Ya había pasado una semana desde la “propuesta” y Ryan se olvidó de Sara –segun ella, Isis lo hechizo– y sólo se la mantenía haciendo cosas a escondidas con Isis. Iba mucho a su casa, incluso la llevaba mucho a la cafetería.
Sara estaba muy triste, ya no se juntaba con Ryan. Se empezó a juntar con su amiga –otra– de nombre Karen.
—¿Por que no le hablas a Ryan?— pregunta Karen.
—Porque a estado muy ocupado con Isis.
—¿A poco andan?.
—¡¿apoco no?!.
—Pues, se la pasan juntos y en lugares muy escondidos.
—A menos que sean terroristas, ¿No te parece obvia su relacion?.
—Sara...
—¿Como puedo saber si alguien es terrorista?.
—¡Sara!— Karen le gritó al oido— ¿Que te pasa?.
—Ehh yo...
—Vaya, ya se— Karen se acercó a Sara.
—Ehh, ¿Karen?.
—Sara sarita sarona... ¿Te gusta?.
—¿Quien?.
—Raul.
—¡¿Que?!.
—Obvio no pendeja. ¿Te gusta Ryan? ¿Quien lo diría?
—Claro que no— Sara se sonrojo— nnno ess dedecir, a mmi cocomo me va aaa gugustar el—comenzo a tartamudear.
—¡Sara!.
—¡Bien! Tu ganas... Si es lo que quieres saber, sii. Amo a Ryan.
Como no amarlo si miralo es tan asdfasf.
—No te alborotes wey.
—Hehe bien.
—Bien, si te gusta. Debes confesarlo, o si no te remordera la conciencia como te pasó con Daniel.
—No, no Karen. No lo puedo decir y menos ahora que anda con Isis.
—Claro que si, es más ahora mismo iremos con Daniela a que te arregle y te maquille.
—Yo ya estoy arreglada y maquillada.
—Unos Jeans, una blusa azul y los ojos delineados no es suficiente. Debes de atraer a Ryan. Usar tus encantos femeninos.
—¿De que... Estas hablando?.
—Enseñar tus encantos— dijo Karen mientras se levantaba del sofa— vamos a con Daniela.
—Bien.
Ambas fueron a la casa de Daniela y le explicaron el asunto.
—Asi que te gusta Ryan. ¿Quien lo diría?—dijo Daniela.
—Sep.
—¿Y Karen te trajo hasta aquí para arreglarte?.
—Lamentablemente si.
—¡Hey! —dijeron las amigas de Sara al unísono— a ver. Vamos a arreglarte.
Las dos chicas empezaron a probarle ropa y a maquillarla. Cuando terminaron: ¡Se veía increíble!.
Un vestido algo escotado azul, unas mallas negras y botines.
—No mamen, me congelaré con este vestido —dijo Sara arruinando el momento.
—¡Pues te pones un suéter y ya pendeja!— dijo Karen.
Sonó el celular de Sara, Ryan le había enviado un mensaje. Pero ella al parecer no lo había escuchado.
—Bien.
—Suerte con Ryan— dijo Daniela.
—Gracias chicas.
La pelinegra fue corriendo a la casa de Ryan. Pero al tocar no salía el.
Salió su hermano: Pablo.
—Hola guapa, ¿Que haces por aquí?— Dijo Pablo.
—Vaya vaya. ¿Eso te interesa?— Respondió Sara con su tono sarcamolestoxD.
—Claro nena.
—¿Esta Ryan?
—Se fue a la casa de Ilinois.
—Se llama Isis pendejo.
—Bien anda con ella.
—Ahh, esto, claro.
—¿Por que no te olvidas de mí hermano y sales con alguien mejor?.
—Di Caprio esta muy viejo para mi wey.
—Hablaba de mi— se acercó a Sara— ¿Por que no andas conmigo.
—Porque no— Sara se retiró—ya me voy.
—Piensa en lo que te dije.
<<en tus sueños>>
Ahora Sara tuvo que ir a la casa de Isis. Quedaba muy lejos así que decidió tomar el autobús.
Cuando llegó, penso en lo que haría y entró a la casa. Pero no estaba lista para decir sus sentimientos. Escucho voces y decidió esconderse en un armario.
—Que buena idea la tuya— dijo Isis a Ryan.
—Ya se.
—Sara no se lo esperara.
—Lo se.
<<hija de... La que se sorprenderá sera otra>>
Pensando esto Sara salió de su escondite y corrió hacia Ryan.
—Wey, debo decirte algo... Se que andas con Isis, pero debo decirte algo rápido. ¿Quieres ser mi novio? Se que tú nunca me lo dirás, así que yo tomaré la iniciativa.
—Oye ¡Que!.
—¿Ryan?.
—Yo no... No... No...
Continuara
