Capítulo 03

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Jong In.

Ya llevábamos una hora viajando en carretera, al parecer la boda de Yeon Hwa se iba a realizar en una gran rancho, llamado Le paradise of Chester, al estilo de las que solo aparecen en Forbes, al parecer el tipo con el que se iba a casar la madre de Bo Hwa era un francés adinerado con rasgos asiáticos, y por obvio, dueño de la gran villa.

- ¿Quieres encender la radio? -Me preguntó Bo Hwa, giré mi rostro en su dirección, pero por los lentes de sol no distinguía bien sus rasgos, pero ero lo mejor para mí.
Negué con mi cabeza, no le había dicho nada en todo el transcurso del viaje, ella sólo de repente empezaba hablar, y yo solamente escuchaba.

-Sé que no somos amigos y sé que no soy tu persona favorita en el mundo, pero por lo menos contesta, no me apliques la maldita ley de hielo -Soltó frustrada.

-No quiero -Respondí y ella pareció un poco... O casi nada, aliviada.

-Jong In, por favor. Estás siendo inmaduro -Solo encogí los hombros y volteé mi mirada hacia la carretera, sólo se veía hectáreas de pasto y césped, algunos ranchos y animales.

El auto de un momento a otro empezó a frenar, y miré a Bo Hwa, y está tenía el ceño fruncido. Y cuando se detuvo por completo, ambos solamente nos quedamos callados.
Pero después de dos minutos, me quite mi chaqueta, quedando sólo en la camisa negra que llevaba por dentro y coloque mis gafas en el cuello.
Salí del auto, y alce el capó, pero al parecer todo estaba en orden.

- ¿Qué le ocurrió al auto? -La miré enarcando mi ceja derecha.

-Supongo que si miró el panel del auto, la gasolina estará al tope, ¿Cierto? -Ella abrió su boca dos veces y dos veces la cerró, pasé mi mano por mi frente.
No me molestaría en sacar el celular porque sé que no había conexión ni señal.
Solo tocaba esperar.
Bo Hwa sólo cerró el capó y se sentó encima, colocando su chaqueta sobre el, y sólo me limite a imitar su acción, mientras ella solo observaba mis movimientos.

- ¿Estamos muy lejos? -Le pregunté, y nuevamente pareció sorprendida de que haya hablado por iniciativa.

-Aún falta una hora y media...

-Yo caminaría, pero sé que eres muy vaga para eso. Por lo que nos quedaremos hasta aquí, con suerte alguien pasará.

Habían pasado quince minutos, y estaba aburrido, gracias a Dios, el clima estaba fresco y el sol era agradable.

-Jong In...

- ¿Si?

-Eh, nada -La miré con el ceño fruncido y lamí mis labios, y una idea traviesa pasó por mi cabeza cuando ella no quitó su vista de ellos. Por lo que me bajé del auto y me acerqué a ella, agarrando sus caderas.

- ¿En serio? -Le volví a preguntar lamiendo mis labios otra vez, ella trago y se enderezó un poco.

-Me da vergüenza, y no quiero que pienses cosas que no son.

- ¿Y cuáles serían esas cosas...? -Me acerqué hasta el punto en que su aliento se mezclaba con el mío, nunca había estado tan cerca de ella, y ver su reacción, me gustaba.
Estaba decidido de que si no me iba a olvidar de ella, debía llevarla al borde hasta que dejará de ser para ella el dulce Jonginnie.

-La pelirroja, ¿Es tu novia? -Sonreí ladeado y negué con mi cabeza, sus ojos brillaron e hicieron que mi corazónrazon se hinchará de felicidad.
Y sin previo aviso se lanzó a mis labios, pero me separé al instante y fue muy duro.

-Todavía sigo enojado contigo, Lee Bo Hwa. Así que es tu turno de esperar -Ella al notar mi plan, frunció el ceño y trató de quitar mis manos de su cintura, así que la rodeé con mis dos brazos, y ella al sentirlos con sus manos olvidó su enojo, y solo los acarició, y no fue hasta que me reí que reaccionó, y los soltó.

- ¡Ay, Hwabbie! Eres graciosa -La molesté sobando su cabello, y solo noté sus mejillas pintadas de un rojo furioso, y solo pude reír a carcajadas.
Y de repente, se bajó del auto, entró y la puerta de un golpe, escuché el rugido de su motor cobrando vida, me saco el dedo medio y arrancó, dejándome como un idiota en la acera.

Lo había hecho a propósito, y ahora mismo no sabía si reírme por su estupidez, brincar por la emoción o simplemente maldecir por qué aseguraba que me iba a hacer caminar al menos tres kilómetros.

Ya llevaba algo así como diez minutos caminando a paso lento para no agotarme tan fácilmente, me coloqué mis gafas de sol, porque aquel no se le daba la gana de ocultarse un rato y el clima se había convertido más insoportable, subí mis mangas hasta los codos y empecé a desbotonar los primero botones de mi camisa.

- ¡Guapo! ¡Te damos el aventón! -Me gritaron una voces celestiales, giré mi mirada hacia un convertible azul, era una chica castaña y por su acento, diría que era Australiana, me hizo un ademán con su mano para que subiera a la parte trasera del coche, sin pensar que de pronto fueran unas psicópatas, me subí.

- ¿A dónde te llevamos, bonito? -Me preguntó su otra compañera, y cuando ambas voltearon a escuchar mi respuesta, me di cuenta de que eran unas gemelas, me cayeron bien al instante, y sin querer, el tímido Jonginnie apareció, y me percaté de aún tenía mi camisa desabrochada, y con disimulo puse todo en orden.

- ¿Co-Conoce Le paradise of Chester? -Ellas asintieron algo sorprendidas, y comenzamos nuestro viaje.

- ¿Cuál es tu nombre niño bonito?

-Jong In Kim, pero me dicen Kai

- ¡Oh! ¿Eres de China o...~

-Corea del Sur, pero nací aquí en Inglaterra, mi padre es un inmigrante.

-Interesante... Yo soy Becca y ella es Miare. Se que es extraño por el hecho de ser gemelas, pero no nos gusta esos estereotipos, querido Kai. ¿Conteste a tu pregunta no formulada? -Asentí sonriendo, la verdad es que ellas eran geniales.

Después de cambiar números y preguntar cosas banales de nosotros, llegamos al gran rancho, y si no fuera por mis lentes, mis ojos se hubiesen visto más grandes.

- ¡Oh-Oh! Novia china enfurecida -Me susurró Miare, y miré en su dirección, ahí estaba Bo Hwa con ganas de matar. Me eché a reír, por lo menos que disimulara, por su rostro parecía que en cualquier momento fuera a ladrar.

-Gracias por todo, chicas. Les debo uno grande, cuando sea me llaman y quedamos a comer en Chester o algo cerca de aquí.

-Está bien, Kai. Cuida a tu chinita, se ve que está celosa pero es comprensible, un bombón como tu no se encuentran todos los días por la carretera -Y los tres nos echamos a reír del ingenioso chiste de Becca. Después de un abrazo, y un:

¡Nos vemos, bonito!

Se fueron.

Giré para encontrarme con la mirada enfurecida de Bo Hwa, y sin preverlo me abofeteó y se fue, pero no llegó muy lejos, agarré su brazo y la pegue a mi pecho, y mi corazón se estrujó al ver sus ojos cristalizados.

Bitter Sweet ➡KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora