Capitulo 30

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-Ay, lo sien... –Mi respiración se cortó al ver a la persona con la que me había estampado.

-Hombre... La hermosa Amelia. ¿Cómo estás?

-B-bien. –Respondí nerviosamente para esquivarlo y seguir con mi camino algo apurada.

¿Cómo es posible que me haya estampado con Brando?

-¡Espera, Amelia! –Lo ignoré para caminar más rápido hasta que noté como me frenaba por el antebrazo. –¿Por qué tanta prisa?

-N-no deberías de estar hablandome...

-¿Por qué no? Vamos, Amy. Hace mucho tiempo que no nos vemos. Te invito a un café.

-No... –Intenté soltarme de su agarre, pero no pude. Sueltame, por favor...

-¿Por qué me tienes tanto miedo? Yo solo quiero conocerte mejor...

-Por favor... –Supliqué notando como las lágrimas comenzaban a acumularse en mis ojos.

-Hey, pequeña... –Murmuró para ahora agarrarme de las mejillas. –No llores...

-¿Amy? ¿Quién es? –Giré un poco la cabeza hacia un lado para ver a Darien mirándonos confundido. –¿Este no es el...

-Bien, te dejaré solo por esta vez. –Susurró cerca de mi oído para que solo pudiera oírlo yo. –Nos vemos, hermosa.

Dejó un beso en mi mejilla para soltarme y darse la vuelta caminando despreocupadamente.

-Amy... –Corrí los pocos pasos que me separaban de Darien para abrazarlo fuertemente y dejar que mis lágrimas salieran. –¿Qué te dijo? ¿Te hizo algo?

-N-no... –Murmuré entre sollozos para abrazarme más a él.

-Tranquila, Amelia. Llamaré a Jace para que venga a buscarnos. –Me separé asintiendo y él se alejó un poco poniéndose el móvil en la oreja.

Me abracé a mi misma intentando controlarme mientras no dejaba de mirar a todos lados. ¿Y si volvía a aparecer ese hombre? No quiero volver a verlo. No quiero que vuelva a tocarme o qué vuelva a hablarme.

Me llevé la mano a la mejilla que Brando había besado para comenzar a rasparla con mis uñas fuertemente. Me daba asco saber que se había atrevido a tocarme sin mi consentimiento y eso me hacía sentir sucia, asqueada, como si me hubieran...

-Amy...

-¡Ah! –Grité apartandome rápidamente de quien me había tocado.

-Soy Jace, cariño. Mirame... –Parpadeé unas cuantas veces antes de ver frente a mi el rostro de Jace mirándome con preocupación. ¿Cuándo había llegado? ¿Qué te pasó en la mejilla? ¿Te lo hizo ese hombre?

Toqué la mejilla que minutos antes había estado raspando para mirarme la mano. Sangre...

-No, papá. Él no le hizo daño, al menos no físicamente.

-¿Entonces? –Preguntó Jace mirando a su hijo. –¿Qué te hiciste, Amelia? Hablame. –Intentó acercarse, pero yo retrocedí. –Cariño...

-Qu-quiero volver a ca-casa.

•••

-¿Te sientes mejor? –Asentí abrazando más fuerte la almohada que tenia entre mis brazos. –¿Quieres comer algo?

Never Give Up {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora