Pájaros Del Destino

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Petirrojo mensajero ¿Por que siempre intentará ahuyentar a todos? Es su trabajo. Karkat hacía muy complejo su trabajo. Yo sólo le di una carta para que se lo diera a aquel Fénix de alas rojas como sus ojos.

¿Por que yo era el único que daba las cartas y no las recibía? Oh, claro, yo podia escuchar su voz en el viento.

Dave, albino de alas carmín y ojos rubíes, de mirada fría y distante y corazón oscuro y tranquilo. Dave, cuervo rojo de Tiempo y Muerte que causa furor en los demás seres con alas. Dave, ¿Qué me hiciste? ¿Acaso fue Nepeta, la ruiseñor de Amor y Unión, la que te emparejo conmigo con un canto mágico? ¿Acaso fue Terezi, la chogui de Videncia y Destino, la que te unió a mi vida?

¿Cómo es que causas tanto efecto en mi? Y después me preguntas sin darte cuenta del por qué sonrío de esa forma frente a ti, ¿Es que piensas tanto en mi? A veces me avergüenza escucharte, siento que invado tu espacio personal, siento que estoy escuchando un secreto tuyo que justo yo no debería saber. Al principio me asombre bastante, no sabía que pensabas tantas cosas de mi, me sentía triste cuando decías que me odiabas y querías alejarte de mi pero sonreía porque después podía escucharte plocamar tus sentimientos al aire que te dejaban de esa forma. Que realmente no me despreciabas.

Te invité a bailar, Jade me había mostrado una vez y Rose me había enseñado mejor como hacerlo. Una lenta y otra rápida, como una carrera, como un par de hojas en el aire. Un dúo ligero. Él con sus alas grandes y majestuosas que imponían poder y protección y las mías pequeñas y largas que detonaban agilidad y velocidad. Recuerdo nuestras risas en medio del aire en el tercer vuelo, cuando estabas entendiendo un poco como eran los movimientos.

Tu siempre tienes tiempo para mi. Y yo siempre te encuentro entre tus suspiros en el viento.

¿Cómo es que alguien se fijaria en alguien tan pequeño como yo? Hay miles de alas azules en el cielo y Dave pensaba en mi. Incluso Jane, con sus aleteos celestes, daban una gracia que yo no podia siquiera igualar, tenía un aura tan especial y hermosa que solía ayudarme a dormir por las mañanas en sus descansos.

Y Dave... irradeaba ese poder indescriptible, con el gran tamaño de sus alas y con la seriedad de su mirada podía asustar al más horrible ser. ¿Acaso estaba loco para que esas cosas me atrayeran? Si, tal vez, definitivamente. Un Fénix medio humanizado, que casi podía mostrar una chispa de fuego aparecer al rededor de su cuerpo cuando la furia aparecía.

Recuerdo haberte llamado Fénix el día que tú me dijiste Ángel. Tú me nombraste en el día y yo en la noche. Cuando apareciste detras a mi, sorprendiendome, y la luna iluminó tus alas altas que habían dejado tu peso en ese techo. Tus ojos no se quedaron atrás. Renacias curiosidades en mi que hacía tiempo había perdido. Por eso en ti dejé la clasificación de Fénix

Pero

¿Vida y Muerte?

Fui a la consejera Meulin, ella sabía quiénes eran los lazos que armaban los destinos del amor. Siempre estaba rodeada de agapornis de exóticos colores y hablabas animados con ellos armando uniones inseparables.

Ella aceptó mi visita y respondió mis preguntas.

"Nosotros si queremos podemos tener nuestras uniones. Ya sea por nuestras vidas pasadas o porque aceptamos nuestros sentimientos humanos internos. Todo es parte de un largo proceso de inicio y final. No eres el único que ha venido a mi por influencias de Nepeta, Terezi o Damara. Ellas ayudan a que las cosas se confundan pero yo les aclaro un par de cosas, cada uno puede seguir ese patrón o cambiarlo. Si te niegas entonces no perdurará ese sentimiento... pero sino pasaran muchas cosas de por medio."

"¿A que te refieres?"

"Esto es mucho más complejo en los humanos. Ellos tienen desamores, infidelidades, pérdidas, dudas... nosotros no en su mayoría. Las infidelidades no son necesarias cuando aquí no suele pasar el amor como circula en los humanos, a lo sumo es solo lujuria pero es una probabilidad muy mínima, no hay pérdidas a menos que nuestro superior decida la reencarnación y sea reemplazado (un poco difícil a decir verdad) o por castigo, y las dudas se suelen responder preguntando. Sólo hay que saber bien a quién preguntar qué."

"¿Que tan malo es aceptar los sentimientos humanos?"

"Hay historias que cuentan que hubo alguien que no soportó tanto ese peso que terminó convirtiéndose en un humano y nunca pudo ver más a ese ser que amaba, ya que nosotros somos invisibles a los ojos humanos." Relató en suspenso. "Y que cuando murió tuvo el puesto de desamor..."

"¿Eridan?"

"Nadie sabe, ninguno de nosotros tiene memoria de sus pasados humanos." Habló con sorpresa. "Hay pocos con la clasificación de desamor, pero es solo un mito. No te preocupes por eso."

"¿Qué debo hacer?"

"¿Que quieres hacer" meneó su cola alera azulada y verde con gusto. "Dejarte llevar o rechazarte, tu decides."

Salí no muy complacido de las palabras de Meulin. Sabía perfectamente el pensamiento de Dave. ¿Romperle el corazón? ¿Qué es lo que quiero yo? Me asustaban los mitos, alguno de nosotros nacimos por ellos según las leyendas.

Me encontraste pensando en un árbol. El viento circulaba divertido y raro por la zona y parecía estar más vivo con animales al rededor y un brillo mío. Me habías dicho con indiferencia que estuviste buscándome. Estabas decaído. Sonreiste cuando dejé en tu cabeza una de las tantas hojas que caían y el viento revolvió tu cabello. A mi lado parecias tranquilo, sentados casi pegados. Quería preguntate muchas cosas. "¿Pasa algo?" "¿Por que me buscabas?" "¿Que ves en mi?" "¿Tu que decidiste?" . Pero no podía abrir la boca siquiera. Tampoco quisiste decir nada.

Me gustaba verte con la vista en el horizonte. O con los ojos cerrados disfrutando el aire. Apreciabas mucho mis obras, cada día decías lo bello que era la vida de distintas formas. Nunca directo. Y me suspirabas lo tétrico que era todo lo que hacias. Yo siempre me negué, el daba el final del juego, un descanso a tanta vida, paz, otra oportunidad, un "tiempo fuera", daba silencios y oscuridad para que las almas puedan dormitar tranquilas.

Gracias a ti estuve investigando mitos de otras aves. Damara solía burlarse del hilo rojo en el dedo meñique de los humanos por el hecho de que le divertía verlos enredarse con otros hilos. Le pregunté sobre si yo tenía uno, pero me negó y me dijo que eran cosas de humanos. Para buscar más tuve que volver con Nepeta y Meulin, ambas aclararon que había posibilidades de que tenga a partir de mis ancestros pero que podían ser otra clase de especie inclusive. El problema era que los no humanos no tenían hilos visibles como los de ellos.

Mis amigas me ayudaron a elegir mi opción, Jade siempre tan viva y animada me dijo "¡Arriesgate! Vive una nueva aventura."

Rose tranquila y elegante me dio una de sus tantas largas charlas de autoencuenteo y logró que tuviese más decisión sobre mi elección.

Y ahora que estoy aquí junto a ti sentados en la rama de un árbol grande y alto en el medio de un bosque nocturno. Con la luna menguante en alto y el silencio de nuestras respiraciones descordinadas.

Quiero decir.

Intentarlo no parece tan malo.

Las mismas alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora