Capítulo siete

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Berlín-Alemania,

23 de septiembre del 2015

Había salido con vida de esa situación, pero si seguía siendo tan descuidada, no correría suerte la próxima vez.

Al parecer Hadrian no tenía intenciones de deshacerse de mí, al menos por ahora. Sólo me reprochó por mi falta de modales, según él, no debía escuchar conversaciones ajenas y aunque me molestara admitirlo, Hadrian tenía razón.

Hoy era otro día, uno no muy distinto a los otros, pero tenía mucho por hacer. Tenía miles de proyectos escolares que hacer y los cuales debía terminar cuanto antes si es quería tener una buena calificación este semestre.

— Quiero hablar contigo y no me iré hasta saber qué es lo que pretendes con tu actitud.

¿Es que no sabía lo que era la privacidad?

— ¿Qué haces aquí? — le pregunté y sólo atinó a arquear la ceja — ¿Es que en tu distinguida familia no te enseñaron a tocar la puerta?

Ahren esbozó una sonrisa, la cual desapareció de sus labios instantáneamente.

— Primero, la puerta estaba y sigue abierta. Si deseas privacidad, te sugiero cerrarla la próxima vez — Había olvidado cerrarla y me sonrojé al haber sido tan tonta —. Segundo, olvidas que esta es mi casa y puedo hacer lo que quiera en ella. — dijo con mera arrogancia.

— ¿Tu casa? — él asintió y no dudé en desmentirlo —. Dirás la de tu padre, finalmente él la compró y no tú, Ahren. — Yo no era de las personas que les agradaba el conflicto, pero sinceramente la actitud soberbia y bastante prepotente del segundo de los hermanos ya me había estado molestando desde hace mucho tiempo.

— Vaya mocosa maleducada y desubicada tuvo que traer mi padre a casa — comentó con esas sonrisas que lo caracterizaban —. En fin, seré breve porque tengo mucho qué hacer y no tengo tiempo para perderlo con alguien como tú.

— Opino lo mismo. — murmuré fastidiada.

— ¿Disculpa?

— Dijiste que serías breve y que tenías mucho qué hacer — Ahren cruzó los brazos —, bien, soy toda oídos.

Me senté sobre la cama y esperé a que empezara a hablar. Ahren se apoyó sobre el escritorio de mi habitación que se encontraba frente a la cama. Su expresión era difícil de descifrar, pero una vez que comenzó a decir lo que tenía en mente, sus ojos se tornaron oscuros y fríos.

— Quiero saber qué demonios ocurre entre tú y mi padre — soltó con rabia y no entendía lo quería decir con eso. 

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⏰ Última actualización: Sep 02, 2023 ⏰

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