Cap 3: La terminal

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Llegamos a la terminal, evidentemente en un día especial ya que había bastante actividad, muchísima gente y demasiados ruidos, me quedé mirando un rato mis maletas, era la primera vez que iba a viajar en avión, así que nervios sentía.
Me puse a esperar en un banco a que mis padres hagan los respectivos trámites para los pasajes, intenté escuchar música tranquilo pero me inquietaba tanta gente y ruido, llegué al punto de pararme y buscar el porqué de tanto ruido, resultó que se trataba de quejas en un sector donde estaban mis padres, me acerque a preguntarle a mi Padre:

— Ey... ¡¿Que pasa?!

— Se demoró el viaje.

— ¡¿Que?! – Suelto las maletas y se caen al piso.

Mi padre suspira y dice:
— Lo que escuchaste...lo postergaron para mañana.

Sobre que soy un chico muy impaciente, esa noticia no me cayó para nada bien, mis padres se quedaron debatiendo unos minutos entre ellos y decidieron esperar en la terminal hasta el día siguiente, no me gustaba tanto la idea, pero mi motivación para aceptar esta misma, fue porque ya se acercaba el anochecer, por ende no tenía que esperar tanto, y dormirme mataría el tiempo.
La noche se impuso, había bastante gente intentando dormir incluyendome a mi que me costaba hacerlo, el banco era demasiado corto para recostarme, dormir sentados como mis padres no puedo.
Así que fui cerca de un local de comida rápida, allí se encontraban unos lindos y cómodos sillones, mientras camino hacia los sillones mirando mi celular me tropiezo con algo, dejo de mirar la pantalla y veo que tropecé con las piernas de un chico que justamente esta sentado en esos sillones.

El chico de ojos achinados, pelo castaño y alborotado, sonríe y dice:
— ¿Intentando buscar un lugar para dormir no?

— Exacto, Disculpame...no te había visto.

— No son necesarias las disculpas, incluso ahora dejo que te acuestes acá... te lo recomiendo para dormir. ¿Tu viaje ha sido demorado?

Suspiré:
— Ay si, siempre me tiene que pasar algo Dios.

— Ey yo también voy a el mismo lugar, yo no soy de esta ciudad, vine de visita, en cuanto a la demora siempre pasa, ya estoy acostumbrado.

— ¿Acostumbrado?

— Sip, como escuchaste recién... Yo no soy de acá, solo vengo de visita porque acá tengo a mis abuelos, y nunca viene mal debes en cuando visitarlos. Por cierto... ¿como te llamas? Yo Martín Lachowski. – Sonríe y estrecha mi mano.

— ¿O sea que vamos a ir en el mismo avión?, Me llamo Valentino, Valentino Santana, un gusto.

— !Exacto!, y el gusto es mío. – Se levanta y me cede el lugar del sillón para que me acueste.
Ahora dejo que descanses, después de todo, nos espera un largo viaje, mañana por la mañana te veo... Saludos.

Fue una charla corta y sorpresiva, no me esperaba encontrar a alguien en este local, veo que es un muchacho agradable y con una gran sonrisa. Además es un gesto amable que me dejara acostarme en el sillón. Espero saber más de él cuanto antes posible.

Y así entonces... me esperaba una larga noche para descansar.

Ella y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora