Todo Tipo De Compañias

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Vriska era una gran amiga mía. Solía conseguir muchas cosas que me sorprendían. Contaba muchas historias de cómo eran sus recuerdos en sus vidas pasadas. Yo no tengo recuerdos de mi yo vivo. Ella me narraba como eran sus experiencias de pirata. Tenía una vida  muy viva pero también era muy lejana en el tiempo. En el ahora esas cosas ya no son como antes. Se manejaban de otra forma como la población humana. No sabia si creerle o no, preferia solo aceptar su argumento. Nosotros no tenemos memorias humanas pasadas.

No te caía bien Vriska. Siempre intentabas apartarla o entre ambos se tenían algo fijo para decir. Yo no quería que ninguno se dijese algo.

Por muy dentro eres muy sensible, pero al parecer no funcionaban las palabras de ella.

Los dos siempre me decían que me aleje del otro. Me tiraban escusas y acusaciones. Pero yo siempre les respondía algo y dejaban de insistirme tanto. No me gustaba que me dijeran que hacer y menos que me recomendaran separarme de mis amigos.

Aunque yo a ellos nunca les dije nada, yo no era tan celoso. Me han molestado algunos que andaban a su alrededor, como Tavros el picaflor o Latula la Avestruz.

No me gustaba las intenciones de Tavros hacia mi amiga, el cual estaba decidido en ir hacia ella sin importarle nada. Era fastidioso siquiera encontrarlo, él tenía unos horribles celos.

Latula era genial, toda una rápida corredora. Hace poco había aprendido a usar el skate humano y comenzó a ir en aquello con mucha facilidad. Corría más que sus ruedas pero le encantaba igual. Era muy alta a decir verdad, una altura que cualquier conquistador humano de chicas quisiera tener. Pero siempre andaba con tu atención cuando venías a practicar con ella. Como yo no me atrevía a intentarlo me mantenia al margen, pero ella no dejaba de acomodarte en la patineta y ayudarte a moverte.

Después teníamos amigas en comunes contigo, Dave. Como Jade, mi guía cuando llegué, y Rose, tu guía. Ambas eran amistosas y mantenían la misma atención para ambos. Rose y yo compartíamos más charlas cuando estábamos juntos, del mismo modo que tu con Jade. Nos juntamos varias veces y parecíamos una mini parbada rara, pero nos llevábamos bien.

Aún recuerdo el día que te presenté a Jane. Tú rostro enrojeció cuando ella tomó tu mano para saludarte, dijiste que nunca te habías relacionado con un ave de Vida antes que no fuera yo. Sentías en las manos de ella esas sensaciones de vivencia y calor que le daba a los humanos razones para vivir.

Jane, la celestino común, te daba mucha vergüenza. Decías que era muy similar a mi.

A ella le encantaba la cocina humana, en su nido ella aprendió a cocinar como los humanos a partir de recetas y experiencias de los humanos. Te gustaba su comida. Parecía una madre a tu lado, dandote de comer y hablando de cómo había pasado su día.

Su presencia era normal para mi, ambos somos de Vida por lo que yo podía lograr lo mismo, pero Jane era sutilmente distinta.

Ella era la Vida y la Reencarnación.

Podía sentir y dejar a aquel que quisiese una nueva vida o un cambio. Reencarnación también hace referencia a un cambio en la vida. Otra vida. Jane ayudaba a los humanos a superar sus pasados y darles ese sentimiento vivido.

Su trabajo era envidiable, pero no por eso me arrepentia del mío. Amaba el viento y así lo prefería.

Me sorprendí mucho cuando esa noche me dijiste que Jane te asustaba.

"Ella es genial y todo." Comenzaste. "Pero yo soy de Muerte, la Reencarnación es algo raro y sobre todo cuando es unido a Vida. Parece tan tranquila y gentil que asusta. Jane es fantástica y todo pero... me asusta pensar que si me acerco demasiado ella pudiese convertirme en humano y que tenga que preocuparme mi vida entera en morir como le pasa a ellos."

Y yo pasé una mano por tu rostro. Cerraste los ojos.

"Tengo miedo de vivir."

Y te abrace dejando su rostro en mi pecho.

Dave, me tenías miedo también. Yo soy un ser de Vida y tal vez hablarte de los humanos desde mi punto de vista no fue la mejor idea. Esa noche me disculpe una sola vez, que te bastó para que rodearas mi cuerpo con tus manos.

¿Por que insistes en estar siempre tan cerca de mi si te asusta vivir? ¿No es eso lo que sientes cuando estas cerca mío? ¿Vida?

No te entiendo Dave.

Así como tampoco entiendo a Dirk, la gaviota del Amor y la Estrategia.

Era callado. Solitario. Misterioso. Rápido. Y a ti te encantaba su forma de ser.

Traía una espada humana oriental en su cintura y un traje que según él se clasificaba como "Kimono". Le gustaban muchos las artes Japonesas y solía rondar por aquella zona. Su nido se encontraba en uno de los más altos árboles de allí. Había aprendido el idioma desde siempre según Jane, quien era su amiga, y su cultura entera. Dave le fascinaba sus movimientos con espadas y fue su aprendiz durante mucho tiempo, inclusive ahora.

Él, sí bien no tenía ninguna de tus clasificaciones, era similar a ti. Lo vi en sus ojos y la forma de mirar. Tenías la misma manera de observar y de sentir. Tal vez en un pasado fueron familiares humanos, como tú crees con Jane y conmigo.

Y también tenía ese pequeño temor tuyo.

Lo sé.

Desde el momento en que tomé su mano para saludarlo.

Las mismas alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora