THE BOY © [E.E.M.2.]

CAPÍTULO 2: MÍA.

CAPÍTULO 2: MÍA.

Los preparativos para la fiesta de presentación estaban casi terminados, los decoradores estaban terminando de decidir los colores de los manteles y otras pequeñeces, mientras tanto los Evans, Miranda y Félix, se encontraban en el hospital de la manada preparándose para la llegada de la pequeña Alyssa.

Kelsy acordó que la fiesta se realizaría dos semanas después del nacimiento de la pequeña, para dar reposo a la madre y que la niña se acostumbrara a su nuevo entorno.

Mientras tanto Dylan y Max se encontraban en el patio trasero jugando con el cachorro de Max, Cooper, un hermoso Golden retriever. Corriendo por el bosque disfrutando de la compañía padre e hijo más mascota.

Encontraron la hermosa cascada de su territorio y entraron disfrutando de la cristalina agua. Max lanzaba una roma que se encontró cerca del lugar, mientras Cooper la seguía con la cabeza para después correr hacia ella metiéndose al agua hasta alcanzarla.

Así fue hasta que fue oscureciendo y tuvieron que emprender viaje hasta la manada.

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DÍAS DESPUÉS:

Dylan y Kelsy llevaron al pequeño Max a ver al médico de la manada, al parecer las primeras etapas de su transformación empezaron a hacer efectos en él. El problema es que esos síntomas no deben aparecer hasta cumplir casi los dieciséis.

- No lo entiendo, esta mañana estaba bien, después salió a jugar con sus amigos y regreso llorando, le preguntamos qué estaba pasando y nos dijo que le dolía el cuerpo, tenía afuera sus pequeñas garras junto con sus pequeños y puntiagudos caninos.

- ¿Qué está pasando con él, doctor? - pregunto Kelsy mirando a su hijo dormido en la camilla debido al sedante, dado que su hijo presentando ligeros ataques de agresividad.

- Al parecer su lobo apareció, pero aún no estaba listo, todos sabemos que es una pura sangre y esta bendecido por la diosa luna, eso hace que su proceso de transformación no sea igual que todos los demás.

>> Fuerza, rapidez, inteligencia aparecen más rápido de lo que estamos acostumbrado ver, añadiendo el hecho de que se encuentra con leves cortes de agresividad o posesividad, el lobo siente la necesidad de aparecer para proporcionar protección no solo a Max, sino también a todo lo que se relaciona a él.

- Está diciendo que talvez sepa sobre los Vakirs y por eso su transformación sucedió tan temprano.

- La transformación aún no está completa, mañana es luna llena así que ahí es cuando Max este en etapa de transformación, por ahora es un efecto secundario, garras, ojos, caninos y demás. - el doctor reviso las pulsaciones de Max. - Lo mantendremos sedado hasta mañana en la tarde para cuando sea su transformación.

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Los guardias consiguieron esposas especiales para no dañar tanto al pequeño Max, Dylan se encontraban viendo como los guardias lo esposaban mientras él se retorcía de dolor y sus ojos cambiaban de negro a rojo carmesí, color característico de alphas pura sangre.

El doctor entro a la habitación con la inyección, era una inyección de acónito o Wolf Bane que debilitaría a Max para que sea más fácil cuidarlo.

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En toda la manada se podían escuchar los fuertes gritos de Max a pesar de ser aullidos de un lobo cachorro.

El lobo de Max era negro carbón al igual que sus ojos humanos y mucho más fuerte de lo que todos creyeron. El acónito fue como inyectarle agua, por lo que tuvieron que aumentar la dosis. Para el amanecer el doctor hizo la cuenta y dado que cada cierto tiempo tenían que inyectar otra dosis, a Max le terminaron dando una dosis suficiente para dormir un elefante.

Dylan y Kelsy al saber esto se miraron entre si desconcertados por la fuerza que tenía Max, casi se podría decir que era inmune al acónito.

- Definitivamente el lobo de Max se encontraba reacio al sedante por algún otro motivo, no fue la luna, no fue el hecho de que no le afectase, es casi como si tuviera que salir del cuarto para ir por algo.

- No lo entiendo, ¿él estaba resistiendo porque tenía que salir a buscar algo?

- Tal vez quería salir para buscar eso que lo calmaría realmente.

- O estaba buscando un olor. - tanto Kelsy como el doctor miraron a Dylan de inmediato.

Dylan tenía una idea de lo que le estaba sucediendo a su hijo y lobo.

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La fiesta de la hija de los Evans estaba siendo instalada, Kelsy estaba terminado de arreglar a Max. Su corbata era negra al igual que su traje, mientras su camisa contrastaba ya que era blanca.

- Estas muy guapo, mi amor.

Kelsy rio al ver que las mejillas de Max tomaban de poco un color rojizo.

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La fiesta está en su mayor punto, toda la manada estaba feliz de conocer a la pequeña Alyssa, los únicos que faltaban eran Dylan y Max.

El anfitrión de la fiesta llamo a la familia Evans y después llamaron a la familia del alpha, Kelsy subió de la mano de Max y Dylan.

Kelsy tomo a Alyssa en sus brazos, Dylan le dio su bendición; ahora ella era una miembro oficial de su manada, junto con su familia, Max empezó a jalar hacia abajo el vestido de Kelsy para llamar su atención.

Kelsy bajo hasta la estatura de Max para que él pudiese verla, Max miro a la pequeña, sus ojos se empezaron a tornar rojos, él dirigió su rostro hacia la pequeña, olfateo y deposito un beso en la frente de la bebé.

Max se separó de la bebé, camino hacia su papá y le dijo mientras apuntada hacia la bebé.

- MÍA.

Toda la manada quedo en un sepulcral silencio, Dylan miro a Kelsy mientras ella mira a los Evans.

- Ella es mía, papi, mía. Es mi mate.

El pequeño Max miraba a la bebé con ese brillo especial con el que solo podría mirar a su compañera.

Max sentía su lobo aullando por dentro, brincaba de felicidad por haber encontrado a su mate.

- El olor era ella...- dijo Dylan-...Ella era lo que el lobo estaba buscando.