II.

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Levantarse temprano e ir directo al baño y ducharse es lo que hacia Park Chanyeol en su día a día. Facilmente podría faltar hoy a clases ya que era viernes y mas tarde, pedir los apuntes. Pero primeramente ¿De amigos?, él no tiene jodidos amigos y a la mierda aquello, quién los necesitaba.

Luego de unos minutos, ya estaba listo para ir rumbo a la escuela, sólo faltaba meter algunos libros y...

¿Que hace mi diario abierto? ¡mi ventana! carajo, olvidé cerrarla.

De pronto se le vino a la mente lo que había sucedido hace unas cuántas horas.

Mierda...

Lo cerró y lo metió a la mochila, no quiso creer que su pequeño cuaderno había sido leído por un completo extraño.

Bajó las escaleras y se encontró con su madre teniendo puesto un mandil que por lo visto era para evitar mancharse la ropa que tenia puesta. La mujer se dio cuenta de la presencia de su hijo, llego a gesticular un "buenos días", por lo que Chanyeol devolvió el gesto.

-Cariño,¿dormiste bien?.-

-Siempre lo hago.-dice mientras se sentaba en una de las sillas- Madre.-tosio repentinamente-¿entraste a mi habitación?.

-Sabes que lo hago cuando te vas al instituto.-recalcó- ¿Por qué lo dices?.

-Curiosidad.

Unos minutos mas tarde ya había terminado de desayunar y ya se encontraba en la puerta de su hogar para ir rumbo al instituto pero no sin antes dar un beso en la mejilla despidiéndose de la mujer.


~♡~


Al llegar a su casa luego de un estresante día de colegio, se lanzó a la cama cual piscina, tirando a no se dónde la mochila, merecía un poco de descanso, solo cerrar sus ojos y sentir que Morfeo se apoderaba de él.


Se levantó de golpe, giro su cuello para mirar la ventana, era de noche, la luna era la luz que irradiaba su habitación, la ventana seguía abierta.

De lejos miró el reloj que estaba clavado en la pared: 2:45 de la mañana; era demasiado tarde, probablemente su madre ya estaría durmiendo. Se estiró desde donde se encontraba, tenía una frazada cubriéndolo, probablemente la que le colocóco fue aquella mujer.

Se puso de pie con pesar, frotando sus ojos para poder tener una mejor visión, levantó sus manos para volver a darse un pequeño estirón. No hay duda de que Chanyeol era alto,era el más alto de la escuela a decir verdad y lo que resaltaba en él eran sus grandes ojos,sus orejas y su gran sonrisa, eso era lo que lo hacia especial según eso es lo que decía su madre constantemente.

Se desviste y se pone una ropa mas cómoda para dormir, va hacia la ventana para cerrarla, pero antes, pone los codos sobre la ventana y posando su cabeza sobre sus manos, mira el cielo azul oscuro pero a la vez hay luz con la ayuda de la luna y las estrellas.

Al parecer la vida es mejor estando arriba , en vez de estar aquí.

No tenia ganas de dormir, no tenia esa necesidad. De su mochila saca aquel cuadernillo para luego; con cuidado, salir por la ventana y sentarse en el techado a contemplar las casas que estaban a su alrededor.
Estaba en paz en ese momento, un momento de tranquilidad, solo él y su diario.
Se posó colocando sus manos por debajo de su nuca utilizando ésta como almohada.

La luciérnaga humana, como lo llamó Chanyeol,no cabía duda de que lo vio atractivo, cabello castaño, de altura un poco baja que él, su piel a simple vista era suave y sobre todo esa hermosa luz que rodeaba su cuerpo, cosa que lo hacia único y bello.

Como si fuera por arte de magia, una suave luz amarilla se hizo presente frente a los ojos de Chanyeol.

Que alguien me sostenga que ahora mismo me desmayare.

-¿Cómo hicis-.

-Creo que esto es tuyo.-interrumpe el bajito-se te cayó ayer.

Chanyeol no tenia palabras, se quedó mudo, es decir¿La luciérnaga humana vino por un simple lapicero?

-Ayer iba a dártelo. -agacha su rostro mientras estrecha su mano. El alto la recibe sin ningún gesto pues sintió algo estúpido venir por un tonto lapicero- Perdón si no quisiste ver mi presencia aquí.

El bajito iba a retirarse desapareciendo, quizás sin despedirse. 

-¿Por qué revisaste la libreta?.-preguntó el alto antes de que se vaya.

-Donde vivo no hay cosas así.-jugó con sus manos- Lo siento.-habló con tristeza.

-Exacto, no va a volver a ocurrir ¿sabes por qué? -se puso de pie- Porque tú a partir de hoy, no vendrás más.

Con aquel ceño fruncido, sentí una culpabilidad ante ese rostro de tristeza frente a mí, cosa que lo retiré rapidamente de mis pensamientos.

E

nserio que no quiero ver luciérnagas humanas revolotear en esta casa.
¿Acaso no tiene mejores cosas que hacer? joder.

Luciérnaga Humana||Chanbaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora