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Han pasado los años, siento el cansancio en mi cuerpo. Las prisas de la vida diaria, el trabajo, mala alimentación y grandes desvelos. La aburrida vida civil normal pero, no soy un civil "Normal"...

Siento como algo vibra debajo de mi almohada, busco entre la ropa y encuentro mi celular, al desbloquearlo veo mi imagen reflejada en él. Despeinada, con el cabello rojizo hecho un nido, sin maquillaje, con grandes y profundas ojeras, y marcas de la baba. "Soy un asco" pienso mientras me regalo una sonrisa irónica.

Eh llegado a amarme tal y como soy, eh madurado., creo. Después de todo ya tengo 21 años, no soy la misma morra caprichosa de secundaria.

Son las 3:53 de la madrugada y me llego un mensaje de Messenger, arrugo el ceño al reconocer el nombre.

Filomeno ORtizGa: Hola?

A la verga ¿Qué rayos quiere el ahora?

Filomeno ORtizGa: Oye necesito que me hagas un favor

Ya decía que este necesitaba algo, después de tanto tiempo, de la manera en cómo me trato, que después de perdonarlo y siempremente me mentará la madre. Ni siquiera tiene la decencia de pedir perdón por sus inmadureces, solo se aparece.

Sigue siendo un maldito...

Miro la conversación, casi 7 años después quiere llegar como sin nada...
Tomo el teléfono de una mano mientras la ira, el rencor y el coraje se adueñan de mi cuerpo, antes de darme cuenta aviento con furia el teléfono hacia la pared de manera que choca y se rompe en mil pedazos.

La tristeza gana la batalla así que me pongo la almohada arriba de la cabeza antes de romperme a llorar.

Diario de una DementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora