la respuesta era obvia.
La autopista estaba vacía. El sol estaba saliendo. Ellos tres caminaban hacia sus casas luego de aquella fiesta dónde algunos fingían ser felices al menos una vez.
-¿Por qué no les dices a tus padres que te gustan las mujeres?-
-No...-
Dijo Lucy
Timy se mantenía callado mientras pateaba unas piedras en la autopista.
Lucy estaba tapada con una casaca que Diego le prestó.
Diego solo trataba de que Lucy este mejor.
Ella caminaba muy lúcida aunque no dejaba de pensar en lo que hizo esa noche con aquel chico en la cama.
-Lucy...-
Ella reaccionó. Observó a Diego y respondió:
-Dime...-
Diego algo molesto dijo:
-Deberías dejar de fingir algo que no eres, todas esas personas de la fiesta no son tus amigos, todos ahí están ahí porque quieren algo de alguien y solo tratan de ser ¨geniales¨, pero son solo una mierda más de la sociedad-
-Ellos a quienes te refieres también tienen una vida, ¿sabes lo que pasan?...-
Lucy se detuvo y miró a Diego fijamente
-Oh, claro, por supuesto que no...-
-¿Acaso tú si sabes sus vidas?-
Preguntó Diego
-Sí, sé absolutamente todo lo que ocurre a mí alrededor, y me duele saber que hay personas cómo yo que también están sufriendo, pero no todos en esa fiesta fingen, algunos solo están ahí viviendo y disfrutando el momento, que tú odies a la sociedad no quiera decir que todos sean mierda-
Diego se quedó callado, mientras que Timy continuaba jugando con aquella piedra en la autopista un poco más atrás
-Timy vámonos-
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PERFECTAMENTE IMPERFECTOS
NezařaditelnéAVISO: Esta historia es diferente a todas pero con vidas iguales a las nuestras o a las personas que conocemos. Aquí descubrirás que la perfección es solo una palabra más. ...