Cap 2: Vacaciones

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Todo comenzó meses atrás..
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El fin de año ya ha concluido, las fiestas ya se acabaron, y mi familia, que hizo numerosas cantidades de visitas a la gente más allegada finalmente terminaron.
No es por antipático pero detesto esas visitas que son el resultado de pasar casi todo el día tolerando la presencia de mis primos, son algo... insoportables, y más cuando se ponen pesados con sus bromas, también no soporto a mi Tía Nora, la quiero pero odio cuando me trata de bebito chiquito, ¡me mutila los cachetes! Y además, tiene la maldita costumbre de decirme "bombón de arroz"..¿Que?

En fin, para mi suerte ya estoy en casa, lo primero que hago es ir a mi habitación, saltar hacia la cama y escuchar música electrónica, mientras disfruto de las canciones me puse a pensar...
Ahora que comenzó un nuevo año, ¿Que planes tengo? ¿Que cambios voy a tener?, No se. Creo que es común en una persona plantearse nuevos proyectos con grandes expectativas en el comienzo de un año, pero cuantas veces dije esto y casi todo lo que me propongo no lo hago o me quedo a medias, tengo un grande y largo suspiro generado por el aburrido año que acabo de terminar y tengo un pequeño, incluso corto optimismo para encarar este año. Esta desmotivación en mí no me sorprende, es lo de siempre, lo típico.

Hablando de típico, a estas instancias de verano mis padres tienen la costumbre de elaborar un viaje vacacional, casi siempre vamos al mismo lugar, a las mismas playas, pero a Sandra, mi madre... Se le ocurrió hacer algo diferente, un viaje totalmente distinto a los que estábamos acostumbrados, esta vez en un lugar que no sea cálido, digamos que siempre mi padre se queja por el pesado calor, entonces mi madre cansada de escuchar sus quejas, decidió cambiar de destino.. en cuanto a mi, me da igual, si total viaje a donde viaje me la pasó aburrido.

Así que eso hicimos, preparamos las respectivas cosas, cada uno guardo su ropa y sus objetos, obviamente voy a llevar libros porque leer me encanta y si no lo hago me siento incompleto, además siempre conmigo llevo mis auriculares blancos, son parte de mi carne por así decirlo.
Lo sorpresivo de todo esto es que mi madre no decía exactamente
hacia donde nos dirigíamos y el único dato que sabía era que no viajábamos por auto, sino por avión.

Ella y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora