Capítulo 27

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Connor niega frenéticamente, sonriendo con una mezcla de nerviosismo y sarcasmo.

Es ridículo. ¿Hablar? ¿Para qué? ¿Para martirizarse con el cómo habría sido su vida de no haberse ido? El hablar con Stacy es una idea descabellada y estúpida, que solo lo ayudaría a destrozarse aún más la cabeza.

Sin embargo, la chica frente a él piensa completamente lo contrario. Si bien, su opinión está lejos de tener consistencia debido a que ella desconoce la profundidad real del problema, la chica cree firmemente, que Connor debería "cerrar el ciclo".

Solo ella sabe lo mucho que ha investigado en internet el caso (que es más común de lo que parece) de Connor. Y todos los psicólogos, psiquiatras, u otros profesionales de la rama, opinan igual a ella (o ella opina igual a ellos, en realidad).

Ambos mantienen una postura adversa del otro, y eso no alegra a ninguno de los dos, ambos siendo demasiado orgullosos y tercos como para ceder.

— No hablaré con nadie— dice Connor con firmeza.

Ella gira sus ojos al cielo, y comienza a marcar el número que aparece en la tarjeta. Pero Connor no piensa en su alrededor, y sin pensarlo dos veces, se levanta e intenta quitarle el móvil de las manos.

Ella se resiste, claramente, y Connor insiste, aún consciente de encontrarse expuesto en su totalidad. Todo su cuerpo desnudo expuesto al exterior. La puerta de la habitación abierta hasta el fondo. Y Redd, sin querer rendirse al forcejeo por el móvil en sus manos.

— Connor, estás desnudo— dice Redd con la mandíbula tensa debido a la fuerza que ejerce, con el fin de que no le arrebaten el celular.

— Dame el teléfono, y me cubro.

— Oh, créeme cuando te digo que no estás en posición de amenazarme— responde ella mirando a su rostro, con este enrojecido al bajar la mirada hasta su miembro—. Menos con Connor Junior al aire.

Él quiere reír, pero sus carcajadas son suprimidas por aquella voz que tantos recuerdos le traen. El sonido es leve a través del auricular del aparato, pero se logra oír por sobre el silencio de la habitación.

Ambos se han congelado en su lugar, mirando el aparato con sorpresa e incomprensión. Connor comienza a sentirse cohibido, por alguna extraña razón, ya no se siente cómodo al estar tan expuesto.

El chico da un paso hacia atrás, luego otro, y luego salta sobre la cama y se cubre la parte inferior con la delgada sabana. Redd por su parte, lleva el móvil a su oído y contesta con la voz agitada:

— ¿Bueno?

Silencio. Tenso y tortuoso silencio que expone la respuesta de la chica desde el otro lado. Redd cierra los ojos con fuerza y sacude su cabeza.

— No, no. Mira, mi nombre es Redd y no quiero una cita...— dice ella con la voz temblorosa.

Mientras tanto, Connor ha enmudecido. Quiere protestar, pero la voz no se forma en su garganta, y un ligero malestar se instala en el centro de su estómago.

— Si...— dice y mira a Connor—. Necesito hablar con Stacy.

El chico traga el nudo formado en su garganta mientras en su mente hay un enredo total. Sus emociones son un disparate, y sus nervios están tan alterados que apenas logra mantenerse quieto, sin transformarse en un manojo de espasmos temblorosos.

— Genial, hablas con Redd y yo... Quiero tratar un tema un tanto complejo contigo— dice ella con suspicacia y voz baja.

Sin embargo, de pronto sus ojos se abren con estrépito, su rostro se emblanquece y debe aferrarse al móvil para que éste no caiga. Mira a Connor sorprendida, y este no comprende su expresiva mirada.

CONNORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora