Capítulo dos

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Berlín-Alemania,

02 de agosto del 2015



Tenía que ser una pesadilla.

¡Claro que era una pesadilla! ¿Sino qué era entonces?

Al despertar, descubrí que yacía sobre una cama muy cómoda, la cabeza me daba vueltas, pero la extrema comodidad me hizo darme cuenta que realmente no estaba en casa, es decir en la mía.

Ya había llegado a Alemania y estaba con tres hombres extraños y malvados que sólo tenían la intención de herirme o matarme. Una voz suave y femenina llamó mi atención, ninguno de los hermanos se encontraban a mi alrededor. Me levanté abruptamente y me encontré con un rostro nuevo para mí.

— ¿Estás bien? — Una hermosa muchacha con ojos azules, que casi parecían cristales me miraba con una expresión llena de preocupación.

Yo asentí, estaba asustada y no dije ni una palabra.

— Soy Christa, — se presentó. Ella era la hija menor de Hadrian, la única a la que no había conocido hasta ahora. —, como puedo observar, mis hermanos se han dedicado a asustarte. Siento mucho que te haya sucedido esto. — se disculpó como si ella fuera la culpable de las acciones de sus hermanos mayores.

Tenía que pedirle ayuda, necesitaba salir de esta casa ahora.

— Por favor, necesito que me...— dije sin éxito, ya que Alexandre apareció repentinamente en la habitación.

— Vaya, vaya, parece que nuestra hermosa ovejita acaba de despertar. — Él tenía un tono juguetón en su voz. Estaba segura que Alexandre había tenido un asombroso espectáculo con todo el miedo que sentía hacia ellos —. Ahora que estás consciente, tenemos algo que decirte. — Sus ojos azules estaban perforando los míos, como si ellos estuvieran tratando de enviarme un mensaje.

— Alexandre, por favor, no la asustes más. — Christa intervino, ella no parecía ser tan mala como sus hermanos.

Alexandre sólo la observó y no dijo nada.

— Christa, — la llamó Ahren, quien estaba detrás de su hermano mayor —, no tienes permitido decirle qué hacer a tu hermano mayor. Estoy muy bien informado de algunas tareas que tienes que terminar antes que la escuela comience, así que es hora que te retires y no me hagas repetirlo dos veces. — le ordenó a su hermana. Al parecer Ahren era de temer, pues pude notar el miedo en los ojos de la muchacha.

Pero ella intentó resistirse a las órdenes de su hermano.

— Pero Melrose no puede quedarse sola...— Ahren no estaba contento con la actitud de su hermana, así que optó por silenciarla.

— ¿Qué es lo que te ordené, Christa? — Su tono de voz era más severo y duro, uno realmente aterrador sin la necesidad de haya que alzara la voz.

Christa no respondió, pero ella giró a verme antes de irse. Estaba preocupada y yo más.

— Todos los problemas que tengo con nuestra hermana es por causa tuya, Alexandre. Eres un mal ejemplo para ella; tu carácter, terquedad e incluso tu pereza sólo harán que Christa se convierta en una vergüenza como tú. — señaló, sus palabras de estaban llenas de soberbia y una clase odio hacia su hermano.

Yo no era tan inocente para pensar que el problema era solo Christa, algo más ocurría entre ellos. Sorprendentemente Alexandre no se sintió ofendido, él le sonreía a su hermano, como si sus palabras hubieran sido halagos para él.

Intenciones OscurasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora