CAPÍTULO TRECE

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EL LUNES POR LA MAÑANA a primera hora, Pierre —mi jefe—, me llama para decirme que vaya a su despacho en cuanto llegue a la oficina.

Cuando entro en su despacho lo encuentro acompañado de Anna, la jefa de recursos humanos, y Lluis, el encargado de personal.

—Buenos días —digo muy nerviosa. No sé que va a pasar.

—Buenos días señorita Stone, siéntese por favor —me dice Pierre que está muy serio al igual que los demás.

Llevo seis meses trabajando en la agencia de Lola y Héctor.

Después de volver de Londres, Pierre me llamó para ofrecerme un puesto como ajudante de Marisa, la coordinadora de vestuario. Y aunque al principio dude un poco, me pareció que era una buena oportunidad para aprender y acepté.

—Sabemos que llevas aquí poco tiempo, pero este último mes te hemos estado evaluando.

—¿Ha pasado algo? ¿Hay algún problema con mi trabajo?

—Lo siento, ¿te hemos asustado? —a Pierre le cambia la cara y añade—: Para nada. Todo lo contrario.

—Estamos muy contentos con tu trabajo Mia. Por eso estás aquí —dice Anna que se sienta a mi lado y me pone la mano en el hombro.

Después del susto inicial Pierre me explica que Marisa ha aceptado un trabajo como directora en la sucursal de Milán.

Me agradecen que hubiera solucionado un problema en uno de los desfiles y hubiera salvado la noche.

—Pudimos continuar con el evento y no tuvimos que cancelar lo de París —me dice Anna—. Si no fuera por ti y tú rapidez a la hora de solucionar los imprevistos, en más de una ocasión habríamos perdido mucho dinero.

—Es por eso que hemos pensado en ti a la hora de proponerte para el puesto de Marisa —me dice Pierre.

Después de hablar durante una hora con ellos, les digo que necesito pensármelo y aunque no me ponen ningún problema, si que me avisan de que en cuestión de unos días debo darles una respuesta, ya que si acepto tendré que empezar en mi nuevo puesto cuanto antes.

Al llegar a la oficina donde trabajo con Marisa esta me espera con una gran sonrisa.

—Espero que hayas aceptado niña. Les propuse yo tu candidatura —me dice dándome un abrazo y añade—: Casi no ha hecho falta convencerles. En cuanto les dije tu nombre vi en sus caras que les parecía una gran idea.

—Gracias pero no sé si...

—Han estado evaluando todo lo que hacías y lo bien que te mueves por la agencia, siempre comprobando que todo este perfecto y asegurándote de que todos estemos bien.

—Aún no he decidido nada, pero te agradezco que hayas pensado en mí.

—¿Y a que esperas? Es una muy buena oportunidad Mia —me coge de las manos y me pide que me siente a su lado—. Eres mi amiga ante todo, pero si creyera que no estás preparada, nunca te hubiera recomendado.

Al llegar a casa de Héctor subo corriendo las escaleras para contarle lo que me ha pasado, pero me paro frente a la puerta al verlo con las maletas y el chófer de la agencia.

—Tengo que coger un avión para Roma. Jose ha tenido un accidente, nada grave, pero tengo que sustituirle.

—Podemos hablar un minuto antes de que te vayas —le digo y le doy un beso.

—Pedro, ¿puedes esperarme en el coche? —le dice al chofer y le da las maletas—. Solo tengo unos minutos peque y no quiero perderlos hablando.

Soy Mia   ( Actualizada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora