Capitulo 5

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-¿Para qué vinimos aquí?

-Ya te dije que el hijo de Jace nos citó aquí.

-¿Y para qué?

-¡Ay, Kevin! –Dije para que se callara.

-Perdón por llegar tarde, pero esta mocosa quería venir conmigo.

-¡Yo no soy ninguna mocosa!
–Gritó la niña inflando sus mofletes dando a entender que estaba enojada.

-Tú debes de ser Marie ¿verdad? –La niña asintió mirándome mal.

-¿Y tú quien eres?

-Ella es Amelia, la amiga de papá. —Respondió Darien por mi.

-¿Amiga de papá? Papá no tiene ninguna amiga. –Darien rodó los ojos y yo me encogí de hombros.

-Él es mi hijo Kevin, y él es Darien.

-Yo te conozco... Estudias en mi mismo instituto ¿no?

-Si. Tercero ¿verdad? –Kevin asintió refiriéndose a que estaba en tercer curso.

-Papá me dijo que teníamos los mismo años, pero... ¿Por qué no estás en mi curso?

-Repetí. –Dijo Kevin encogiéndose de hombros.

-Amy... Bueno, si es que puedo llamarte así.

-Claro. Tú también puedes decirme Amy. –Le dije ahora a la niña y ésta me enseñó la lengua.

-Marie, no seas grosera. –La regañó su hermano.

-¿Por qué no vas a comprar algo en lo que yo me quedo hablando con Darien?
–Pregunté dirigiéndome a Kevin y a Marie. Mi hijo asintió pero la niña me miró raro. –Los esperaremos en aquel banco.
–Le entregué el dinero a Kevin, y Darien y yo fuimos a sentarnos al banco.

-Siento el comportamiento de Marie, pero su madre aún no supera la separación con papá y eso Marie lo nota.

-¿Cuánto llevan separados?

-Un año y tres meses. –Asentí.

-Otra pregunta, ¿por qué dices su madre? ¿No es la tuya también?

-No. –Suspiró. –Realmente no soy el hijo de Jace, soy su primo. –Lo miré confundida.
–Mis padres, o sea, sus tíos, murieron en un accidente de coche y él me adoptó. Con los años me acostumbré a llamarlo papá.

-¡Oh! Lo siento...

-Ya no importa. Si papá decide contártelo hazte la sorprendida o dile que ya lo sabes. No creo que se vaya a enfadar conmigo por eso.
–Asentí.

-¿Por qué decidiste contarle ese secreto a una desconocida?

-No lo sé. –Se encogió de hombros. –Quizás porque me caes bien y siento que puedo confiar en ti. –Asentí y me miró. –¿Kevin también es adoptado?

-¿Qué? No.

-Oh, amm... Creí que si. Como tienes casi la misma edad que papá y él la misma que la mía...

-Tienes razón, pero no. Puedo asegurarte que tengo una cicatriz que confirma que estuvo nueve meses en mi vientre.

-¿Dolió?

-La verdad es que no lo sé porque me anestesiaron. –Reí y él también lo hizo. –Lo que si sé, es que luego estuve unas cuantas semanas con dolores, pero no me arrepiento de haberlo tenido. –Esta vez ambos sonreímos.

Never Give Up {PAUSADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora